Aunque parece que los días de frío extremo y de borrascas de nieve ya han pasado, no podemos obviar que estamos en invierno, y que las bajas temperaturas pueden volver a darse. Es importante, que si esto se repite, estemos preparados y consigamos entrar en calor de forma rápida.
En casa, es más fácil, pues además de los distintos métodos de calefacción o climatizaciones, tenemos a nuestro alcance abrigos, mantas o incluso agua caliente si llegásemos a necesitarla. Pero, ¿qué pasa en la calle? ¿Sabemos recuperarnos de una sobreexposición al frío extremo?
No es tan difícil que suframos una hipotermia, entendiendo por tal el descenso de nuestra temperatura corporal por debajo de 35º. A partir de ahí, nuestro organismo empieza a actuar de forma torpe, tenemos una sensación de frío extremo y comienzan los temblores, eso nos indica que ha llegado la hora de actuar para tratar de revertir esos primeros síntomas.
Aunque la hipotermia está frecuentemente ligada al frío, no siempre es así, y se puede dar en otras circunstancias, siempre que la temperatura corporal baje de 35º. Se puede dar por lesiones, traumatismos, infecciones o por malnutrición. En todo caso, habrá que determinar si estamos ante una hipotermia leve, moderada o grave (esta última puede comprometer la vida de la víctima).
Lo primero que debemos hacer es proteger a la víctima – o nosotros mismos – del frío, bien con mantas y abrigos, bien alejándonos de la zona de paso del viento, o aislándonos de la nieve. Es importante cubrir bien cabeza y cuello, pues son dos zonas de gran pérdida de calor. También es recomendable beber líquidos dulces y calientes (no alcohólicas) que estimulen que el cuerpo vuelva a entrar en calor y quitarle la ropa mojada o húmeda que pudiese llevar encima.
Si la hipotermia es moderada o grave evita ponerte al lado de una fuente de calor directo (agua, fuego, manta eléctrica). Tienes que ir recuperando el calor de forma paulatina, si lo haces de forma brusca podrías empeorar ya que la circulación de tu sangre – que todavía está fría – se reactivaría y llegaría a los órganos vitales pudiendo dañarlos. En todo caso, si no sabes como manejar una situación en la que estás expuesto a mucho frío y puedes ponerte en contacto con personal sanitario, hazlo y ellos te indicarán cómo actuar. Es un buen consejo también, como para cualquier emergencia, que apliques la regla de cualquier emergencia: parar, pensar, actuar.