Un estudio de la Universidad de Zaragoza muestra el avance hacia una docencia mixta, presencial y digital

Un estudio de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza ha concluido que España, en estos momentos, no está preparada para realizar una docencia exclusivamente e-learning, aunque existe un «claro convencimiento» sobre la idoneidad de una docencia mixta, en la que se combine, tanto la digital, que favorece un rápido acceso a la información, como la presencial, para el seguimiento, apoyo y las relaciones sociales entre alumnado y profesorado.

Para conseguirlo, es preciso impulsar planes de formación para ajustar el rol del profesor y del alumno ante el uso de estas metodologías, señala este trabajo, dirigido por el profesor e investigador en el ámbito psicoeducativo, Juan Carlos Bustamante, que ha analizado la pertinencia de la metodología e-learning durante el confinamiento a partir de entrevistas y cuestionarios a los cuatro agentes educativos implicados: familias, estudiantes, profesores y equipos directivos.

La Universidad de Zaragoza ha explicado en una nota de prensa que la crisis producida por la pandemia de la COVID-19 ha servido para reconocer el potencial educativo de esta metodología de enseñanza, pero también para subrayar que no ha sido el momento oportuno para desempeñarla.

«Todavía hay algunos aspectos por atender y resolver como es la escasa formación específica en el uso del e-learning por parte del profesorado, la conectividad de las zonas rurales, la atención personalizada a los estudiantes con necesidades educativas especiales y la brecha digital», han esgrimido los responsables del estudio.

Así se concluye en el ‘Análisis de la utilidad, aplicabilidad y alcance de la metodología e-learning y recursos educativos digitales ante la situación producida por el COVID-19: un estudio cualitativo’, en el que también han participado Manuel Lizalde, Carlos Peñarrubia, y Manuel Segura de la Facultad de Educación.

Se trata de un estudio que busca, no solo aportar evidencia a la comunidad científica, sino ofrecer también un material psicodidáctico útil para la comunidad educativa.

RECOGIDA DE DATOS

La recogida de datos se realizó de manera on-line durante un mes. Específicamente, en el caso de los alumnos, se les hizo llegar por vía telemática un cuestionario de preguntas abiertas, mientras que en el caso de maestros y profesores, representantes de equipos directivos y familiares se realizaron entrevistas individuales semi-estructuradas on-line con una duración media de 30 minutos.

Esta metodología e-learning ha sido la única viable que se ha reconocido para poder continuar con el curso escolar durante el confinamiento.

Durante este periodo, las principales ventajas que se han encontrado del e-learning han sido el acceso a múltiples recursos y la posibilidad de presentar la información al alumnado de forma más atractiva, constituyéndose este aspecto como un factor motivador para ellos.

De esta forma, se puede favorecer una mayor implicación de los estudiantes en su aprendizaje haciendo que sean más autónomos en la organización y realización de sus tareas.

Por su parte, los principales inconvenientes guardan relación con las conexiones, la comunicación y relación entre el alumnado y profesorado. El estudio revela que se ha realizado la pérdida del contacto con algunos de los alumnos, y también de los alumnos entre sí.

No obstante, por norma general, el alumnado ha trabajado mucho y de forma constante, aunque los familiares han coincidido en que sobre todo al principio del confinamiento, la docencia se ha basado casi exclusivamente en contestar a las tareas que se han ido mandando, porque también se desconocía lo que se iba a evaluar.

LOS MÁS PERJUDICADO

El estudio ha señalado que entre los más perjudicados se encuentran los alumnos con necesidades especiales puesto que, aunque el e-learning tiene la posibilidad de individualizar las tareas, si se quiere, es más difícil de realizar un correcto seguimiento.

De la misma forma, el alumnado de Bachillerato, especialmente el de segundo curso, ha sufrido una «gran confusión» por el desconocimiento en la forma de evaluar y la incertidumbre generada por la prueba de la Evaluación de Acceso a la Universidad (EVAU).

Por otro lado, el profesorado ha confirmado que no estaba preparado para afrontar la docencia exclusivamente mediante e-learning.

Asimismo, en el estudio se han podido observar diferencias entre el profesorado y los centros educativos que ya apostaban con anterioridad por las TICS, especialmente en la forma de comunicarse con las familias y en los medios para realizarlo.

Aquellos que previamente tenían aplicaciones y plataformas que entraban en el dominio del centro, hacían uso de los mismos, y aquellos que no utilizaban ninguna, han visto la oportunidad en aplicaciones gratuitas para poder gestionar y controlar la docencia.

El director del trabajo, Juan Carlos Bustamante, ha apuntado que en la mayoría de los hogares la percepción es que el profesorado «necesita de más conocimientos tecnológicos, pedagógicos y de contenido para integrar la tecnología en el aula».

En este sentido, ha opinado que es necesaria la puesta en marcha de planes de formación específicos «que ajusten, no solo el rol del profesor ante el uso de estas metodologías, sino también el de los estudiantes».

NIVEL PSICOLÓGICO-EMOCIONAL

Todos los participantes en el estudio han señalado dificultades a nivel psicológico-emocional, pero no tanto por la forma de llevar a cabo la docencia sino por el hecho de estar confinados. De la misma forma, este trabajo ha servido para destacar que es importante tener en cuenta la experiencia emocional de los estudiantes para que el uso de la metodología e-learning sea exitoso.

En investigaciones previas, se ha visto que a la hora de usar este tipo de metodologías suelen mostrar estados emocionales positivos más que negativos.