Francisco Álvarez-Cascos realizó la tarea hercúlea de convertir a un ejercito de Pancho Villa, Alianza Popular, en un bloque sólido y homogéneo, el Partido Popular. Un trabajo similar tiene por delante Teodoro García Egea, que ha apostado por despegar un ‘brazo invisible’ con el que está sofocando los numerosos focos que acechaban Génova 13.
La caída del marianismo, la falta de integración del sorayismo, la orfandad que sufren los seguidores de María Dolores de Cospedal y la rebfeldía de varios barones no se lo ponían fácil a García Egea, que ahora aprovecha los vientos favorables que disfruta el PP tras la debacle histórica del mes de abril.
La recuperación de mayo en Madrid y la crisis de Ciudadanos sitúan al Partido Popular como el favorito para ser el gran beneficiado de las elecciones generales del 10-N, fecha en la que Pablo Casado parece que se consolidará como el líder del centro-derecha.
GARCÍA EGEA CONTRIBUYE A LA PAZ EN EL PRINCIPADO DE ASTURIAS
A inicios de 2019 Pablo Casado advirtió con preocupación las encuestas que disponía el Partido Popular en el Principado de Asturias y decidió imponer como candidata autonómica a Teresa Mallada en vez de la sorayista Mercedes Fernández, Cherines.
Fernández se mantuvo como presidenta autonómica del PP tras haber ganado las primarias en 2017, pero rechazó la oferta de García Egea a principios de 2019: marcharse a Madrid y dejar vía libre a Mallada, acusada de corrupción y proclive a una fusión con Foro Asturias.
Cherines aprovechó el tortazo de Casado en las últimas estatales para recriminar el giro a la derecha del partido en un comité ejecutivo. Pero ahora García Egea ha conseguido pacto con la baronesa, que renunció el mes pasado al liderazgo del PP asturiano a cambio de un puesto en el Senado.
CHERINES DICE ADIÓS
«Con pena y gran sacrificio personal» dejó vía libre Cherines a que su gran enemiga, Teresa Mallada, herede su cargo. La baronesa caída explicó que «ni el cansancio ni el agotamiento han sido el motivo de mi decisión».
«La razón principal es facilitar el buen funcionamiento del PP de Asturias y fortalecerlo. La experiencia de los que llevamos tiempo nos lleva a tomar decisiones más sosegadas que a otras personas», añadió antes de dar la cara en una lista conjunta del PP y sus enemigos de Foro.
GARCÍA EGEA TAMBIÉN PACIFICA EL LÍO DE JUAN JOSÉ CORTÉS
Pablo Casado tiró de periodistas, militares, toreros y famosos varios para las listas del 28-A. Entre los fichajes externos se encontraba Juan José Cortés, conocido por la lucha que encabezó tras el brutal asesinato de su hija Mari Luz.
Pero desde el inicio en Génova 13 se dieron cuenta que se habían equivocado con Cortés, que llamó «belleza» a Isabel Díaz Ayuso ante las cámaras y no recordó el nombre de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante un mitin.
García Egea decidió ‘esconderlo’ en campaña, pero Cortés siguió dando que hablar porque le embargaron el sueldo del Congreso por una deuda mercantil y por amenazar con demandas a los medios que recordaron que se había visto implicado en un tiroteo.
Cortés se enteró hace unas semanas que le preparaban la cama se presentó en el Parlamento andaluz para enfado de Juanma Moreno, que no quiso recibirle. Y en Génova 13 aceptaron la petición del presidente de la Junta de Andalucía y relevaron al onubense como número uno al Congreso por Huelva.
JUAN JOSÉ CORTÉS, GENIO Y FIGURA
Juan José Cortés estalló al ser reubicado en las listas del Senado: «Juanma Moreno puede alardear de que en Andalucía es el gran líder, pero no es mérito suyo, es mérito de Vox, que ha cedido sus escaños gratuitamente para que Juanma Moreno sea presidente de la Junta de Andalucía. Esos son los números. Si queremos interpretar otra cosa, eso es distinto«.
En Génova 13 levantaron los teléfonos y Cortés no tuvo más remedio que disculparse para que no lo sacaran de las listas, situación dramática para él porque tuvo que renunciar a la caudalosa pensión que cobraba por invalidez.
Cortés se disculpó: «Siento mucho el revuelo que he causado con mis declaraciones a mi presidente, Pablo Casado, y a mis compañeros del PP en Andalucía. Estoy muy agradecido a mi partido por ser el cabeza de lista al Senado». Eso sí, entre los cercanos a Moreno pueden servir fría la venganza y no marcar la cruz de la Cámara Baja del padre de Mari Luz.
LIMPIEZA EN CANARIAS
Teodoro García Egea intentó evitar con un viaje relámpago a Canarias que el Gobierno de las islas pasase al PSOE. El secretario general popular vio con sorpresa las dificultades negociadoras del líder autonómico Asier Antona, al que le entregó un premio de consolación, un sillón en el Senado, a cambio de ser sustituido por Australia Navarro.
También el Partido Popular tuteló una renovación en el PP catalán de la mano de Alejandro Fernández, que hace malabares para homogeneizar el discurso de un partido que puede recuperarse en Barcelona gracias al desgaste de Cs. No lo ha tenido fácil Fernández entre personas tan vehementes como Bou o Álvarez de Toledo, que han dejado claro que no son amigos.
En Cantabria García Egea intentó relevar a María José Sáenz de Buruaga, ganadora de las primarias entre evidencias de pucherazo. Pero su sustituta Ruth Beitia renunció a la candidatura autonómica y el PP ha aparcado la renovación pese a los pésimos resultados electorales.
OTROS CAMBIOS
El PP podría imponer cambios a medio plazo en la Comunidad Valenciana y las Baleares, comunidades en las que Isabel Bonig y Biel Company no han podido evitar una sangría electoral surgida de los casos de corrupción pretéritos.
Luis María Beamonte también se mantiene en Aragón y ahora ha recibido un balón de oxígeno gracias a que la Universidad Rey Juan Carlos I haya archivado la investigación sobre el máster que obtuvo.
García Egea también ha logrado aplazar la guerra con el PP vasco, que finalmente aceptó las directrices de Génova 13 para negociar con Cs la fallida lista de Vascos Suma; y ha tutelado la pintoresca marcha al Senado de Javier Maroto, que aceptó ser ‘sacrificado’ por la debacle estatal. Quizás este último asunto pueda dar problemas a la larga tras una reclamación del PSOE.
En definitiva, que el secretario general del PP ha conseguido varios cambios en provincias sin malas formas, casi siempre con recompensas. A García Egea, eso sí, no le tembló la mano para rechazar la entrada de Jorge Fernández Díaz a las listas del senado porque piensa que el ‘armario negro’ del exministro del Interior, ahora de tour literario, se podía llevar por delante a Pablo Casado.