Albert Rivera: de tocar el cielo a descender a los infiernos

Albert Rivera en la política española ya es pasado y su liderazgo al frente de Ciudadanos ha durado trece años. El ex líder de la formación naranja ha perdido más de 40 escaños en tan solo siete meses, debido al crecimiento de Vox y PP, aunque algunas voces que han pertenecido al partido también señalan que este resultado ha sido causado por el fuerte rechazo a Pedro Sánchez, lo que ha impedido un acercamiento al PSOE, y su abandono al centro virando hacia la derecha.

El nombre de Albert Rivera es conocido por todos los españoles tras 13 años en primera línea política, con varios triunfos por toda España, especialmente en Cataluña, Comunidad de Madrid y Andalucía, pero ¿cómo empezó su trayectoria política?

INICIOS

Albert Rivera
Albert Rivera durante uno de sus primeros actos como líder de Ciudadanos. Foto: Flickr

Albert Rivera nació en Barcelona en 1979 y es licenciado en Derecho por ESADE (1997-2002) y doctorado en Derecho Constitucional por la Universidad Autónoma de Barcelona (2002-2004).  Durante cuatro años (2002-2006) fue asesor jurídico de La Caixa.

En julio de 2006, en el Congreso Fundacional de Ciudadanos, que nació en 2005 como una plataforma cívica, fue nombrado presidente del partido por orden alfabético, tras la imposibilidad de llegar a un acuerdo por parte de los fundadores del partido.

PRIMERAS ELECCIONES

Albert Rivera
Albert Rivera con su famoso cartel. Foto: Flickr

Unos meses después, noviembre de 2006, Ciudadanos y Albert Rivera se enfrentan a sus primeras elecciones al Parlamento de Cataluña. Unos meses antes, Ciudadanos presentaba su cartel electoral con Rivera de cuerpo entero y desnudo con sus manos tapando la entrepierna bajo el lema Nos importas tú.

Ciudadanos logró casi 90.000 votos y tres escaños con cuatro meses de vida. Su resultado significó que por primera vez en la historia de la Democracia, un partido que surgió de una plataforma civil consiguió representación política.

Al año siguiente, en 2007, la formación estudió expandirse por toda España por las elecciones municipales del 27 de mayo de 2007. Ciudadanos se presentó en las cuatro capitales de provincia de Cataluña (Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona) y en Alicante y Salamanca.

En Cataluña lograron 67.315 votos y 13 concejales mientras que en Salamanca y Alicante no obtuvieron representación.  El nombre de Albert Rivera y de Ciudadanos comenzaba, poco a poco, a sonar por Cataluña.

AMENAZAS DE MUERTE Y PRIMERA CANDIDATURA AL CONGRESO

Albert Rivera
Rivera en una reunión con José Montilla. Foto: Flickr

En septiembre de 2007, recibió en su domicilio particular amenazas de muerte para que abandonase “su política contra el nacionalismo” acompañada de una imagen suya con una bala en su frente y sangre a su alrededor.

Por su parte, el 9 de marzo de 2008 había elecciones generales y el partido se presentó en las 52 circunscripciones españolas y con Rivera cabeza de lista por Cataluña y a Fernando Landecho en Madrid pero ninguno consiguió representación.

La formación se vio inmersa en un proceso de elecciones primarias dentro del partido en 2010, que confirmó a Albert Rivera como candidato a la presidencia de la Generalitat de Cataluña para las elecciones catalanas convocadas para el 28 de noviembre de 2010. En el cartel presentado para estos comicios, el político apareció vestido con el resto de candidatos desnudos al fondo de la imagen. En estas elecciones repitió el mismo número de escaños, tres, aunque aumentó en la cantidad de votos, llegando a superar las 100.000 papeletas.

PRIMERAS NOCHES DE ÉXITO

Albert Rivera
Ciudadanos en el Palacio de Congresos de Madrid. Foto: Flickr

Nuevamente en el año 2012, Rivera fue candidato por Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat de Cataluña y logró más de 270.000 votos y nueve diputados, aumentando en seis escaños su representación y por eso, Ciudadanos, junto a Esquerra Republicana de Catalunya, fue el partido con mayor crecimiento en esas elecciones.

Durante estos años, su presencia en tertulias políticas de medios de comunicación nacionales aumentó y a su vez su popularidad se expandió al resto de España. Además de participar en tertulias también colaboró como jurado con Mercedes Milá en un talent show de oratoria denominado El Comecocos.

Como parte de la implantación nacional de Ciudadanos, la formación consiguió agrupar a más de 15 partidos menores. En julio de 2015, Rivera fue elegido candidato del partido a la presidencia del Gobierno, sin necesidad de primarias, al ser el único de los cinco militantes presentados en lograr los 509 avales necesarios (obtuvo 2.904 de los 3.031 posibles).

