Tiene su truco: así puedes hacer ‘fingers’ de pollo frito crujientes y sabrosos

¿A quién no le gustan los snacks de pollo crujientes en forma de fingers? Puede que en tu día a día no seas mucho de rebozados, pero de vez en cuando está muy bien darse un capricho. Sobre todo, si los puedes preparar en casa y que te salgan igual de exquisitos que en las terrazas. Así que, debes saber que puedes hacer ‘fingers’ de pollo crujientes de manera fácil y sencilla, y no volverás a comprarlos nunca más congelados. ¿Cuál es el origen de los fingers de pollo frito

En realidad, esta receta no tiene un gran misterio. Estas delicias de pollo, dedos o ‘tenders’ (tiernos) en forma de palitos son un estilo más de pollo rebozado frito que no contienen ni piel ni huesos. A menudo se sirven en muchas terrazas y restaurantes tanto de Estados Unidos como en Canadá, Europa y hasta en Australia, y se les puede acompañar de numerosas salsas al gusto como la de mostaza y miel, barbacoa, agridulce, ranchera y queso azul. Pero, ¿cómo los podemos preparar en casa de forma que nos queden igual que sabrosos y crujientes que en los restaurantes? 

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¿Cómo preparamos el pollo frito? 

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En realidad, cada receta tiene su propio truco. Y el secreto para un pollo empanado bien horneado, que quede dorado, y crujiente a la vez, es tostar primero las migas de pan en el horno.  Un truco muy fácil que hará que los fingers queden muy crujientes. Eso sí, pero no te pases con el tiempo, con tan solo unos minutos bastará, hasta un máximo de 15 minutos. 

Después pasaremos a empanar el pollo para conseguir una primera capa externa también crujiente, y mientras tanto sazonamos con las hierbas para proporcionar un sabor especiado adicional. Y ¿cómo rebozar el pan con el pollo? Sumergimos los trozos en un huevo batido y le añadimos un poco de aceite, para que quede solo una fina capa de huevo sobre el pollo, y mantenemos la pieza en un bol un par de segundos para que caiga el exceso de aceite.   

Pasamos las tiras de pollo por los dos huevos, previamente batidos, después por el pan rallado y, otro de los trucos es que si quieres hacer una capa crujiente más gruesa, puedes repetir la misma operación, para que te quede una doble capa de rebozado.