La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 3 y 5 meses de prisión y multas por un total de 22,7 millones de euros a los cuatro exdirectivos y empleados de la sucursal española del banco chino ICBC por blanquear dinero de dos organizaciones criminales.
En la sentencia, tras un acuerdo de conformidad entre Fiscalía y acusados, se fija también la inhabilitación al banco para obtener subvenciones o ayudas públicas, para gozar de incentivos y beneficios fiscales o de la Seguridad Social por un periodo de dos años, como medida de seguridad postdelictual.
Si bien los cuatro acusados manifestaron en la vista su expresa conformidad con los hechos de la acusación, la calificación jurídica y las penas que se solicitaban (de hecho abonaron la multa de 22,7 millones), la entidad bancaria manifestó su disconformidad con esa medida de seguridad.
Según los hechos probados que recoge la sentencia, el que fuera director general del ICBC España desde 2010 y hasta 2012, Liu Gang, desatendió «con un severo desdén» la normativa de prevención de blanqueo de capitales y promovió en su equipo el incumplimiento deliberado de las instrucciones y recomendaciones de sus dos responsables de cumplimiento normativo.
Sobre el jefe de Banca Minorista, Fei Huang, se indica que «contravino palmariamente» la normativa de blanqueo y de forma directa instruyó a empleados para aceptar operaciones de efectivo «sin hacer preguntas», sin evaluar riesgos y sin recabar justificaciones sobre el origen de los fondos.
En cuanto a la empleada Jin Wang Huang, se apunta que trabajó de cara al público en los mostradores y colaboró con miembros de las organizaciones criminales SNAKE y CHEQIA para que fraccionaran ingresos y así pasaran desapercibidos y no tuvieran que presentar el formulario modelo S1 –obligatorio para ingresos en cuenta por encima de los 100.000 euros.
Según explica la sentencia, ésta empleada junto al director de Banca Minorista se coordinaban para dar entrada a abultados depósitos de dinero en efectivo que llegaban a la sucursal «en cajas de zapatos, maletas y mochilas». Incluso permitieron enviar dinero sin que el cliente tuviera cuenta en el banco, a través de transacciones de cuentas internas del banco.
Además, esta empleada llevaba de manera personal a la familia Wang Feng, de la organización criminal CHEQIA-Emperador. Les ayudaba con las imposiciones en efectivo, con la apertura de cuentas, con el uso de Nies de testaferros, y todo sin dar nunca ninguna alerta de operación sospechosa a Cumplimiento Normativo.
VORACIDAD POR EL PASIVO
El tribunal explica que en la primera etapa del ICBC en España se dio una «captación voraz de pasivo» que alcanzó récord en 2011 de 140 millones de euros en su única sucursal ubicada en el Paseo de Recoletos de Madrid. Los empleados captaron a clientes que en su mayoría estaban inmersos en actividades de economía sumergida, y les proporcionaba «una opacidad casi absoluta a sus movimientos de fondos» tanto en el ingreso como en las transferencia a China.
Pero también se hicieron necesarios para las organizaciones criminales de nacionales asiáticos, que en algunos casos llegaron a tener hasta 70 cuentas abiertas en el banco. Estas mafias bancarizaban sus ganancias fruto de la economía sumergida a través de entidades como ésta.
En concreto, la organización SNAKE contó con un complejo entramado societario compuesto por 161 sociedades y 183 personas físicas, que entre 2011 y 2014 usó hasta 910 cuentas (70 del ICBC). Importaron en ese periodo más de 2.000 contenedores que declararon con manifiesto infravalor en la aduana, en el pago de aranceles y en el IVA de importación (sólo declararon el 12,9% de su valor real).
La investigación arrojó que esta mafia ingreso en cuentas de su titularidad en ese periodo más de 305 millones de euros, de los que transfirieron al extranjero 298 millones. De todo ese dinero de SNAKE, entre 2011 y 2012 el ICBC movió 41,5 millones. El resultado de todo es que esa organización criminal dejó de pagar entre 2011 y 2014 más de 69 millones de euros en impuestos en España.
Ahora la Sala apunta que la operativa de ingresos de SNAKE en el ICBC era consentida por las investigadas Jin Wang y Fei Huang, quienes en lugar de centralizar el dinero en pocas cuentas lo repartían por multitud de cuentas abiertas a testaferros, y realizaban los ingresos de dinero de forma fraccionada por debajo del umbral tope. Este fue el patrón de conducta de ocultación y auxilio al aprovechamiento de las ganancias ilícitas para otros grupos como la organización criminal EMPERADOR CHEQIA y otros.
SEGUNDA ETAPA, IDÉNTICAS MANIOBRAS
Con posterioridad, el director general de la entidad desde 2012 y hasta la fecha de la intervención por el Juzgado en 2016, Lui Wei, continuó con las maniobras de auxilio y aprovechamiento a las organizaciones criminales ayudando a la bancarización de su dinero.
Con el conocimiento público de la operación Emperador a finales de octubre de 2012, afirma el Tribunal, se produce un cambio radical en el modelo de negocio de captación del dinero en efectivo «que de forma mayoritaria se desvió a las sucursales de la Caixa para introducirlos a través del convenio de corresponsalía que tenían suscrito entre ambas entidades bancarias».
Una corresponsalía «sui generis», señala la Sala, pues el banco destinatario era ICBC España, una sucursal de Madrid, y a través de ella se transferían los fondos a diferentes bancos chinos en el exterior. La implementación de la nueva forma de operar sin aceptar las remesas de efectivo fue llevada a cabo por las acusadas Fei Huang y Sin Wang.
En cuanto a la medida de seguridad de inhabilitar a la sucursal España de ICBC para obtener subvenciones, ayudas públicas o gozar de incentivos y beneficios fiscales o de la Seguridad social durante el plazo de dos años, el tribunal entiende que a pesar de que la entidad no esté de acuerdo y pese a que «ha acreditado la mejora de su modelo de compliance anti blanqueo en sus sistemas de control interno», esto no implica que desaparezca el riesgo futuro.
Y recuerda que la sucursal española fue un instrumento idóneo para operaciones masivas de blanqueo de dinero al servicio de organizaciones delictivas. Además, la Sala ha tenido en cuenta el precedente del grave fracaso por parte de la entidad matriz ICBC Sucursal Luxemburgo en sus obligaciones de control final en sus filiales, en este caso la española, en materia de cumplimiento de normativa y prácticas de blanqueo y financiación del terrorismo.
La Audiencia señala también que «la entidad ICBC Europe SA Sucursal España fue la única que no remitió un solo reporte de operaciones sospechosas al Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac) desde la apertura de la sucursal en España y durante todo el periodo de tiempo investigado –2011 al 2016–.
En la mayoría de los bancos las peculiares características del manejo de las cuentas por las organizaciones criminales SNAKE y CHEQIA, generaron cancelaciones o abstención de ejecutar las operaciones, así corrió las alertas sistemáticas de comunicación a los órganos centrales de prevención y posteriormente al Sepblac.
La sentencia falla además que los condenados puede sustituir la pena de prisión por la pena de multa con cuotas diarias qu van de los 100 a los 200 euros. Además, deben hacer frente a las costas del proceso, incluido el pago de más de 100.000 euros que destinó la la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil al servicio de intérpretes de chino.