El desenlace de OT 2020 estuvo lastrado, como toda la edición, por el coronavirus. Los concursantes tuvieron que afrontar un parón en su formación y marcharse a casa, a estar igual de confinados, con lo que ello suponía para el programa (conocer sus seguidores, hablar con todo el mundo…). Fueron lo más profesionales posibles y a su regreso hicieron cómo si nada hubiese cambiado. Sin embargo, y pese a que Televisión Española hizo todo lo posible, nada volvió a ser lo mismo: la ausencia de público dejó la final algo ‘descafeinada’.
1Preparados para todo
Si algo bueno tuvo ese paréntesis en una edición que finalmente se ha prolongado alrededor de seis meses fue que el shock tras la final no alcanzó las dimensiones que otros años. Además, pese a la incertidumbre generada al inicio, muchos han salido con un acuerdo firmado con una discográfica. Aunque solo unos privilegiados. Gerard, Anne o Bruno, grandes talentos musicales, no han conseguido aún seducir y lograr el apoyo potente de una discográfica. Sin embargo, el peor de los males no es ese. Muchos apuntan a que el revés que han sufrido es una humillación y tiene explicación.