La Guardia Civil corta el acceso a la calle del chalé de Iglesias y solo deja pasar residentes

La Guardia Civil ha reforzado este martes el dispositivo de seguridad desplegado en la urbanizaciĂłn de Galapagar (Madrid) donde se ubica la vivienda del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, con la colocaciĂłn de vallas y el acceso limitado Ăşnicamente a residentes.

La vivienda que el lĂ­der de Podemos y la ministra tienen en la urbanizaciĂłn La Navata de Galapagar ha sido objeto en los Ăşltimos dĂ­as de las protestas contra el Gobierno por la gestiĂłn de la pandemia del coronavirus que se originaron en el barrio de Salamanca de Madrid y se han ido extendiendo por diferentes puntos del territorio nacional.

La Guardia Civil es responsable de garantizar la seguridad en el perĂ­metro de la vivienda de Iglesias y Montero, un cometido ya asignado antes de la declaraciĂłn del estado de alarma.

En los Ăşltimos dĂ­as, principalmente desde el pasado fin de semana, han sido varios los vecinos que se han acercado a la zona para hacer sonar sus cacerolas y sartenes para reclamar la dimisiĂłn del Gobierno por su gestiĂłn de la crisis del Covid-19.

Siguiendo la convocatoria en redes sociales para una ‘cacerolada’ a las 21.00 horas, varias decenas de personas se han concentrado en los Ăşltimos dĂ­as frente al chalĂ© de esta urbanizaciĂłn de lujo ataviados con banderas de España y haciendo sonar el himno nacional.

Provistos de mascarillas, aunque no en todos los casos, los congregados este martes han paseado frente a la vivienda de Iglesias y Montero para protestar contra el Gobierno bajo la atenta mirada de los agentes del Instituto Armado.

La Guardia Civil ya habĂ­a reforzado en los Ăşltimos dĂ­as el dispositivo de seguridad en la zona y este jueves ha colocado vallas disuasorias en la calle y ha controlado el acceso a la misma, permitiendo Ăşnicamente pasar a los residentes.

El propio Iglesias ha condenado este martes los escraches que han sufrido en los últimos días y ha avisado de que si se generalizan protestas como la que estos días están llevando a cabo «gente de derechas» contra algunos miembros del Ejecutivo, como es su caso, frente a sus domicilios, no se sabe «donde pueden acabar», y lo próximo pueden ser concentraciones «de gente de izquierdas» frente «al apartamento» de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o la casa del líder de Vox, Santiago Abascal.

«Hoy es gente de derechas manifestándose en la puerta de mi casa. Mañana puede ser gente de izquierdas manifestándose en frente del apartamento de Ayuso, de la casa de los Espinosa de los Monteros o de Abascal», ha advertido en una entrevista en La Sexta, recogida por Europa Press, en la que ha señalado que en lo que a él respecta, no se queja, porque «a la política hay que venir llorado de casa».