El expresidente de la ANC y exdiputado de JxCat encarcelado, Jordi Sànchez, ha defendido clasificar en tercer grado a presos que no representen un peligro para que puedan confinarse en casa, y ha avisado: «Tan injusto es amenazar desde el Supremo a los funcionarios de prisiones como políticamente equivocado e innecesario es poner a las juntas de tratamiento de las cárceles a los pies de los caballos».
En varios apuntes tuits recogidos por Europa Press este viernes, ha sostenido que el criterio de la Conselleria de Justicia catalana de reducir el número de presos en las cárceles era acertado: «No hacía falta modificarlo», y la solución pasa por aplicar el artículo 86.4, que permite al preso residir en el domicilio familiar, algo que requiere estar clasificado en tercer grado, ha dicho.
Así, ha apostado por pasar de segundo a tercer grado a los internos que la Consejería crea que podrían acogerse a este artículo para reducir el riesgo de pandemia en las cárceles: «Pido que se clasifique temporalmente en tercer grado, hasta que termine la alerta sanitaria, a los internos que no representamos un peligro para la sociedad ni una amenaza para ninguna persona».
«Y si la Fiscalía se opone, que recurra y los tribunales decidirán. Pero nadie podrá ser acusado de prevaricar», ha asegurado Sànchez, después de que el Tribunal Supremo (TS) advirtiera a los funcionarios de prisiones de que podían incurrir en un delito de prevaricación si los dirigentes independentistas encarcelados pasaban el confinamiento por el coronavirus en sus casas.
También se ha mostrado crítica con la gestión de asunto la hermana de la exconsejera encarcelada Dolors Bassa y diputada de ERC en el Congreso, Montse Bassa, que dijo en un tuit este jueves que los papeles estaban firmados, pero que la junta se aplazó: «Que tenemos el enemigo en Madrid ya lo sabía. Lo que no sabía es que también lo tenemos en casa».