Hay un vídeo que ha empezado a circular por los teléfonos y los ordenadores de los españoles que ha desatado la polémica. Algunos se posicionan con los agentes, y otros con el arrestado. Se trata de la detención a un joven en el municipio Castellar del Vallès (Barcelona). Dos agentes de la policía local deciden parar a una persona que se había saltado la cuarentena. El joven circulaba en una moto de enduro y los agentes le sancionaron con 500 euros. Algo que el muchacho no se tomó nada bien. Los acontecimientos se fueron tornando más tensos hasta el punto de que un policía decide tirar de la moto al joven y, con la ayuda de otros tres agentes, esposar al joven y llevárselo a la comisaría.
El agente de policía estaba convencido de que el joven había circulado durante semanas con la moto por el municipio. «Desde hace dos semanas dando vueltas tú con la moto», le reprocha el agente. «Para eso está la policía, para multar a los chavales, ¿no?», contesta el joven detenido. Pero la policía lo tenía claro, la moto se iba a quedar con ellos, no se la iba a llevar de vuelta a su casa. «Que la moto me la llevo porque me sale de las pelotas», le asegura el policía.
«Si estás aburrido no es mi culpa», comenta el joven con actitud chulesca. Una actitud que fue encendiendo los ánimos de los agentes hasta el extremo de que el desenlace se saldó con el joven contra el asfalto. El tono se fue elevando. Cada vez, las respuestas del joven eran más agresivas, así como su actitud y sus gestos frente a los agentes. «La cara no me la vuelvas a tocar, que mi padre te pega dos hostias», le dice el muchacho a la policía local del municipio catalán.
Sin embargo, lejos de mantener una actitud serena, madura y propia de su posición, el agente entra al trapo y empezó a soltar comentarios impropios de la policía. «Tu padre me chupa la polla», le responde el agente al joven. Y ahí se desató toda la violencia. El policía tira de la moto al muchacho y le arrastra por el asfalto hasta que llegaron más compañeros de la policía local para reducir a quien se había saltado la cuarentena.
Los gritos no pasaron desapercibidos en el municipio. Tanto del joven como de la policía, pero también de algunos vecinos que salieron de sus casas a defender no al muchacho, sino a la policía. «Le has pegado un puñetazo», dice una voz desde una ventana. Algo muy alejado de la realidad. O por lo menos exagerado. Juzguen ustedes mismos.