El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha lamentado que las residencias de mayores se hayan convertido en «campos de la muerte» durante las peores semanas de la pandemia del coronavirus, cuando se «abandonaron» a los ancianos negándoles incluso la asistencia hospitalaria. Una situación que atribuye a la privatización de las residencias, y que considera un «ejemplo terrible de la descomposición de la humanidad».
«Les dijeron que no podían ir a los hospitales por edad, no por razones físicas. ¿En función de qué quién dice eso? ¿Qué es esa descentralización del poder divino? No de los médicos, que se han portado maravillosamente en todos los sitios, sino de los burócratas de las residencias y de los hospitales», ha dicho Castells en una entrevista al periodista Manuel Campo Vidal para Next Education recogida por Europa Press.
Castells, de 78 años y reputado sociólogo, se ha referido a la letalidad que ha provocado el coronavirus en el conjunto de países occidentales, sin aludir en concreto a España, donde han muerto casi 20.000 personas este tipo de residencias.
Castells ha señalado «la privatización creciente del cuidado a la salud de los viejos» como una de las principales causas de las muertes en estos recursos, porque «es un mercado enorme en expansión de gran ganancia para los capitales buitres», aquellos que «entran, hacen negocio durante cinco años y se largan», en palabras del ministro de Universidades.
Así se ha expresado en una entrevista donde ha analizado el escenario internacional tras el coronavirus, donde ha calificado la mortalidad en las residencias como un ejemplo de la ruptura de la «solidaridad integeneracional», según Castells. «Si había algo que se respetaba en las sociedades en toda la historia de la humanidad es que se cuidaba a las personas mayores», ha destacado.
En ese sentido, Castells ha abogado por «restablecer lazos intergeneracionales» para mejorar la atención a las personas mayores. «El sistema que hemos construido no soporta ese cuidado, hemos roto esa solidaridad, y quizás haya que encontrar nuevas fórmulas de tipo cooperativo, como esas utopías urbanísticas del siglo XIX de barrios comunales donde la gente vivía cerca y se podía ocupar de los cuidados de otros», ha apostillado.