Estos son los ‘dragones’ que te puedes encontrar en Barcelona

Barcelona es de las ciudades españolas más imponentes. Cada uno de sus espacios dan muestra de una enorme diversidad cultural, que cualquier persona quisiera conocer. La historia de nuestro país es rica, diversa, abre un abanico de posibilidades para comprender el porqué de las cosas que vemos diariamente, cuando salimos a dar un paseo en sus acogedoras calles y sitios emblemáticos que forman parte indispensable de ese Conjunto Histórico Artístico que hemos heredado dignamente desde siglos pasados. Por cierto, muchos dragones aluden a esa historiografía.

Barcelona, además de ser una tierra llena de maravillas, es considerada la cuna de los dragones; una ciudad que reparte en diversos rincones más de 400 esculturas que rinden tributo a estas criaturas fantásticas y reveladoras que podemos observar en la actualidad. Es importante destacar, que la capital catalana cuenta con una amplia variedad de esculturas de los míticos dragones. Hay de todos los colores, de todos los tamaños, y de las formas más increíbles que no verás en ningún otro sitio.

Muchos turistas disfrutan de sus espacios, hurgan en los puntos más representativos de Barcelona para tomarse una foto, conocer la historia, y por supuesto, vivir una experiencia inolvidable. Como dato vinculante, las figuras están fabricadas en piedra y madera, así como también puedes encontrarte mosaicos, hierro forjado y materiales de todo tipo. Descubre los secretos de estos dragones, y la relevancia que tiene a nivel del turismo histórico que se hace notar en esta importante ciudad.

1
El origen: Detalles de la historia sobre los dragones en Barcelona

Sant Jordi acabó con la vida del dragón.

Siempre es bueno echarle una mirada a esa historia que nos pertenece, para conocer todo aquello que nos rodea. Y es que, muchas veces se cree que las infraestructuras están en la ciudad de manera fortuita, pero la realidad es que guardan un significado histórico que representa en gran medida la cultura de nuestro país, y la misma realidad de lo que fue cuando ni siquiera habíamos nacido.

Según datos, el origen se remonta a una antiquísima leyenda en la Barcelona del siglo IX, tiene como protagonista principal a Sant Jordi, el patrón de Cataluña. Se cuenta que en la región llamada Capadocia vivía un dragón que atacaba al pueblo y lo dejaba sin ganado. Lo cierto es que cuando ya no quedaban animales en la zona para alimentar al dragón, los habitantes del pueblo se vieron en la necesidad de ofrecer un sacrificio humano.

Estos organizaron una especie de sorteo entre todos los pobladores. Luego de esto, la elegida para el mencionado banquete de este dragón fue una princesa llamada Cleodolinda, pero justo antes cuando iba a ser devorada por el dragón, Sant Jordi acabó con la vida de esa bestia salvaje cortándole la cabeza, y los presentes quedaron atónitos.

De acuerdo a los señalamientos, de la sangre que empezaba a correr por el piso de este animal, germinó una rosa roja, símbolo idílico con lo que hoy en día se celebra el Día de Sant Jordi cada 23 de abril.

Atrás