El debate por la crisis del ‘Open Arms’ escenifica la soledad del PSOE

No intervino Pedro Sánchez, como algunas formaciones políticas pretendían, pero sí Carmen Calvo. La presidenta del Gobierno en funciones sufrió en sus carnes los reproches tanto de la derecha como la izquierda. El PSOE acusó directamente a Unidas Podemos de no ser “de fiar”, mientras unos y otros les lanzaban sucesivos ataques. La fuerza de Cayetana Álvarez de Toledo y Santiago Abascal no fue minimizada por la formación morada, que se quejó precisamente de lo contrario: de no haber actuado antes. Un escenario que muestra la soledad de un Gobierno que sigue sin hallar los apoyos suficientes para evitar nuevas elecciones.

PSOE: «Unidas Podemos no es de fiar»

La negociación entre PSOE y Unidas Podemos lleva estancada desde el desacuerdo previo a la investidura. El día que Sánchez no obtuvo el respaldo necesario la situación dio un giro de 360 grados. La formación morada ha bajado las expectativas (aceptaría la última oferta de julio más políticas activas de empleo) y los socialistas se niegan ahora a formar un gobierno de coalición porque no se fían del que en teoría es, y ha sido, su socio prioritario.

Unidas Podemos se negó a exigir la presencia de Sánchez, pero votó junto a PP y Ciudadanos para que diera la cara Carmen Calvo. Algo que el jueves le reprochó Simancas: «¿Por qué lo hicieron? ¿Querían darnos una lección?». El secretario general del PSOE ha culpado a la formación morada de la falta de gobierno en España: «Pierde España, la izquierda y los españoles, que no tienen el Gobierno progresista que votaron, necesitan y merecen».

La jornada fue dura para Carmen Calvo, que reprochó a Podemos que la apoden «Calvini». «Esto ya ha llegado muy lejos», comentó la vicepresidenta. El PSOE defendió su postura, aseguró no dar bandazos en las decisiones con el ‘Open Arms’ y alardeó de unas políticas que han permitido crear más de 2.000 plazas en centros para inmigrantes, con la ayuda de ONGs como la Cruz Roja.

Pero Calvo no fue la única que se sintió ofendida. Desde Unidas Podemos criticaron el tono «paternalista, pretotente y de superioridad moral» de la vicepresidenta hacia su partido. «Ya está bien de poner las mejillas», exclamó Noelia Vera. La diputada y portavoz de Podemos le pidió «más altura» a Calvo y defendió que lo que se espera de cualquier formación progresista es que «defienda los derechos Humanos con más intensidad». «Si esto no es poner en duda que hay que cumplir el Derecho Internacinoal, que baje cualquiera que sea más de fiar que Unidas Podemos y que nos lo diga señora Calvo», añadió Vera. Una lucha de reproches que escenificó las diferencias actuales entre los dos partidos de izquierdas.

CAYETANA Y ABASCAL, CON UN TONO DURO

Si el PSOE no encontró consenso con Unidas Podemos, más lejos se quedó de hallarlo con PP y Vox. Ambos partidos le hicieron pasar un mal trago a Calvo y pusieron de manifiesto la dura oposición que planean sobre el PSOE. Cayetana acusó a la vicepresidenta de «insultar» la inteligencia y de decir que «con la derecha hay más muertos». Abascal, en la misma línea, reprochó el dinero que le cuesta a España la migración, en comparación con la poca renta que reciben los autónomos, y echó la culpa a éstos del aumento de la delincuencia. Hay barrios en Europa donde impera la ley islámica, donde las manadas de inmigrantes violan a mujeres», añadió el líder de Vox.

PSOE Y PODEMOS COINCIDEN: EL PSOE QUIERE ELECCIONES

La conclusión tanto del PP como de Podemos tras el debate por la crisis del ‘Open Arms’ es clara: el PSOE quiere elecciones. Echenique lo escenificó a través de Twitter. «Es triste pero difícil de negar: Pedro Sánchez ha decidido no negociar e ir a elecciones», compartió con sus seguidores. Pablo Casado, del mismo modo, acusó al PSOE de estar en campaña electoral y le instó a reconocerlo. «No hace ningún esfuerzo para negociar».