Estamos en un fin de semana donde se junta el frío, la lluvia y las restricciones de movilidad. Un cóctel perfecto para quedarse en casa, sentarse en el sofá a ver películas y deleitarse con una tentempié o aperitivo. Pero también normalmente queremos o nos gustaría evitar tentaciones calóricas como dulces, pizzas o aperitivos salados. Una opción ideal es un sándwich, perfecto para esas ocasiones, pero que muchas veces nos resulta soso y poco apetecible. Por ello te vamos a mostrar una receta para hacerlo riquísimo.
Con esta receta verás como desearás tomar este tentempié con tantas ganas como si fuera una pizza o una bolsa de patatas fritas. Así que toma buena nota porque además sabes que se trata de un alimento fácil de hacer, rápido, nutritivo, que puedes comer en cualquier sitio y en este caso también riquísimo. Además, te servirá ya para hacértelo también para llevarlo al trabajo, cenar más ligero o para una escapada al campo.
Los aderezos
Es otra cosa que hace aumentar mucho el nivel calórico. «En lugar de los clásicos mayonesa o salsa golf, podemos untar los panes con hummus, palta pisada con oliva, untable de almendras o de castañas, o simplemente queso blanco. De este modo vamos a aportar al sandwich sabor y grasas saludables», propone la nutricionista.
Y faltaría lo principal: qué meter en el sándwich. Como decíamos, el poner Nocilla o embutidos en vez de productos sanos y bien mezclados lo cambia todo. Aunque es casi inevitable pensar en el clásico mixto de jamón y queso, afortunadamente el panorama es mucho más amplio. «Pechuga de pollo en fetas finas, atún al agua o en aceite desmenuzado, carne fría que pudo haber sobrado del asado del día anterior, son algunas de las opciones básicas para un buen sandwich. A esto conviene agregarle algún vegetal para sumar vitaminas, minerales y fibra: rodajas de tomate, hojas de lechuga, rúcula, cebolla caramelizada o trocitos de palta son algunas de las opciones», dice Moreiro.
