ERC ha superado a Junts por 1 escaño y 35.119 votos (un 1,24% más) en la pugna entre los dos partidos por liderar el bloque independentista, con un 99,73% de voto escrutado.
La formación encabezada por Pere Aragonès ha forjado este ‘sorpasso’ en la circunscripción de Barcelona, ya que le ha arrebatado un escaño respecto a las elecciones de 2017: los republicanos han subido de 18 a 19 y Junts ha bajado de 17 a 16.
El otro diputado que ha perdido la formación de Laura Borràs ha sido en Lleida, donde Junts ha perdido 1 diputado –de 6 a 5– y ERC ha mantenido los 5 escaños que ya obtuvo en la anterior cita electoral.
En el resto de demarcaciones, los dos partidos han obtenido unos resultados muy parecidos, manteniendo todos los escaños que ya tenían: en Girona, Junts ha ganado con 7 escaños, por 4 de ERC, y en Tarragona, los republicanos se han impuesto con 5, mientras que Junts se han quedado con 4.
En esta pugna por el liderato independentista ha sido clave la escisión que hubo entre Junts y PDeCAT, que se han presentado por separado a estos comicios y ha obtenido 76.952, de manera que, si estos votos se hubieran quedado en la candidatura de Borràs, podrían haber sido determinantes para mantener la hegemonía del independentismo.
¿PRESIDENCIA DE ERC?
Después de gobernar juntos y tras una legislatura con divisiones constantes entre los socios del Govern, las formaciones lideradas por Oriol Junqueras y Carles Puigdemont afrontaban estas elecciones como un duelo por liderar el proceso independentista, ya que quedar por encima del otro puede ser determinante para encabezar el próximo Govern, como ocurrió en 2017.
En esas elecciones, celebradas tras el 1-O, la aplicación del 155 y el encarcelamiento de los presos soberanistas, Junts, con la promesa de Puigdemont de volver a Cataluña, se impuso en esta pugna por dos escaños y 12.372 votos por delante de ERC, lo que le valió para quedarse con la Presidencia.
Tras esos comicios, las estrategias entre los dos partidos se fueron distanciando, sobre todo a nivel discursivo: los republicanos apuestan por su vía «amplia» y pragmática con el objetivo de ensanchar los apoyos al independentismo para forzar al Estado a un referéndum, mientras que los de Puigdemont optan por una mayor confrontación y son críticos con el diálogo que propugna ERC.
En las citas electorales posteriores a 2017, ERC había logrado vencer, tanto en las elecciones generales del 28 de abril y el 10 de noviembre de 2019, como en las municipales del 26 de mayo, pero Puigdemont se impuso a Junqueras en las europeas, y quedaba el reto pendiente de los comicios autonómicos.
En los últimos años, los republicanos siempre han liderado las encuestas para vencer en las elecciones catalanas, hasta las semanas previas al 14F, y pese a haberse quedado a las puertas de esa victoria, sí que ha logrado el ‘sorpasso’ a Junts.
Ahora está por ver si los dos partidos repetirán el pacto de gobierno de las dos últimas legislaturas y, al quedar por delante, ERC obtiene la Presidencia de la Generalitat, aunque necesitaría los votos de la CUP, que en la campaña ya ha avisado de que no los asegurará.