Las excusas de Podemos para tapar las grietas de su partido siguen perdiendo fuelle. Cuando uno de los abogados de la formación morada se fue del partido y comenzó a denunciar irregularidades en la organización, el vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, deslizó en los medios de comunicación que se trataba de un resentido que estaba acusado de acoso sexual. Sin embargo, este letrado no se ha quedado quieto y ha seguido denunciando una por una todas las irregularidades que había contemplado en el partido. Iglesias pretendió descalificar a este abogado por ese presunto delito que ahora la Fiscalía de Madrid ha solicitado su archivo. Quien había denunciado a este letrado por acoso no era otra que Marta Flor, la abogada de Podemos que ahora se ha descubierto que estaba relacionada con el fiscal Ignacio Stampa.
«Se trata de un caso de acoso sexual muy grave que ustedes conocen», declaraba Iglesias ante los medios cuando fue preguntado por José Manuel Calvente, el abogado que ha puesto en jaque con sus declaraciones a todo el partido. Pero ahora estas palabras pierden fuerza cuando el Ministerio Público ha solicitado su archivo. Flor le había denunciado por los delitos de hostigamiento, acoso laboral, acoso sexual y lesiones. Según el criterio de la Fiscalía, no se ha podido acreditar que el exabogado de Podemos acosara ni sexual ni laboralmente a Flor.
Calvente se ha convertido en una piedra en el zapato para Iglesias y los suyos. En plena negociación con el PSOE para formar un Gobierno de coalición, el letrado purgado por la formación morada comenzó a filtrar presuntas irregularidades financieras y otro tipo de polémicas. Al mismo tiempo que Calvente denunciaba todo esto, donde incluso se deslizó la idea de que algunos dirigentes de la formación morada inflaban supuestamente los tickets del taxi para llevarse el restante al bolsillo, el partido le denunciaba por acoso sexual para desacreditarle.
Ahora, con el caso Dina, las cosas se le han complicado al vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos. Los chats en los que Calvente participaba han deslizado varias irregularidades como el hecho de que Flor, quien denunció al abogado por acoso laboral y sexual, tenía una relación íntima con el fiscal Ignacio Stampa y presuntamente gracias a este trato personal la abogada de Podemos tuvo acceso a la pieza separada del caso Villarejo que salpica a Iglesias y a su exasesoa Dina Bousselham antes de que el juez Manuel García-Castellón la hiciera pública.
Tras conocerse que la Fiscalía ha solicitado archivar la causa de acoso sexual contra Calvente, los ánimos se han caldeado en el entorno del partido y, sobretodo, en las formaciones de la oposición. La idea de que Iglesias creó presuntamente una causa contra un antiguo miembro incómodo para el partido para descalificarle se ha vertido en las redes sociales y ahora muchos dan por hecho que Podemos no es un partido tan transparente como ellos mismos venden.
Si Iglesias es capaz de utilizar esas prácticas mafiosas para deshacerse de elementos en su propio partido, qué no será capaz de hacer desde la vicepresidencia. https://t.co/5aj4r3h3xq
— Pastrana (@JosPastr) July 22, 2020
El caso Dina podría acabar con Iglesias sentado en el banquillo. Y mucha de la información de esta pieza separada del caso Tándem está relacionada con los chats del equipo legal de Podemos al que Calvente perteneció. Ahora, con el que fue abogado de Podemos a las puertas de desprenderse de esa acusación de acoso sexual y laboral, la credibilidad de Podemos está más tocada que nunca.
La balanza ha cambiado y ahora es Marta Flor la que está en el centro de todas las acusaciones. Según publica Libertad Digital, la letrada de la formación guardaba mensajes de «coqueteos de índole sexual» con el número dos de la formación y con otros cargos del partido, lo que pretende sacudir las acusaciones que aún pesan sobre Calvente, el abogado que fue purgado por Iglesias y que ahora ha puesto en jaque al partido.