El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, se mira en el espejo y ve reflejado el rostro de Jerónimo Saavedra, socialista que ocupó su cargo hasta que en abril de 1993 un pacto coordinado por el nacionalismo insular lo sacó del despacho. Hace veintiséis años el Supremo rehabilitaba al diputado conejero Dimas Martín, que luego pisaría la cárcel por corrupción.
Y con aquella medida y con una moción de censura nacía Coalición Canaria, ensalada en la que se mezclaron los nacionalistas (Agrupaciones Independientes de Canarias), los comunistas (la Iniciativa Canaria del carrillista José Carlos Mauricio), los coaligados con el CDS de Suárez (Centro Canario Independiente) y una colección de insularistas variopintos.
Coalición Canaria ha sido hegemónica durante veintiséis años gracias a su dominio de unas islas en las que aparecen de vez en cuando escenas propias de las democracias del siglo XIX: corrupción, redes clientelares, conversiones interesadas, chantajes, incoherencias variadas (símbolos nacionalistas, retórica marxista, programas regionalistas y brotes insularistas), una ley electoral exótica y un populismo tropical.
EL FANTASMA DEL 93 PODRÍA DESTROZAR EL ‘PACTO DE LAS FLORES’
Coalición Canaria superó los 300.000 votos en 1999 de la mano de Román Rodríguez. Esta fuerza nacionalista hoy en día ha perdido un tercio de sus apoyos y Rodríguez lideró la pasada década una escisión progresista focalizada en Las Palmas, Nueva Canarias.
Nueva Canarias fue a las generales de 2016 con el PSOE, pero su diputado Pedro Quevedo acabó convirtiéndose en el ‘diputado 176’ de Mariano Rajoy. Aquello agrió las relaciones, pero en junio hubo acuerdo: el socialista Ángel Víctor Torres accedía a la presidencia con Román Rodríguez de vicepresidente y con el apoyo de Podemos y a la controvertida Agrupación Socialista Gomera.
A la oposición, atosigada por la corrupción, marchó Coalición Canaria, que perdió casi todos sus feudos más emblemáticos con la complicidad incluso de Ciudadanos. El expresidente Fernando Clavijo se ha centrado ahora en salir del embrollo judicial en el que se ha metido por el caso Grúas y se ha aforado vía Senado. Este movimiento puede facilitar la moción de censura contra el PSOE.
UN PACTO A TRES DEJARÍA AL PSOE SIN CANARIAS
Nueva Canarias, cuarta fuerza en las autonómicas de mayo, puede acceder a la presidencia de las islas el 11-N. Román Rodríguez necesitaría el apoyo del Partido Popular, que colocaría a Australia Navarro como vicepresidenta, y de Coalición Canaria, sedienta de venganza contra el PSOE.
Este pacto podría ser facilitado por los número dos de Coalición Canaria y Nueva Canarias, José Miguel Barragán y Carmelo Ramírez, que han posibilitado que ambas fuerzas vayan juntas a las generales del 10-N.
Este hecho previsiblemente hará posible el regreso al Congreso por Las Palmas de Pedro Quevedo, que se mantendría dos años en el asiento tras perderlo en las pasadas estatales de abril. Román Rodríguez, que ocupa también la consejería de Hacienda, asegura que este pacto no facilita una moción de censura porque «son planos distintos».
Rodríguez se explicó: «En 2011 fuimos a las elecciones generales con Coalición Canaria y el pacto de gobierno no se quebró. En 2015 y 2016, lo hicimos con el PSOE gobernando y nosotros en la oposición, y ahora se repite la historia con la diferencia de que en el gobierno estamos nosotros».
CRISIS EN NUEVA CANARIA
En gran parte de las bases de Nueva Canarias no ha gustado un pacto con su matriz, Coalición Canaria. Es por ello que María José López renunció a repetir como senadora y aseguró que su partido ni siquiera se había puesto de acuerdo con ella.
Rodríguez se explicó: «Respetamos a todo el mundo, el que quiera participar, participa y el que no quiera, no lo hace. Es propio de la democracia que la gente acepte responsabilidades o no. En mi partido, las cosas se debaten, se discuten y se deciden en los órganos correspondientes, que es lo que hemos hecho en esta ocasión».
«Lo hemos hecho no pensando en Nueva Canarias, sino siempre pensando en Canarias. Creemos que es bueno para esta tierra, importantísimo disponer de una representación diferenciada en las Cortes Generales Y lo que hacemos, como hemos hecho antes, es juntar fuerzas con otro para conseguir ese objetivo», añadió.
OTROS LÍOS EN NUEVA CANARIAS
Otro rostro emblemático de Nueva Canarias, Antonio Morales, también protestó contra el acuerdo para las generales. El presidente del Cabildo de Gran Canaria pronosticó que su partido «pagará un precio muy alto por pactar con CC».
Román Rodríguez intentó desactivar la crisis interna aguando el anuncio de una cena nacionalista organizada por el veterano Tomás Padrón, expresidente de la Agrupación Herreña Independiente y deseoso de tejer un pacto entre los nacionalistas canarios ‘guanches’ que dejen fuera del poder a los ‘godos’.
Pero ni por esas: el comité insular de Nueva Canarias en El Hierro rechazó la alianza con Coalición Canaria y afirmó que la concejala Caterin María Machín ha sido incluida en las listas del Senado sin que haya dado siquiera su conformidad.
ERREJÓN ‘SOBREVOLÓ’ LAS ISLAS
El presidente Ángel Víctor Torres asegura que no teme una moción de censura: «Cada uno defiende al partido al que pertenece y yo aspiro a mejorar los resultados al Congreso y al Senado, que fueron magníficos. Hay gente desde fuera intentado desestabilizar de manera permanente».
El que pudo desestabilizar más la situación fue Íñigo Errejón, ya que Nueva Canarias admitió que recibió a un emisario de Más País. El enviado del nuevo partido habría insinuado que el partido nacionalista debía ‘sacrificar’ a Pedro Quevedo de las listas por su apoyo en el pasado a los presupuestos de Rajoy.