MociĆ³n de censura o ‘muerte: el acierto de Vox para rivalizar con el PP

  • Vox estaba 'obligado' a recuperar empuje tras su caĆ­da demoscĆ³pica.
  • El PP lleva varios meses creciendo en los sondeos y estĆ” que trina con la mociĆ³n de censura.
  • Santiago Abascal busca rebajar la caƱa que recibe en medios con un candidato estrella.
  • La crisis sanitaria ha tenido consecuencias en una vida polĆ­tica espaƱola marca a golpe de sondeos. Y todas las encuestas pronostican que el Partido Popular recupera el empuje perdido y que Vox pierde fuerza porque el centro-derecha ibĆ©rico pare no comprender su ‘ruidera’ en plena pandemia.

    El sociĆ³logo Narciso Michavila cree que los ciudadanos se abrazan a opciones conocidas y razonables en tiempos de zozobra y Vox, en vez de apostar por un giro al centro o conseguir al fin un discurso social que le permita robar votos en el caladero progresista, se ha dedicado en ciertas ocasiones al victimismo, la bravuconada y la ocurrencia.

    Santiago Abascal, que sigue de menos a mĆ”s, no quiere socarrarse con una mociĆ³n de censura que sabe de antemano que tiene perdida. Y es por ello que Vox quiere diseƱar unas jornadas de septiembre en los que intentarĆ” colocar a un emblemĆ”tico exsocialista como alternativa a Pedro SĆ”nchez con la intenciĆ³n de conseguir recibir ciertas simpatĆ­as desde el ‘agrosocialismo’.

    QuizĆ”s no contaba Vox con que su movimiento de ajedrez le iba a granjear tal colecciĆ³n de enemigos entre la derecha mediĆ”tica. Porque una cosa es que los chicos de Abascal jueguen en esas lides al trumpismo bajo la asesorĆ­a de Manuel Mariscal. Es decir, forzar choques contra La Sexta. Y otra cosa es que Carlos Herrera te ponga en COPE a la altura del betĆŗn porque no le hacen gracia tus chistes.

    CHISTES DE VOX

    El Partido Popular tiene un plan: absorber de una forma mĆ”s o menos diplomĆ”tica a Ciudadanos a pesar de que el fracaso de Euskadi ha demostrado una vez mĆ”s que en polĆ­tica uno mĆ”s uno no son dos. Y que el crecimiento de Pablo Casado difumine la fuerza que logrĆ³ Vox en las generales de noviembre de 2019.

    Vox
    Abascal

    El Gobierno dice estar feliz porque Vox hace una mociĆ³n de censura contra Pablo Casado en vez de contra Pedro SĆ”nchez. Pero en realidad por lo que IvĆ”n Redondo estĆ” feliz es porque los medios progubernamentales volverĆ”n a colocar a Abascal como una alternativa real.

    Y este trampantojo conllevarƔ que los espaƱoles se vean obligados en volver a confiar en un partido que no despierta simpatƭas en casi ninguna capa de la sociedad por su turbio pasado felipista y su superficial presente sanchista: el PSOE.

    AGUAS REVUELTAS EN EL CENTRO-DERECHA IBƉRICO

    Abascal advirtiĆ³ en el Congreso que no estĆ” dispuesto a levantar el pie ni contra el PSOE ni contra Pablo Casado: Ā«SeƱores del PP, ya les emplazamos a ustedes el 6 de mayo desde esta tribuna, llamando a la responsabilidad del segundo partido de EspaƱa. Se lo digo con humildad y con Ć”nimo de diĆ”logo, los espaƱoles no pueden entender ni de estrategias ni de tĆ”cticas polĆ­ticasĀ».

    El lĆ­der de Vox tambiĆ©n lanzĆ³ un mensaje propio del peor JesĆŗs Gil y Gil: Ā«No se les ocurra volver a encerrarnos porque no se lo vamos a permitirĀ». Y Teodoro GarcĆ­a Egea, que cree que Abascal quiere ‘chupar cĆ”mara’ tras demostrar su fuerza testimonial en el CantĆ”brico, dejĆ³ ver por dĆ³nde irĆ” la estrategia del PP: Ā«No cuenten con nosotros para maniobras de distracciĆ³n que refuercen al PSOEĀ».

    CONTENTANDO AL ULTRACONSERVADURISMO PATRIO

    Vox quiere hacerle sangre a los que son sus socios en la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid, la Junta de AndalucĆ­a y el Gobierno de la RegiĆ³n de Murcia. Pero en su inflamado discurso aporrean a la izquierda y se autoerigen como los salvadores de un paĆ­s que en su mayor parte parece rechazarles por el momento.

    Vox
    Abascal

    Ā«La mociĆ³n es contra Gabriel RufiĆ”n, el gobierno comunista, los separatistas y para salvar a EspaƱaĀ», decĆ­a Abascal para contentar a esa bolsa ultraconservadora que desayuna con el discurso guerracivilista de Losantos, merienda digitales amarillos y cena con las desnortadas tertulias del TDT Party.

    Pablo Casado parece seguir los consejos de FeijĆ³o: ningunear la importancia de una mociĆ³n de censura que Vox sabe que tiene perdida de antemano y conseguir recuperar votantes con un mensaje templado que les haga recuperar que apoyos que, aunque no se lo crean por sus aspavientos decimonĆ³nicos, siguen hoy por hoy en el PSOE.