Hace un par de años, unos nuevos vecinos ocuparon el piso de encima de donde vivimos con mi familia. Muy pronto empezamos a oír ruidos extraños, a cualquier hora, seguidos siempre de una gran variedad de gemidos y resoplidos. Sin duda para mí fue inspirador, y así, sin quererlo, me acabaron regalando la que ha acabado siendo mi primera obra de teatro. Así de sentimental finalizó Cesc Gay la nota de autor a su debut en la dirección teatral y con ese nombre revive cuatro años después esa experiencia inspiradora de la puesta en escena a la imagen en movimiento sin las palabras justas para hablar de las relaciones humanas, el sexo y la vida en pareja: a la vez tabú y en boca de todos, a la par lastre y quimera; y de igual a igual actual y tradicional. Analizamos Sentimental, la nueva película de Javier Cámara y Belén Cuesta.
Sinopsis de Sentimental, la película de Cesc Gay
Ana (Griselda Siciliani) y Julio (Javier Cámara) representan un matrimonio de poco más de quince años de convivencia con una hija en común. Después de tanto tiempo, el escenario cotidiano oscila entre la desidia y los desencuentros, procuran no comunicarse y hacer lo imposible por encontrar una excusa para no intimarse, para no rozarse.
El pan de cada día de este matrimonio con solera se verá alterado con un ingrediente inesperado: la llegada de los vecinos de arriba, Salva (Alberto San Juan) y Laura (Belén Cuesta), una pareja que constituye otra generación, mucho más joven que ellos y que molestan a Julio con sus “ruidos” por las noches. Ese choque generacional es otro de los enfrentamientos que la cinta propone en la lucha constante que es la vida en pareja. Acaban cenando juntos y la propuesta que les harán a Ana y Julio convertirá una tranquila velada en una noche que recordarán toda su vida.
