La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de la necesidad de una «respuesta descentralizada» y adaptada a los distintos contextos en África después de que la pandemia de coronavirus haya dejado ya más de 10.000 casos y más de 500 muertos en el continente.
«El Covid-19 tiene el potencial no solo de causar miles de muertes sino también de desencadenar una devastación social y económica», ha advertido la directora para África de la OMS, Matshidiso Moeti, subrayando que «su propagación más allá de las grandes ciudades significa la apertura de un nuevo frente en nuestra lucha contra este virus».
El primer caso confirmado de coronavirus en África tuvo lugar el 14 de febrero en Egipto y desde entonces un total de 52 de los 54 países del continente se han visto afectados. Aunque inicialmente en la mayoría de los países los casos se encontraban en las capitales, cada vez más países cuentan ya con contagios en otras regiones y han confirmado casos de transmisión local, no solo importados.
Por ello, según la responsable de la OMS, es necesaria «una respuesta descentralizada, a medida del contexto local». Hay que empoderar a las comunidades y los niveles de gobierno provinciales y de distrito tienen que garantizar que tienen los recursos y los conocimientos para responder a los brotes de forma local.
Según el director de la OMS para el Mediterráneo Oriental –que engloba a algunos países africanos–, Ahmed al Mandhari, «África aún tiene una oportunidad de reducir y ralentizar la transmisión de la enfermedad». Pero para ello, «todos los países deben acelerar y ampliar un respuesta integral a la pandemia que incluya una combinación adecuada de medidas de salud pública probadas y de distanciamiento social.
En ese tiempo, ha añadido el responsable, los países deben trabajar para «el control efectivo del brote» pero también elaborar planes «para lo peor». Según Al Mandhari, es fundamental para controlar el coronavirus «el aislamiento temprano de todos los casos, incluidos los leves» y la localización y tratamiento temprano de los contactos.
Igualmente, ha defendido, «debemos proteger a nuestros trabajadores sanitarios y garantizar que están adecuadamente equipados ya que están en la línea de frente y necesitan todo nuestro apoyo».
IMPACTO EN LAS FAMILIAS MÁS POBRES
Por su parte, desde Save the Children, han advertido de que los «esfuerzos significativos» que están haciendo los gobiernos africanos para frenar los contagios se han traducido en medidas restrictivas que «afectan desproporcionadamente a los hogares más pobres, que dependen de la economía informal para sobrellevar su ya vulnerable situación».
Según la ONG, a medida que cierren los mercados y se restrinja el movimiento, muchos hogares tendrán menos ingresos para satisfacer sus necesidades básicas, incluidos alimentos y combustible para cocinar lo cual terminará teniendo «consecuencias especialmente graves para los hogares más pobres, que pueden verse obligados a elegir entre pagar el alquiler y alimentar a sus hijos e hijas».
«Cuando las familias pierden sus ingresos y no cuentan con una red de apoyo, los niños y las niñas se vuelven más vulnerables», ha advertido en un comunicado Eric Hazard, director de Campañas e Incidencia de Save the Children para África.
«A medida que la pandemia impacta en la economía, la pérdida de los ingresos y el cierre de las escuelas pueden obligar a muchos niños y niñas a pedir comida, a realizar trabajos peligrosos para mantener a sus familias o a las familias a separarse en busca de comida», ha alertado, subrayando que los menores, en particular las niñas, quedan «desprotegidos y expuestos a violencia, abuso, explotación y en riesgo de ser forzadas a contraer matrimonio infantil».