Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil han detenido a 20 personas en Cáceres y Salamanca en una operación de fraude en productos de origen animal. Además, han sido imputadas penalmente cuatro empresas.
Todos los implicados están acusados de delitos continuados de estafa, falsedad de documentos oficiales, públicos y mercantiles, así como contra los recursos naturales y el medio ambiente. Estas actuaciones se enmarcan dentro de una operación llevada a cabo por la Guardia Civil contra la gestión fraudulenta de subproductos de origen animal, no destinado al consumo humano (SANDACH).
La Guardia Civil ha practicado cinco entradas y registros en instalaciones y establecimientos asociados a la gestión de SANDACH. Estos se encontraban ubicados en provincias de Salamanca y Cáceres, además de inspeccionar a dos empresas que estaban dedicadas al transporte de animales vivos.
OPERACIÓN POR FRAUDE EN PRODUCTOS DE ORIGEN ANIMAL INICIADA EN 2017
La denominada Operación «Dispendium» dio comienzo en agosto de 2017 después de que los agentes del SEPRONA de la Comandancia de Cáceres tuviesen conocimiento, tras haberse detectado en una inspección rutinaria con motivo del transporte de ganado de lidia a una celebración de festejos taurinos populares en diferentes municipios de Cáceres.
En esta inspección se pudo detectar que existía un tráfico y uso indebido de documentación oficial y supuestamente falsificada.
Los investigadores pudieron detectar que, para dar una mayor apariencia de legalidad y validez de la actividad, colocaban en la documentación sellos de empresas que habían cesado en su actividad y que, por lo tanto, eran inactivas. De esta manera, se estaba cometiendo un fraude. No existía una participación de estas a la hora del traslado del ganado ni en la desinfección de los vehículos de transporte.
Una vez detectada esta irregularidad e iniciadas las pesquisas, se abrió una nueva línea de investigación centrada en el control de los documentos de carácter oficial en los cuales se ampara el transporte de subproductos de origen animal. Esta medida afectaba a los procedentes de acciones cinegéticas de caza mayor que tuvieron lugar en Extremadura entre 2017 y 2019. Los documentos fueron librados por el responsable de una empresa del sector con sede en Cáceres.
MODUS OPERANDI
Con el avance de las investigaciones, los agentes de la Guardia Civil pudieron encontrar diferentes indicios y pruebas suficientes para poder implicar a esa empresa. Esta formaba parte por tanto del fraude a la hora de documentar el transporte y la entrega de los residuos SANDACH de categoría 1. Estos se encuentran destinados a su destrucción.
La empresa procedía a documentar el transporte y entrega a otras plantas de empresas localizadas en Cáceres y Salamanca, sin estar autorizadas como plantas intermedias. Además, también se omitía la desinfección de los vehículos que transportaban los restos de animal, así como el correspondiente documento oficial de desinfección.
Sin embargo, esta empresa no era la única que realizaba esta práctica. Otra compañía de la provincia, que estaba autorizada para efectuar la recogida, transporte y destrucción mediante incineración de subproductos de categoría 1, también cometió irregularidades.
LOS SUBPRODUCTOS DE ORIGEN ANIMAL FUERON TIRADOS EN VERTEDEROS
En ella los investigadores pudieron comprobar cómo la capacidad crematoria de sus instalaciones no era acorde con el elevado volumen de residuos que habían recogido. Esto hizo que se dedujera que la empresa no procedía a la destrucción total de los subproductos, sino que eran vertidos incontroladamente en diferentes vertederos de la provincia.
Las investigaciones han concluido con la identificación de las conductas relacionadas con la expedición y el despacho de documentos oficiales falsificados. También con la desviación y gestión fraudulenta de cerca de 500.000 kilogramos de subproductos. Estos no se entregaron a plantas de tratamiento o destrucción, tal y como establece la normativa actual.
Por lo tanto, estas empresas optaron por depositar los restos de subproductos de origen animal en vertederos en lugar de destruirlos. De esta manera, están a disposición de la fauna silvestre, además de otros perjuicios graves que puede tener en el medio ambiente. Más aún teniendo en cuenta que estos hechos han ocurrido en diferentes puntos declarados como Espacios Naturales Protegidos.
10 DETENIDOS Y 10 INVESTIGADOS
En el pasado mes de octubre se culminó la operación con la detención de 10 personas físicas y la investigación de otras 10. Además, se produjo la imputación de responsabilidad penal de cuatro entidades jurídicas.
A todos los implicados se les acusa de cometer delitos continuados de estafa, falsedad documental oficial, públicos y mercantiles y contra los recursos naturales y el medio ambiente.
Fruto de la investigación se efectuaron cinco entradas y registros en instalaciones y establecimientos asociados a la gestión de SANDACH ubicados en diferentes lugares de Cáceres y Salamanca. También se ha realizado una inspección administrativa de dos empresas vinculadas con el transporte de animales vivos.
En ellos se han incautado unos 10.000 documentos en soporte físico, así como archivos electrónicos y dispositivos de almacenamiento de datos. También se han intervenido tres sellos pertenecientes a dos empresas, una de ellas sin actividad, y talonarios de desinfección de vehículos falseados.
Las diligencias instruidas por el SEPRONA fueron remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Cáceres. Este decretó el secreto de sumario inicialmente para garantizar que la investigación pudiese desarrollarse de forma eficaz.
NORMATIVA SANDACH
La gestión de los subproductos de origen animal (SANDACH) desde el momento en el que se generan hasta el uso final, su valoración o destrucción, se encuentra regulada a nivel normativo.
El objetivo de ello es garantizar que durante el proceso no se generan riesgos para la salud humana, la sanidad animal o para el medio ambiente. También contribuye a la hora de lograr una mayor seguridad en la cadena alimentaria humana y animal.
Durante mucho tiempo y hasta principios del año 2000, muchos de estos subproductos de animales se utilizaban para la alimentación de otros animales. Los que no servían para ello eran eliminados en vertederos, enterrándolos en las propias explotaciones ganaderas o juntándolos con otros residuos urbanos.
Sin embargo, en la década de los 90 tuvieron lugar diferentes alertas sanitarias y crisis alimentarias por culpa del uso de estos subproductos. Algunos de ellos fueron laencefalopatía espongiforme transmisible, más conocida como la «enfermedad de las vacas locas» o la encefalopatía espongiforme bovina, entre otras.
Este tipo de casos supusieron un grave riesgo para la salud humana y animal, así como para la cadena alimentaria humana. Por ello se decidió adoptar una regulación al respecto. En ella se clasifican los SANDACH en tres categorías y se establecen mecanismos regulados para su transformación y/o eliminación.