Cambiar la dieta puede compensar aƱos de emisiones de CO2

Los alimentos con proteĆ­nas vegetales, como lentejas, frijoles y nueces, pueden proporcionar nutrientes vitales utilizando una pequeƱa fracciĆ³n de la tierra necesaria para producir carne y productos lĆ”cteos.

Al cambiar a estos alimentos, gran parte de la tierra restante podrĆ­a albergar ecosistemas que absorben CO2, segĆŗn un nuevo estudio que aparece en la revista ‘Nature Sustainability’.

En su estudio, los investigadores analizaron y mapearon Ć”reas donde la producciĆ³n extensiva de alimentos de origen animal, que requiere el 83 por ciento de las tierras agrĆ­colas de la Tierra, suprime la vegetaciĆ³n nativa, incluidos los bosques.

La investigaciĆ³n destaca lugares donde cambiar lo que las personas cultivan y comen podrĆ­a liberar espacio para que los ecosistemas vuelvan a crecer, compensando nuestras emisiones de CO2 en el proceso.

Ā«El mayor potencial para la regeneraciĆ³n de los bosques, y los beneficios climĆ”ticos que conlleva, existe en los paĆ­ses de ingresos altos y medianos altos, lugares donde reducir la cantidad de carne y lĆ”cteos hambrientos de tierra tendrĆ­a impactos relativamente menores en la seguridad alimentariaĀ», seƱala Matthew Hayek, autor principal del estudio y profesor asistente en el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Nueva York.

La quema de combustibles fĆ³siles para obtener energĆ­a emite CO2, calentando el planeta. Cuando el calentamiento alcanza 1,5Ā°C por encima de los niveles preindustriales, se esperan impactos mĆ”s severos como sequĆ­as y aumento del nivel del mar. Los cientĆ­ficos describen cuĆ”nto combustible fĆ³sil podemos quemar antes de alcanzar ese lĆ­mite utilizando el Ā«presupuesto de carbonoĀ» global.

SegĆŗn los hallazgos de los autores, el recrecimiento de la vegetaciĆ³n podrĆ­a eliminar entre nueve y 16 aƱos de emisiones globales de CO2 de combustibles fĆ³siles, si la demanda de carne cayera drĆ”sticamente en las prĆ³ximas dĆ©cadas junto con sus enormes requisitos de tierra. Esa eliminaciĆ³n de CO2 duplicarĆ­a efectivamente el presupuesto de carbono de la Tierra, que se reduce rĆ”pidamente.

Ā«Podemos pensar en cambiar nuestros hĆ”bitos alimenticios hacia dietas amigables con la tierra como un complemento al cambio de energĆ­a, en lugar de un sustituto -apunta Hayek-. La restauraciĆ³n de los bosques nativos podrĆ­a comprar un tiempo muy necesario para que los paĆ­ses hagan la transiciĆ³n de sus redes de energĆ­a a una infraestructura renovable libre de fĆ³silesĀ».

En su informe, los autores enfatizan que sus hallazgos estƔn diseƱados para ayudar a las estrategias adaptadas localmente para mitigar el cambio climƔtico. Aunque el consumo de carne en muchos paƭses hoy en dƭa es excesivo y sigue aumentando, la crƭa de animales sigue siendo fundamental en algunos lugares.

Estas consideraciones serĆ”n importantes a medida que los paĆ­ses intenten desarrollar sus economĆ­as de manera sostenible, segĆŗn Nathan Mueller, uno de los coautores del estudio, de la Universidad Estatal de Colorado, en Estados Unidos.

Ā«El uso de la tierra se trata de compensaciones -explica Mueller, profesor asistente en el Departamento de Ciencia y Sostenibilidad de Ecosistemas y en el Departamento de Ciencias del Suelo y Cultivos-. Si bien el potencial para restaurar ecosistemas es sustancial, la agricultura animal extensiva es cultural y econĆ³micamente importante en muchas regiones del mundo. En Ćŗltima instancia, nuestros hallazgos pueden ayudar a identificar lugares donde restaurar ecosistemas y detener la deforestaciĆ³n en curso tendrĆ­a los mayores beneficios de carbonoĀ».