CONSOLIDACIÓN COMO LÍDER

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Albert Rivera durante un acto junto a Juan Carlos Girauta. Foto: Flickr

Para las elecciones generales 2015, dio paso a Inés Arrimadas como candidata a la presidencia del Parlamento Catalán y él se centró en la presidencia del país. Alguno de los impulsores del partido, como Ferran Toutain, reconoció que tenía “dudas” en torno a Inés Arrimadas pero “el tiempo ha dado la razón a Rivera”. Y es que, Arrimadas consiguió ser la segunda fuerza en Cataluña con 25 escaños y Albert Rivera obtuvo más de tres millones de votos alzándose como cuarta formación más votada con 40 escaños el 20 de diciembre de 2015.

Ante el inicio de la XI legislatura, Ciudadanos firmó un pacto con el PSOE para apoyar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, sin embargo, no se logró la investidura, PP y Podemos votaron en contra, y se repitieron elecciones en 2016.

El 26 de junio de 2016 tuvieron lugar las segundas elecciones en menos de un año en las que el PP, liderado por Mariano Rajoy, revalidó su posición como partido más votado con casi ocho millones de votos y 137 escaños, único partido que creció respecto a las elecciones del 20-D.

Por su parte, Ciudadanos pasó de los 40 escaños de diciembre a 32 y perdió alrededor de 400.000 votos. En este caso, Ciudadanos apoyó la investidura de Rajoy al aceptar seis medidas contra la corrupción y a favor de la regeneración política. Tanto Rajoy como Rivera intentaron sumar a este acuerdo a Pedro Sánchez que reiteró su negativa a favorecer un gobierno del PP, por lo que el primer debate de investidura resultó fallido (180 votos en contra y 170 a favor).

Hasta en dos ocasiones, se presentó una moción de censura contra Mariano Rajoy pero en ambas Rivera y Ciudadanos se mostraron en contra de cesar al líder del PP.

RIVERA Y CIUDADANOS: UNA REALIDAD POCO REAL

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Albert Rivera junto a Inés Arrimadas en Barcelona. Foto: Flickr.

Tras derrocar a Rajoy el PSOE, Podemos y partidos nacionalistas catalanes, un sondeo de Metroscopia para El País, otorgaba a Rivera la primera posición con un 29,1 por ciento por delante de Podemos (19,8%), PP (19,5%) y PSOE (19%). La encuesta situaba a Ciudadanos con más de 110 escaños en el Congreso, lo que parecía suponer cumplir uno de los sueños de su líder, acabar con el bipartidismo. El papel de Ciudadanos y de Rivera en la política nacional tenía cada vez más fuerza y parecía ser una posibilidad real alejada del PP y del PSOE.

En las elecciones del 26 de abril de 2019, Ciudadanos logró cosechar su mejor resultado electoral aunque muy lejos de las encuestas y superado por el PP de Pablo Casado y el PSOE de Pedro Sánchez. Rivera logró más de 4 millones de votos, menos de 200.000 que el PP, y un total de 57 representantes en el Congreso de los Diputados, consiguiendo ser el tercer partido con mayor representación.

En esta legislatura, Rivera anunció que no apoyaría a Pedro Sánchez mediante su “no es no”. Según declaraciones de fuentes de Ciudadanos, recogidas por El Mundo, Rivera rechazaba mantener una reunión con el líder socialista porque le dijo “en dos ocasiones que los electores querían que Ciudadanos hiciera una oposición firme, seria y constructiva”.

LA CAÍDA

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En las cuartas elecciones en cuatro años, Ciudadanos deseaba continuar con su buen resultado en abril de 2019 y asentarse como tercera fuerza política y continuar con su crecimiento. Algunos expertos políticos achacan que la caída de Rivera y de Ciudadanos puede deberse a su fuerte ambición de ser la primera fuerza en la oposición y su cada vez, más arriesgado, acercamiento a la derecha, tanto al PP como a Vox.

Un posible pacto con el PSOE, hubiese permitido a Ciudadanos gobernar porque ambas formaciones sumaban en abril 180 diputados, cuatro por encima de la mayoría absoluta. Pero ni Pedro Sánchez, al que sus votantes le dejaron claro la noche electoral en Ferraz que “con Rivera no”, se acercó al partido naranja mientras que Rivera se negaba a reunirse con su homólogo del PSOE.

Durante los meses de verano, fueron varios miembros de Ciudadanos los que salieron del partido, como por ejemplo el portavoz económico, Toni Roldán, o el eurodiputado, Javier Nart. Estas salidas ponían en el ojo del huracán el rumbo que llevaba Rivera a los suyos y que algunos no estaban dispuestos a ir en esa misma dirección.  Ya en septiembre, cuando el acuerdo entre PSOE y Podemos era inviable, Rivera ofreció a Sánchez  una abstención tanto de su partido como del PP, algo que aprovechó Vox para denominar al partido naranja de ‘veleta’.

Las semanas previas a las elecciones del 10-N, las encuestas anunciaban la caída de este partido y algunas actuaciones de Rivera parecían no ir encaminadas a mejorarlas. Estas encuestas auguraban un descenso importante pero mejor de lo que finalmente ha supuesto la caída y dimisión de un político que ha durado 13 años en la primera fila de la política española, Albert Rivera.