El PSC de Salvador Illa entra en el juego de las contradicciones y se divide con Puigdemont

El PSC entra en el ecuador de la campaña electoral catalana con el objetivo de cosechar votos entre el electorado de Junts y Carles Puigdemont. El líder del PSC deja a un lado las sorpresas con las apariciones sin previo aviso de Pedro Sánchez, como en la feria de abril de Barcelona, y no descarta ahora pactar con Junts para acceder a la Generalitat.

La propuesta, con la condición de que los de Puigdemont salgan de la deriva de la independencia, ha sido muy criticada por todas y cada una de las formaciones políticas, además de tener el rechazo del propio Puigdemont. Esta estrategia de los socialistas de Salvador Illa se ha construido desde hace más de un año, con la intención de negociar con Junts y Puigdemont no solo la Generalitat, sino también Ayuntamientos, Diputaciones, Consejos Comarcales y empresas públicas de todos los niveles de la Administración.

Hasta ahora, la campaña del PSC de Salvador Illa se ha centrado únicamente en Pedro Sánchez, sin dar oportunidad a mostrar programas electorales ni contraponer soluciones que afectan a la mayoría de los catalanes.

LOS PROBLEMAS, EN UN SEGUNDO PLANO

Los socialistas no entran en los problemas de inseguridad en las calles de Barcelona, ciudad en la que gobiernan con una prórroga de los Presupuestos, ni tampoco confrontan sus soluciones para mejorar la financiación de Cataluña, una propuesta que en mayor o menor medida llevan todos los partidos que aspiran a alcanzar el Parlament.

Estos problemas quedan en un segundo plano en los sucesivos baños de masas de Pedro Sánchez en su paso por Cataluña para hacer campaña junto a Salvador Illa y María Jesús Montero, fiel escudera del presidente del Gobierno.

Salvador Illa insiste en mantener la decisión de Pedro Sánchez en el foco de la campaña. «A veces hay que parar y reflexionar individualmente», ha indicado en un mitin en Sant Boi de Llobregat (Barcelona). «Y preguntarse qué significa hacer política. Qué límites tiene el ejercicio de la política. Para unos, es una lucha descarnada por el poder, que no tiene respeto por nada y que usa cualquier método para conseguir el objetivo», ha sostenido. Para Illa, es una actividad «noble» que se rige por los procedimientos, mientras afirma que se basa «en el respeto y trata de forma especial al adversario político».

LOS PACTOS DEL TINELL, LA GRAN CONTRADICCIÓN DEL PSC

No obstante, cabe recordar que estas palabras van en contra de los métodos utilizados por el propio PSC a la hora de pactar y aislar a sus adversarios políticos, como acordó con los independentistas en el Pacto del Tinell, una rúbrica que obligaba a los firmantes a expulsar de las alcaldías, presidencias y direcciones de todo órgano institucional si los números así lo apoyaban. Ocurrió en Badalona, con el acuerdo entre seis formaciones políticas para echar a Xavier García-Albiol, la opción más votada del municipio. Cuatro años después, el propio expresidente del PPC gobierna con mayoría absoluta.

«Para los que conciben la política como una lucha de poder, molestamos, estorbamos, quieren decidir sin dar explicaciones», ha señalado Illa. Quien no ha explicado públicamente por qué el PSC mantiene el pacto del Tinell en vigor. El líder del PSC, además, ha asegurado que este tipo de hacer política no se somete al escrutinio de sus ciudadanos, como no se ha sometido ni los indultos, ni la amnistía ni tampoco los pactos de la legislatura.

EuropaPress 5932798 presidente gobierno pedro sanchez candidato psc salvador illa mitin psc 1 Moncloa
El candidato del PSC, Salvador Illa, con Pedro Sánchez

Cabe señalar que el propio Salvador Illa negaba y renegó de los indultos, la amnistía, los pactos con los independentistas y llegó a aparecer en las manifestaciones de la mano de Vox, PPC y Ciudadanos. Pero eso era antes de la nueva deriva de Pedro Sánchez tras el 23-J. El propio líder del PSC no ha dado aún explicaciones ni justificaciones del por qué negó de la amnistía y ahora la acepta, más allá de una supuesta confrontación en la sociedad catalana, más tranquilizada desde la aplicación del 155 y la sentencia del 1-O. Y no, no por obra del PSC, sino por el hartazgo que ha generado el ‘procés’.

EL PSC DE ILLA ENSALZA EL CORDÓN SANITARIO

Salvador Illa afirma que le gusta «rendir cuentas», pero en estos pactos con Junts, alcanzados en Bruselas y Suiza, no se ha dado explicación alguna, como tampoco ruedas de prensa con preguntas. Tras sus palabras, Pedro Sánchez insiste en la descalificación, como denominar a la «máquina del fango» y sus «pseudomedios de comunicación» que hacen «circular bulos, mentiras y ataques personales». «Lo tengo claro. Merece la pena y me tenéis dispuesto a hacer frente a la máquina del fango de Feijóo y Abascal», ha afirmado ante un abarrotado pabellón en la localidad del sur de Barcelona.

Merece la pena y me tenéis dispuesto a hacer frente a la máquina del fango de Feijóo y Abascal

Con todo, los socialistas tienen las encuestas a su favor. Algunas de ellas le dan por encima de los 40 diputados, seguidos por Carles Puigdemont, cuya legitimación ha servido para mantenerse intratable ante una ERC de Pere Aragonès en horas bajas, con menos de 30 escaños, aunque algunos sondeos apuntan a números más cercanos a los 20 escaños.

Illa tendrá que pactar con Junts o volver a formar un tripartito. Cada una de las opciones pondría en riesgo el difícil y débil equilibrio en el Congreso de los Diputados. Y es que, si aparta a ERC de la Generalitat, los republicanos podrían dejar de dar su apoyo a Pedro Sánchez, y viceversa en caso de pactar con ERC y dejar fuera a Puigdemont. Sea como fuere, no podrá pactar con dos partidos que no pueden ni verse en este momento.

EL PSC ABRE LA PUERTA A PUIGDEMONT

De hecho, Illa deja la puerta abierta a pactar con Puigdemont, pero cabe señalar que el PSC siempre ha dicho que no pactaría con la derecha, llegando a culpar a Puigdemont del propio ‘procés’.

Esta propuesta del PSC pone de manifiesto que los socialistas pactarán con quien puedan para lograr la Generalitat 14 años después de haber sido desalojados por CiU primero y las coaliciones entre ERC y Junts posteriormente.

A nivel económico, el camino de Cataluña cambiaría completamente, más cuando Junts defiende la ampliación de El Prat, peajes en las autovías, nuevas competencias para Cataluña, como la gestión de todas las carreteras que atraviesan el territorio y poner en marcha el proyecto de BCN World, el mismo que tratan de impedir los Comuns y ecologistas. Para Ernest Urtasun, dirigente de los Comuns de Jéssica Albiach, esta vuelta a la ‘sociovergencia’ sería abrir la puerta al «pujolismo».