La pérdida de trabajo, los problemas económicos, la soledad, los cambios de rutina, los duelos de familiares que no se han podido despedir de sus seres queridos o el impacto psicológico en los profesionales sanitarios provocados por la pandemia hacen prever a los psiquiatras prevén un aumento de las enfermedades mentales, así como de las recaídas en personas con problemas de salud mental.
Así lo ha manifestado el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y director del Instituto de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el doctor Celso Arango, durante el encuentro ‘Avances en la COVID-19 y su impacto en la Salud Mental’, organizado con la colaboración de Janssen Pharmaceutical Companies de Johnson & Johnson.
Arango apuesta por adelantarse a esta situación. «Poniendo los recursos necesarios, podremos dar respuesta a esta situación, teniendo en cuenta que ya hay estudios que muestran que hay un 16% de la población general que sufre problemas de ansiedad provocados por el confinamiento», ha comentado.
Estas consecuencias del confinamiento y aislamiento social se verán reflejadas en las consultas se verán reflejadas «a medio y largo plazo», así como, ha continuado, que «esto tenga un impacto en la provisión de servicios, la docencia e investigación en el campo de la salud mental».
En este contexto, la doctora Ana González-Pinto, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) y jefa del Servicio del Hospital Universitario de Araba, ha recordado que, en estos últimos meses, los médicos han tenido que aprender e investigar mucho para poder dar respuesta a esta situación tan compleja.
«Ahora tenemos que prestar especial atención a las poblaciones más vulnerables, como los mayores, los adolescentes con problemas de adaptación y las personas con enfermedades mentales graves», ha explicado la doctora.
EQUIPOS MULTIDISCIPLINARES Y ASISTENCIA TELEMÁTICA
Los expertos participantes coincidieron en señalar que la atención sanitaria ha sufrido una importante transformación en un plazo muy corto de tiempo y esto ha obligado a los profesionales a formar equipos multidisciplinares en los hospitales que pudieran dar respuesta a la situación que se ha vivido en estos centros. «Y los psiquiatras», señaló el doctor Arango, «hemos sido muy bien acogidos en estos equipos.
Esto nos ha enseñado también a identificar prácticas que hacíamos que no son coste-eficientes así como a desarrollar la telepsiquiatría, la Psiquiatría de enlace e interconsulta hospitalaria, la atención domiciliaria, y la atención ambulatoria virtual o telemática, opciones cuyo uso se ha acelerado en esta etapa y que, sin duda, ocuparán un lugar importante en el futuro de nuestra disciplina», concluye el presidente de la SEP.
La actualización científica sobre las posibles vacunas y tratamientos frente a la COVID-19, así como la contribución de esta compañía frente a la pandemia han sido otros de los aspectos tratados en esta reunión. En este contexto, el doctor Antonio Fernández, director de Desarrollo de Negocio y Asuntos de Gobierno de Janssen España, señaló que «lo que ha ocurrido ha sido transformacional para todos.
«A la hora de desarrollar una vacuna contra este virus para poder responder a una emergencia sanitaria como ésta, hay diferentes retos que estamos afrontando en paralelo: la composición de la vacuna, la plataforma de administración, los ensayos clínicos para probar su eficacia y seguridad y todo lo relacionado con la producción industrial y su escalado», ha añadido.
Por su parte, la directora médica de Janssen España, la doctora Henar Hevia, ha comentado que «ahora más que nunca es preciso que todos los sectores sociales trabajemos juntos y a una velocidad sinprecedentes. La industria farmacéutica, los grupos académicos y las agencias gubernamentales tenemos que estar muy coordinados para detectar las posibilidades de colaboración allí donde sea necesario. En España ya hay en marcha más de 100 estudios, la mitad de ellos clínicos y la otra mitad observacionales».