El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha intentado dejar fuera del reparto de los fondos procedentes de la UE a su vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Sin embargo, a última hora se ha visto obligado a rectificar. Lo cierto es que este vaivén no es más que una leve declaración de intenciones relacionada con la idea de excluir a Iglesias de la toma de decisiones. La realidad, según deslizan fuentes del PSOE, es que el partido no tiene ninguna intención de repartir las ayudas de Europa con el consentimiento de Iglesias. Excluirle en un principio fue un error, por eso ha rectificado poco después, pero lo fue porque la verdadera intención de Sánchez es romper con Podemos tan pronto se aprueben los Presupuestos y echar de una patada a Iglesias y a todos sus ministros.
Sánchez ha rectificado, pero lo ha hecho para evitar problemas antes de aprobar los Presupuestos. La solución que ha encontrado el presidente es sencilla: someter los 140.000 millones de euros en ayudas europeas al criterio único del Consejo de Ministros. Esto incluirá, por supuesto, a los vicepresidentes y a los ministerios de Unidas Podemos, al menos bajo el criterio de Iglesias, que ya ha dejado a un lado su malestar tras sentirse seguro dentro del Gobierno.
Pero esto no es lo que Sánchez pretende hacer en realidad. Ya se publicó en este medio que el presidente tenía una estrategia que pasaba por usar a Unidas Podemos para aprobar los Presupuestos y de ahí en adelante gobernar en solitario: crisis de Gobierno y patada a Iglesias para acabar la legislatura sin exabruptos. Pero es que, tras este gesto, parece que el plan urdido por uno de los asesores principales del presidente no solo sigue adelante, sino que se ha convertido en una realidad inminente que se aproxima hacia el seno de la formación morada.
La fórmula elegida por el presidente para evitar este primer bache ha sido someter al criterio del Consejo de Ministros las ayudas europeas, que antes iban a ser gestionadas a través de un organismo que no tendría en cuenta a los ministros de Podemos. La preocupación de Sánchez es gestionar él directamente todo ese dinero sin que nadie le conteste o le lleve la contraria, pero tampoco se puede permitir enfrentarse con su socio de Gobierno antes de que se aprueben las cuentas. Por lo que de momento, se somete el control al Consejo con vistas a que cuando Iglesias esté completamente fuera del Gobierno, esté directamente sometido a Sánchez. Otra vez.
Tras esta patada a Iglesias, la estrategia del PSOE es gobernar igual que se ha hecho hasta ahora: prorrogando los Presupuestos durante los años siguientes, que no serían más que dos, hasta que se agotara la legislatura y presentarse a las elecciones sin el lastre electoral que puede suponer ir de la mano de Iglesias y de su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Por el momento, todo el desgaste del Gobierno se lo han llevado los ministros de Podemos, al menos es lo que se desprende de las valoraciones de los ciudadanos en los sondeos realizados hasta la fecha. Con Unidas Podemos desgastado, desprenderse de este partido puede ser una buena estrategia para lavarse la cara de cara a las elecciones. Un plan retorcido, pero que fuentes del PSOE aseguran que está al llegar.
Iglesias tiene los días contados en el Gobierno, según aseguran fuentes del PSOE. Este plan ha llegado a oídos de la formación morada, pero aún ven complicado que Sánchez «se invente» una crisis de Gobierno para expulsarles del Ejecutivo. Pero desde Ferraz no descartan este plan, por muy enrevesado que parezca. Y más a sabiendas de quién susurra al oído al presidente, que no es otro que el conocido Iván Redondo.