La Guardia Civil ha detenido en Melilla a siete personas que recepcionaban droga lanzada desde Marruecos a través de la doble valla de seis metros cada una que separa la ciudad española del reino alauí.
Según ha informado este viernes la Comandancia, durante la última semana el Instituto Armado ha notado un aumento por parte de los narcotraficantes en la introducción de droga a través del vallado perimetral y, de hecho, ha asegurado que este es el procedimiento más utilizado para esta actividad ilegal de sustancias estupefacientes, a consecuencia del cierre de los controles fronterizos terrestres desde el 13 de marzo por la crisis del coronavirus.
Un portavoz ha explicado que los lanzadores de la droga, «perfectamente compenetrados desde el lado marroquí con los receptores en el territorio español», sortean el vallado arrojando los envoltorios, donde son recogidos por personas agazapadas o camufladas en la maleza del terreno.
De este modo, visto que este modo de traficar ha aumentado aún más durante los últimos días, la Guardia Civil ha intensificado el control y vigilancia en los lugares o zonas más sensibles por donde se viene perpetrando este tipo de delito a través de «volteos «.
La intervención policial se ha dividido en cinco actuaciones en esta última semana, que ha permitido la localización y aprehensión de un total de diecinueve paquetes de droga, desglosándose en once paquetes de sustancia estupefaciente hachís, con un total de 2,250 kilogramos; siete paquetes de sustancia de color verdoso conocido como ‘kiffi’, arrojando un peso total de 2,600 kilogramos; y la aprehensión por primera vez de un paquete de cocaína, con un peso de 126 gramos.
El portavoz de la Comandancia ha destacado que con estas intervenciones han evitado la distribución y comercialización en el mercado ilícito de 20.000 dosis de estos tipos de estupefacientes.
Los detenidos en estas distintas actuaciones son siete varones de nacionalidad marroquí. Cuatro son mayores de edad y los tres restantes son menores de edad no acompañados, dos ellos residentes acogidos en el Centro de Rostrogordo y uno en el Centro de Menores La Purísima.
Los mayores de edad han pasado a disposición judicial como supuestos autores de un delito de tráfico de drogas, mientras que los menores pasan a disposición de la Fiscalía de Menores de la Ciudad Autónoma de Melilla.