El Gobierno regional anunció el pasado miércoles el cierre de bares y restaurantes en toda la Región de Murcia a partir del sábado 7 noviembre. La decisión fue tomada por el Comité de Seguimiento Covid-19 de la Región e implica que los bares y restaurantes solo podrán mantener el servicio de comidas a domicilio y recogida de pedidos en el establecimiento. La Región de Murcia se suma así a la lista de autonomías que han decretado el cierre de la hostelería para frenar el avance el coronavirus, una medida que empezó en Cataluña se extiende ahora por gran parte del territorio nacional.
Sin embargo, en bares y restaurantes se han producido menos del 3,5% de contagios por coronavirus detectados en España desde el pasado mes de mayo. Esta cifra se reduce hasta el 0,7% durante la última semana del mes de octubre, según los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad el pasado 16 de octubre. Estas cifras contrastan con las de contagios en reuniones familiares y de amigos en domicilios, que se producen sin protocolos establecidos ni vigilancia y, por tanto, representan un mayor riesgo, apuntan desde Hostelería digital.
A pesar de esta ínfima proporción de brotes relacionados con los bares y restaurantes, solo dos establecimientos por cada provincia, todas las medidas que se están adoptando para frenar la expansión de La Covid-19 repercuten negativamente en un sector muy debilitado por la crisis. Las asociaciones se quejan de que las buenas cifras no se corresponden con las medidas que se han adoptado en algunas de las comunidades y por eso alegan que no deberían mantenerse. Asimismo, “se exige responsabilidad y profesionalidad a las administraciones estatales y autonómicas, para que tengan en cuenta dónde se están produciendo los contagios a la hora de establecer planes de contención que incluyan medidas limitativas o restrictivas de la actividad hostelera y comercial”. Se estima que estas medidas le cuesten el cierre a 100.000 establecimientos lo que se traduce en la pérdida de 1 millón de puestos de trabajo, a los que hay que sumar los 400.00 empleos que ya se han destruido.
La patronal hostelera murciana, Hostemur, se pronunció a cerca de la decisión del Gobierno a la que calificó de “despropósito y demostración de incompetencia que va a acabar con muchos empleos y a llevar a la ruina a multitud de empresarios”. Para la patronal, estas restricciones no hacen sino favorecer las actividades incontroladas como fiestas particulares, botellones o eventos clandestinos: «Nunca nos hemos negado al cierre, pero no es lógico no aplicar también otras medidas más restrictivas, por ejemplo un mayor control de las reuniones privadas».
Por su parte la Comunidad de Madrid se resiste al cierre de sus bares pese a la presión autonómica. Isabel Díaz Ayuso sigue al pie del cañón y no se achanta ante las negativas que recibe fuera y dentro de su partido. La amparan los buenos datos que ha obtenido la Comunidad: una incidencia acumulada en 14 días de 373,7%, es decir, que la capital está por debajo de los 400 casos por cada 100.000 habitantes. «Las medidas han tenido efecto, han tenido su impacto, y hay una transmisión menor. Se ha conseguido controlar. Eso es una buena noticia», declaró el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Reuniones y residencias, el principal foco de contagio
¿Dónde se producen los contagios entonces? Según los datos, los mayores brotes de contagio se están dando en las residencias de mayores. Desde Sanidad señalan que “aún se siguen produciendo en el ámbito laboral en trabajadores en situación de vulnerabilidad con un número elevado de casos por brotes, si bien estos brotes son de menor magnitud que los notificados durante el verano”. Esta última semana se han notificado 10 brotes entre temporeros y empresas hortofrutículas que han supuesto 81 contagios con ocho positivos por brote cifras que, en cualquier caso, son menores que las del pasado verano.
Parece obvio que donde se deben extremar las precauciones son en las reuniones familiares o de amigos que se producen en los domicilios privados. Desde el inicio de la desescalada, estos eventos han supuesto un total de 2.520 brotes que se traducen en más de 16.283 contagiados. Las reuniones familiares han generado desde junio 2.209 brotes y han dejado casi 13.000 positivos.
Por su parte, los centros educativos no preocupan a Sanidad, que solo asocia a este ámbito un 1% del total de los casos notificados en esta segunda ola: “en general son brotes de pequeña magnitud, con una media de 6 casos”, un total de 204 focos con 1.220 casos. En cuanto al ámbito laboral se han notificado 189 brotes con 1.153 casos