El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, maneja los peores pronósticos electorales para Ciudadanos y, al mismo tiempo, baraja la posibilidad «real» de convertirse en el presidente de la Comunidad. Puede parecer delirante pensar que una hipotética cuarta fuerza política sea la que tenga más posibilidades de gobernar en los próximos años, pero es que la moción de censura por la cual el PSOE de Ángel Gabilondo valora la posibilidad de apoyar a Aguado para sustituir a la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ha dado un golpe sobre el tablero. Especialmente por la dimisión del consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero. Aún así, las encuestas y sondeos que maneja el vicepresidente son claros: todos indican que su gestión no gusta, que su candidatura tampoco y que Ciudadanos se pegaría otro tortazo electoral considerable.
Podríamos pensar que es algo puntual, pero lo cierto es que los sondeos reflejan que la enorme tendencia a la baja de Ciudadanos es real. Si se acude a una encuesta realizada en mayo por GAD3 para ABC, se obtienen unos resultados muy similares al último sondeo realizado en septiembre por NC Report para La Razón: que la formación naranja está cuesta abajo y sin frenos en la Comunidad de Madrid, al menos. En la de primavera, se auguraba que Ciudadanos pasaría de 26 a diez diputados; y en la segunda, realizada en septiembre, que pasarían de esos 26 a 19. Todos a la baja, pese a que parezca que ha habido una leve mejora en la valoración de Ciudadanos durante este verano.
Este desplome lo achacan desde la formación naranja a todo tipo de razones, algunos incluso sugieren que tiene que ver con la erosión que ha sufrido la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, lo cierto es que con estos datos en la mano que convierten a la formación naranja en el cuarto partido de la Asamblea, Aguado se plantea ser presidente gracias a una moción de censura; vamos, hacer un Pedro Sánchez en toda regla y conseguir a la desesperada acceder a la presidencia para mejorar desde una posición privilegiada su estimación de voto.
Los datos de las encuestas le dicen a Aguado que su gestión no ha seducido a su electorado, por lo menos a la mayor parte de él. Pero desde Ciudadanos consideran que no es «su gestión» como tal, sino más bien la de un gobierno de coalición donde la formación naranja ha hecho lo que ha podido por aplicar el sentido común. Pero los datos son los que son.
La dimisión del consejero de Ciudadanos ha roto el equilibrio que reinaba en la Comunidad de Madrid y ahora Aguado se plantea cualquier escenario, incluso el que le convierte en presidente de la Comunidad de Madrid a pesar de ser el partido con peores pronósticos de evolución de toda la Asamblea de la capital.
GOLPE AL FRÁGIL EQUILIBRIO
En un principio, Aguado mantuvo la lealtad a su socio de Gobierno (el PP) y dejó claro que no se sumaría a esa moción de censura planteada por el PSOE que buscaba tumbar a Ayuso y poner en su lugar a cualquier otro diputado de la Asamblea, aunque en ese caso la oferta le cayó a Aguado en su buzón. Sin embargo, ahora ha ocurrido algo que ha alterado las fichas del tablero: la dimisión del consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, que era de Ciudadanos, un hecho que deja entrever la peculiar relación que mantienen ambos partidos y la frágil situación de la política en la Comunidad de Madrid.
Con este gesto, Aguado se replantea todo. Incluso esa lealtad que exhibió en el momento en el que le preguntaron una maraña de periodistas si se planteaba aceptar la jugosa oferta de Gabilondo y que el candidato de Ciudadanos rechazó de plano.
