El Banco Central Europeo (BCE) debatió sobre la distribución de su programa de compras de emergencia contra la pandemia del Covid-19 (PEPP) y planteó que la clave de capital seguía siendo una «referencia relevante» para ello, según se desprende de las actas de la última reunión de política monetaria de la institución, que tuvo lugar entre el 3 y el 4 de junio.
En dicho encuentro, el BCE anunció el incremento de la cuantía total de compras del PEPP en 600.000 millones de euros, hasta 1,35 billones. Asimismo, se elevó el horizonte temporal para las compras netas hasta junio de 2021 y se anunció que se reinvertirían los vencimientos hasta finales de 2022.
«En este contexto, la importancia de la implementación flexible del PEPP fue enfatizada como una forma de asegurar la transmisión de la política monetaria a través del tiempo, los tipos de activos y las jurisdicciones. Este tipo de flexibilidad fue vista como más efectiva y eficiente durante periodos de estrés de mercado», se puede leer en las actas del cónclave.
Pese a esto, el documento también recoge que el BCE subrayó que la clave de capital, el peso de cada país en el BCE, «permanece como una referencia relevante para la adjudicación de compras entre jurisdicciones».
Asimismo, las actas también hacen referencia a que el anuncio de que los vencimientos se reinvertirán hasta 2022 es una forma de ajustarse a la clave de capital al mismo tiempo que se mantiene la flexibilidad. De esta forma, el BCE podrá utilizar los vencimientos para ajustarse lo más posible al peso de cada jurisdicción pese a haber empleado la flexibilidad necesaria durante el periodo de compras netas.
Por otro lado, aunque la mayoría de miembros del Consejo de Gobierno del BCE estuvo de acuerdo con incrementar el volumen del PEPP en 600.000 millones de euros, hubo algunos banqueros centrales que propusieron cantidades diferentes. Los que propusieron una extensión mayor argumentaron que las proyecciones macroeconómicas de junio no abarcaba la posibilidad de que la crisis se contagiase al sector financiero.
De su lado, los que abogaron por un paquete menor defendían que esas mismas proyecciones no tenían en cuenta el impacto del fondo de recuperación propuesto por la Comisión Europea.
Algunos miembros del Consejo de Gobierno también criticaron la idoneidad de las compras de activos. En su opinión, si el Eurosistema se convierte en el mayor tenedor de bonos soberanos de la eurozona, aunque lo haga a través del mercado secundario, eso podría «debilitar» el rol disciplinario de los mercados y sus incentivos para valorar la fortaleza fiscal de los países del euro.