1,2 millones para identificar las víctimas de Pico Reja, una de las mayores fosas franquistas

La vicepresidenta primera del Gobierno pocas veces mete las botas en el barro para dar concesiones directas a través del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Sin embargo, ahora Carmen Calvo se ha comprometido con el Ayuntamiento de Sevilla a concederle 160.000 euros directos en ayudas para desenterrar víctimas del franquismo que se sumarán a las partidas destinadas por el propio consistorio (680.000 euros), la Consejería de Cultura (265.000 euros) y por la Diputación Provincial de Sevilla (otros 265.000). Concretamente, todas estas ayudas que suman más de un millón de euros se destinan para desenterrar los restos de la fosa de Pico Reja, la segunda mayor fosa del franquismo abierta de toda Andalucía con cientos (desde el Gobierno se habla de más de 1.100 víctimas) de cadáveres sin identificar a la espera de ser enterrados dignamente para que las familias los tengan localizados.

Pese a las críticas que se han deslizado con timidez desde la oposición (a excepción de Vox, donde la timidez es un lejano rumor), lo cierto es que la fosa de Pico Reja lleva años abierta y ahora se espera incrementar los esfuerzos económicos para que se pueda avanzar en la recuperación de los restos de los represaliados por la guerra y la dictadura. Lo que se busca desde el Gobierno es establecer «medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura, tiene entre sus objetivos promover la reparación moral y la recuperación de la memoria personal y familiar de esas víctimas, para lo cual establece una serie de medidas entre las que se incluyen aquellas relativas a la localización e identificación de personas desaparecidas en dicho período, que la Ley configura como una auténtica política pública», tal y como se desprende del Boletín Oficial del Estado (BOE).

«Las investigaciones y estudios realizados sobre esta materia indican que en la actualidad todavía existen numerosas fosas con cuerpos sin identificar, como resultado de las ejecuciones cometidas durante la Guerra Civil y la Dictadura, constituyendo la fosa de Pico Reja, sita en el cementerio municipal de San Fernando, en Sevilla uno de los lugares donde se concentran un mayor número de cuerpos pendientes de exhumación en una fosa común con represaliados de la Guerra Civil y años siguientes de la dictadura franquista apuntando los historiadores a una cifra que supera los 1.100 cuerpos enterrados», aseguran desde el Ejecutivo. Más de 1.100 cadáveres sin identificar, unos números que asustan a más de uno.

En total, el Ayuntamiento de Sevilla asume la ejecución de las actuaciones correspondientes y aportará la cantidad de 680.000 euros (de los cuales, 160.000 los concederá el Gobierno). Por su parte, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla contribuyen con una aportación de 265.000 euros cada una», aseguran en el BOE. En total, el dinero destinado es de 1.210.000 euros para sufragar los gastos de desenterrar las víctimas del franquismo y de la Guerra Civil.

Para hacerse una idea de la magnitud de la fosa de Pico Reja, imagínense lo que supone lanzar los cuerpos de más de 1.000 personas a un agujero en la tierra de forma caótica y dejar que pase casi un siglo. Identificar los restos y entregárselos a las familias es un trabajo arqueológico y científico tremendo que requiere un esfuerzo económico significativo. Aún así, no todos en Andalucía se muestran favorables a destinar más de un millón de euros para desenterrar a estas víctimas de la guerra y del franquismo.

Esta fosa tan conocida en España se abrió en 1925 y se empieza a usar desde el 18 de julio de 1936, día del inicio del golpe de Estado por parte de las fuerzas franquistas. Según el criterio del historiador José Díaz Arriaza, se trata de la fosa donde se enterraron las víctimas del primer mes y medio de represión franquista en Sevilla, tal y como explicó el experto en una entrevista al diario Público.

VOX, EN CONTRA

El presidente de Vox, Santiago Abascal, ya había acusado  al vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, de tener un discurso “guerracivilista” desde la tribuna del Congreso y animó a los jóvenes de su formación a “no caer en las provocaciones” y responder con una actitud “cívica”.

En el encuentro telemático ‘Cañas por España’ con los jóvenes de Vox, Abascal señaló que Podemos “se está convirtiendo en un peligro para la democracia” y destacó que Pablo Iglesias hace “apelaciones directas a la guerra civil desde la tribuna del Congreso”.

Es por esto que estas medidas no son del agrado del partido de extrema derecha, que consideran que se desperdician recursos públicos a asuntos del pasado que no buscan otra cosa que revivir la confrontación de entonces. Lo que le dijo a Iglesias lo mantienen y lo extienden al PSOE, ya que ha sido la propia vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo la que ha alentado mediante concesiones directas que se desentierren a las víctimas de Pico Reja.