Las recientes propuestas de cubrir gran parte de la superficie de la Tierra en bosques han generado controversia como soluciĆ³n climĆ”tica. Plantar fĆ­sicamente mĆ”s de un billĆ³n de Ć”rboles requerirĆ­a un esfuerzo fĆ­sico sustancial.

AdemĆ”s, una planificaciĆ³n deficiente podrĆ­a alentar la uniformidad de las plantaciones de Ć”rboles, limitar la biodiversidad o agotar la escasez de agua en las zonas secas. Por Ćŗltimo, los desafĆ­os radican en encontrar suficiente tierra para mantener a los Ć”rboles a salvo de la tala o la quema en el futuro, liberando el carbono almacenado nuevamente a la atmĆ³sfera como CO2.

REGENERACIƓN

Sin embargo, los investigadores tuvieron en cuenta estos posibles problemas al diseƱar su estudio. Ā«Solo mapeamos Ć”reas donde las semillas podrĆ­an dispersarse naturalmente, creciendo y multiplicĆ”ndose en bosques densos y biodiversos y otros ecosistemas que trabajan para eliminar el CO2 para nosotrosĀ», dice Hayek.

Ā«Nuestros resultados revelaron mĆ”s de 7 millones de kilĆ³metros cuadrados donde los bosques estarĆ­an lo suficientemente hĆŗmedos para volver a crecer y prosperar de forma natural, colectivamente un Ć”rea del tamaƱo de RusiaĀ», aƱade.

Las soluciones tecnolĆ³gicas para el cambio climĆ”tico pueden estar pronto en el horizonte, como maquinaria que elimina el CO2 directamente de la atmĆ³sfera o los tubos de escape de las centrales elĆ©ctricas. Sin embargo, depositar demasiada confianza en estas tecnologĆ­as podrĆ­a resultar peligroso, segĆŗn la coautora del estudio, Helen Harwatt, miembro de la Facultad de Derecho de Harvard.

Ā«Restaurar la vegetaciĆ³n nativa en grandes extensiones de tierras agrĆ­colas de bajo rendimiento es actualmente nuestra opciĆ³n mĆ”s segura para eliminar el CO2 -dice Harwatt-. No es necesario apostar nuestro futuro Ćŗnicamente en tecnologĆ­as que aĆŗn no han sido probadas a mayor escalaĀ».

Pero los beneficios de reducir el consumo de carne y lĆ”cteos van mucho mĆ”s allĆ” de abordar el cambio climĆ”tico. Ā«La reducciĆ³n de la producciĆ³n de carne tambiĆ©n serĆ­a beneficiosa para la calidad y cantidad del agua, el hĆ”bitat de la vida silvestre y la biodiversidadĀ», seƱala William Ripple, coautor del estudio y profesor de ecologĆ­a en la Universidad Estatal de Oregon.

Los acontecimientos recientes tambiĆ©n han puesto de relieve la importancia de los ecosistemas saludables en la prevenciĆ³n de enfermedades pandĆ©micas de origen animal, como el COVID-19.

Ā«Ahora sabemos que los ecosistemas intactos y en funcionamiento y los hĆ”bitats de vida silvestre apropiados ayudan a reducir el riesgo de pandemias –agrega Harwatt–. Nuestra investigaciĆ³n muestra que existe el potencial de devolver grandes Ć”reas de tierra a la vida silvestre. Restaurar los ecosistemas nativos no solo ayuda al clima; cuando se combina con poblaciones reducidas de ganado, la restauraciĆ³n reduce la transmisiĆ³n de enfermedades de la vida silvestre a los cerdos, pollos y vacas, y en Ćŗltima instancia a humanosĀ».