¿Te sientes más cansado de lo habitual? ¿No puedes terminar las tareas que empiezas? Puede que no lo sepas pero tu cuerpo te está avisando de que estás agotado. Cuando nos sentimos así, se denomina que padecemos de agotamiento mental, un término que fue acuñado en los años 70 y con el que se definían los efectos que tiene el estrés ocasionado por el trabajo.
Hay que tener especial cuidado con él porque puede ser fácil de confundir con otros síntomas, como un resfriado. Aunque te parezca que eres completamente capaz de reconocer las claves que indican que estás padeciendo agotamiento, puede que en realidad no sea así.
Si quieres comprobarlo, descubre los síntomas que te avisan de que estás agotado.
Los primeros síntomas de que estás agotado
Uno de los primeros síntomas para saber si estás agotado es saber si te has convertido en una persona cínica o sarcástica. Puede que, sin apenas darte cuenta, hayas comenzado a hacer chistes de humor negro que pueden incluso herir a tus familiares, amigos o pareja. Esto puede estar relacionado con los problemas que van apareciendo en tu día a día, que te vuelven una persona cada vez más dura y más alejada de los sentimientos.
Hay que tener especial cuidado con esto. Si te estás convirtiendo en una persona que es capaz de hundir a otros es el momento de que suenen todas las alarmas. Podría no ser más que un mecanismo propio de defensa para luchar contra el estrés. Lo mismo sucede, por ejemplo, si notas que siempre estás enfadado.
Cuando estamos siempre de mal humor o echando la culpa a los demás de nuestros problemas, puede que el problema esté dentro de nosotros mismos. Estos sentimientos pueden ser un síntoma de que estamos agotados mentalmente, pues nos vemos desbordados por la situación. Una de las cosas que podemos mirar es si estamos trabajando demasiado o autoexigiéndonos mucho. De este modo, podremos cambiarlo cuanto antes.
