Casado se acerca a Almeida, cauteloso ante la ambición de Ayuso

José Luis Martínez-Almeida mira con recelos la intención de Isabel Díaz Ayuso de hacerse con el control del PP madrileño. Y no es que el alcalde madrileño crea que la presidenta autonómica vaya a llevar a la formación hacia la extrema derecha.

Porque él mismo ya ha aceptado 40 de las 43 enmiendas de Vox para aprobar los presupuestos de la ciudad de Madrid en 2021: «Hay que agradecer el compromiso, la generosidad y la altura de mira de Vox con la ciudad de Madrid para que estos Presupuestos tan extraordinarios sean una realidad», aseguró.

El alcalde y ex número dos de Esparza Aguirre, que busca consolidar un perfil centrista que nunca ha tenido gracias a su contraste con Ayuso, ha aceptado conceder ayudas a una fundación antiabortista para mujeres embarazadas en riesgo de exclusión social y a un programa de «violencia intrafamiliar», es decir, a una lamentable realidad utilizada por algunos extremistas para negar la violencia de género.

Almeida, preguntado por la ausencia de Begoña Villacís en la presentación presupuestaria, justificaba a su vicealcaldesa: «Desde el primer momento hemos defendido que somos un único gobierno y la escenificación ha sido la que siempre hemos mantenido Begoña Villacis y yo».

ORTEGA SMITH, FELIZ CON EL BARÓN ‘CENTRISTA’

Javier Ortega Smith, de Vox, está muy feliz por la nueva actitud del barón supuestamente centrista del Partido Popular: «Esta vez sí nos han tratado como socios prioritarios y se han sentado a negociar nuestras propuestas».

«Aquí ha primado por encima de cualquier consideración hacer de estos Presupuestos una herramienta para no dejar a ningún madrileño atrás. Los grupos de la izquierda van a impugnarlo todo porque todo les parece mal, pero nosotros anteponemos el interés de los españoles y madrileños antes que los de nuestro grupo municipal«, añadió.

Las políticas de izquierda, según Ortega Smith, «llevan a mayor empobrecimiento porque quieren que no se salga de ahí porque es más fácil controlar a la población para lograr el voto cautivo y crear chiringuitos ecolojetas. No quieren defender lo público, quieren ser ellos lo público y quedarse con lo público».

«PODER PARA LA ULTRADERECHA» GRACIAS A ALMEIDA

Jorge García Castaño, de Más Madrid, dice que «Madrid no es una ciudad más libre y más inclusiva desde que gobierno Almeida sino que es una ciudad en la que tiene más poder la ultraderecha como no pasa en ninguna otra ciudad europea».

«El Gobierno se posiciona con la ultraderecha en su lucha contra las asociaciones que han dado de comer a millones de personas, que trajeron el matrimonio igualitario e hicieron unos barrios vivibles en la Transición (. . .) No hay apuesta más allá del coche y el ladrillo en extensión«.

EL PLAN DE AYUSO INQUIETA A ALMEIDA

Almeida y otros alcaldes populares madrileños miran con recelos el plan de Isabel Díaz Ayuso, que quiere hacerse con el control del PP madrileño. Pablo Casaado, temeroso del poder de que podría adquirir la baronesa, está en condiciones de evitarlo.

Ayuso mientras tanto continúa con su eterna batalla contra el Gobierno central a causa de la crisis sanitaria y ahora la presunta falta de vacunas son el motivo de sus críticas: «Queremos hacer un llamamiento desde la Comunidad de Madrid para que lleguen más vacunas, que lleguen pronto, lo antes posible, y que podamos proteger en primer lugar a los más vulnerables, pero también al resto de la población, para pronto recuperar nuestras vidas».

«Nosotros, como gobierno autonómico que conoce bien la lucha contra la pandemia, nos ofrecemos a dar nuestra ayuda para cualquier cosa, para almacenar, para logística, para hacer cualquier gestión necesaria para que estas vacunas lleguen pronto y podamos de manera eficaz proteger a los ciudadanos«, dice.

Esta eficacia está puesta en duda por algunos y y el escritor Benjamín Prado ha resumido parte de este sentir en un tuit: «El presunto hospital Isabel Zendal ha costado 100 millones. No tiene quirófanos, ni urgencias, ni laboratorio, y las analíticas se mandan a La Paz. Hay veinte pacientes y a uno que ha empeorado hubo que trasladarlo al Gregorio Marañón. Esa es la gran obra de la presidenta Ayuso».