El alcalde de Málaga se pule 750.000 euros en coches de policía con la incidencia disparada

Francisco de la Torre se ha preocupado mucho por la seguridad de su municipio. El alcalde de Málaga ha aprovechado la pandemia y que su municipio tiene la incidencia disparada de 918 casos por cada 100.000 habitantes para formalizar un contrato que lleva meses rebotando por la administración andaluza. La policía municipal renovará todo su parque móvil. El alcalde ha visto oportuno gastarse 619.834,71 euros más IVA (es decir, 750.000) para comprar 32 motocicletas, 30 scooters, cinco coches patrullas y un furgón para la unidad canina para reforzar los recursos de la policía municipal de Málaga. Es un contrato antiguo, pero el momento de la formalización ha despertado algunas dudas en la oposición. Aún así, la policía malagueña afronta 2021 con nuevos juguetes para controlar la delincuencia.

Los lotes son hasta cuatro. Motos y coches renovarán el parque móvil de la policía municipal con el objetivo de que las fuerzas de seguridad puedan afrontar el 2021 con mejores recursos. «Todos los vehículos de este contrato serán nuevos y de primera matriculación», detallan desde el Ayuntamiento de Málaga en el contrato al que ha tenido acceso MONCLOA.com. El gasto para las arcas públicas del municipio costero será en total de 750.000 euros, y constará de cuatro lotes cuyo gasto repartido será de: para las motocicletas, 304.000 euros; para las scooters, 264.000 euros; para los coches patrulla municipales, 121.500 euros y para el furgón para la unidad canina, 60.500 euros.

La contratación no ha sido fácil. En un primer momento, el Ayuntamiento de Málaga ha rechazado las propuestas recibidas. Los primeros concesionarios que quisieron entrar al juego fueron descartados fulminantemente porque no cumplían las exigencias planteadas por el municipio. Finalmente, Francisco de la Torre, el alcalde de Málaga, ha decidido que el momento más oportuno para formalizar el contrato ha sido este 27 de enero de este año, con la incidencia acumulado casi duplicando las recomendaciones de la Unión Europea, con una incidencia acumulada de 918 casos por cada 100.000 habitantes.

Sobretodo, el alcalde de Málaga ha decidido gastarse el dinero en reforzar mucho el parque móvil de motos. A pesar de que ha recibido muchas ofertas de grandes marcas como Honda, de la Torre ha visto oportuno decir que no a los modelos CB500 porque no se adaptaban a la necesidad del Ayuntamiento. También, en el plano de las scooter, rechazó una propuesta de la marca SYM por verla absolutamente insuficiente para las aspiraciones del Ayuntamiento.

Esta compra llega en un contexto en el que, primero, la incidencia de coronavirus en Málaga está disparada, hasta el punto que duplica las recomendaciones de la UE (por lo que Europa exigiría sobre el papel confinar la ciudad andaluza), y en el que la ciudad cuenta con una deuda de más de 300 millones de euros, pero gastarse otro millón más no supone un problema. Euro arriba, euro abajo, lo cierto es que en plena pandemia parece estar perfectamente justificado dejarse esta cantidad de dinero público en renovar el parque móvil de la policía municipal.

Este gasto en reforzar las fuerzas de seguridad municipales no es algo aislado en España. Hay otros municipios, como Madrid, otras comunidades autónomas, como el País Vasco, o incluso el propio Gobierno central que han decidido reforzar las partidas destinadas a la policía. Todos han aprovechado la coyuntura para que el 2021 se afronte con ganas y sin carencias, al menos ante aquellos que tienen que enfrentarse a los disturbios.

UN 2021 AGITADO

El lehendakari del País Vasco, Íñigo Urkullu, se ha sumado a las previsiones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del alcalde de MadridJosé Luis Martínez Almeida. Todos auguran un 2021 movido, con disturbios sociales y han utilizado recursos públicos para reforzar el material antidisturbios, así como el parque móvil de la policía (ya sea municipal, nacional o autonómica) para controlar los posibles problemas que puedan producirse a lo largo del año. En el caso de Urkullu, el lehendakari ha decidido gastarse más de cuatro millones de euros en comprar 53 furgonetas blindadas antidisturbios para la Ertzaintza, prácticamente renovar el parque móvil entero, que se sumará al antiguo, para tener una capacidad de respuesta contundente en caso de que se produzcan disturbios.

“Las necesidades de desplazamiento, hoy en día, que tiene la unidad para la protección ciudadana nos aconseja dotarles de un vehículo con otra serie de características diferentes a las actuales”, justifica el jefe de área de aprovisionamientos y administración, Jon Ander Azkarate Muñoa en un documento al que ha tenido acceso MONCLOA.com. Esas “características diferentes” insalvables que costarán a las arcas públicas vascas 4.134.000,00 euros son techos más altos y mayor capacidad, básicamente. El objetivo es que los policías sean capaces de “tener unidades suficientes y en condiciones que permitan desarrollar convenientemente la labor policial encomendada”. Parece ser que, hasta el momento, las furgonetas de las que disponía la Ertzaintza no tenían la suficiente altura y capacidad como para que los agentes desempeñaran su labor. Ahora, sí.

TAMBIÉN MADRID

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, se ha sumado al criterio del Gobierno central y también ha aumentado el presupuesto para material antidisturbios. El Ministerio del Interior ya lo hizo hace unas semanas, pero es que ahora la responsable del Área de Gobierno de Portavoz, Seguridad y Emergencias, María Inmaculada Sanz Otero, ha destinado 270.035,70 euros para comprar “equipos antidisturbios para la unidad de apoyo a la Seguridad del Cuerpo de Policía Municipal de Madrid”, tal y como se refleja en un documento al que ha tenido acceso MONCLOA.com. 

El gastarse todo este dinero público en aumentar el presupuesto en material antidisturbios viene justificado por la pandemia. El Ayuntamiento entiende que las intervenciones de la Unidad de apoyo a la Seguridad (los antidisturbios de la policía municipal de Madrid) han crecido desde que hay que controlar las aglomeraciones como fiestas o “botellones” y apuestan por reforzar su material para “disolver” hipotéticas y futuras concentraciones de personas en la capital. En un documento explican y justifican que este gasto viene motivado por causas reales.