El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, dejó entrever en una entrevista que el Gobierno se está planteando reducción de la jornada laboral, para convertirla en una semana laboral de 4 días, o de 32 horas. En realidad, dijo que el Ministerio de Trabajo lo está estudiando ya que creen que favorecería la generación de empleo, pero una cosa es que desde el ministerio de Yolanda Díaz lo estén «explorando» y otra cosa es que los distintos sindicatos y organizaciones empresariales lo vean como algo viable. ¿En qué consistiría esta jornada? ¿Qué novedades implicaría?
1La filosofía del cambio de jornada
A priori, el cambio de modelo laboral vendría justificado por el cambio de las necesidades laborales que implica la automatización del empleo a la que acudimos desde hace unos cuantos años. Dicha automatización pone en riesgo casi la mitad de los empleos de la industria manufacturera o de la construcción, por ejemplo, y un gran porcentaje también del comercio al por mayor y al por menor. También afectaría al ámbito sanitario en más de un 20% según diferentes estimaciones. Es por esto, por lo que se hace urgente anticiparse a ese impacto negativo, y proponer alternativas viables, como el de la reducción de la jornada laboral sin que eso conlleve ninguna pérdida salarial, o éstas sean mínimas.