La CUP exige la eliminación de la única unidad antidisturbios de Cataluña para formar Govern

Las calles de Barcelona vuelven a arder y la Brigada Mòbil (BRIMO), la primera y última línea de defensa de la policía autonómica catalana. Ahora están en el punto de mira por emplearse a fondo con los violentos antisistema.

Las protestas de la extrema izquierda, a raíz de la encarcelación del rapero Pablo Hasél y la respuesta de la BRIMO estas noches pasadas, han servido de pretexto a la CUP para exigir su eliminación.

En la batalla campal del martes, una joven perdió un ojo, supuestamente tras ser alcanzada por un proyectil de foam. Se trata del único material que pueden disparar los antidisturbios y prohibida en distancias cortas.

Grupos de extrema izquierda y partidos políticos de izquierda, incluido el PSC, junto a la propia Generalitat, han vertido duras críticas contra la BRIMO, al tiempo que han defendido al polémico cantante.

La CUP ha convertido las críticas en una exigencia en plena negociación para formar gobierno con ERC y JxCat, sin determinar aún si entran en el Parlament. Entre las peticiones se encuentra la eliminación de la única unidad antidisturbios propia de Cataluña, la Brigada Mòbil de los Mossos d’Esquadra (BRIMO).

CASCADA DE BAJAS EN LA BRIMO

El verdadero problema de la Generalitat no es la unidad de la BRIMO, sino la cascada de bajas que se está produciendo entre los agentes. «No hay reemplazo«, según apunta un miembro de este cuerpo de élite consultado por MONCLOA.com. «Los nuevos agentes no quieren este destino», afirma.

El hartazgo es tal que el agente pide bajas en esta sección «para que sean los propios políticos quienes se defiendan de los ataques».

«Esto ya no es una cuestión de profesionalidad o actuaciones puntuales en una batalla campal», prosigue. «Va -explica- de no dejarse pisotear por estos políticos, un mensaje suavizado por este redactor para no levantar aún más los ánimos.

«Esta mierda de sistema está creado solo para defenderlos a ellos y su corrupción», ha dicho. Los mandos ya «no defienden a sus subordinados» y «se mean en los principios de mérito y capacidad», concluye enfadado.

LOS MOSSOS, INDEFENSOS ANTE LA MARABUNTA VIOLENTA

El precio pedido por la CUP para dar su apoyo a este nuevo Govern se centra en modificar radicalmente las políticas de seguridad, como la prohibición de utilizar los proyectiles de foam. Las otras son la porra y el escudo. Como no podía ser de otra manera, la CUP también ha instado al cese del consejero de Interior, Miquel Sàmper (Junts per Catalunya).

De esta forma, los agentes serían carne para las piedras, proyectiles incendiarios, bolas y rodamientos de acero, botellas o cualquier otro material susceptible de ser arrojado.

Todo pocos días después del inicio iniciado las conversaciones entre ERC y Junts con la CUP, reuniones mantenidas por separado. «Todo eso está ahora mismo sobre la mesa de las negociaciones», ha afirmado Dolors Sabater.

Para la CUP, los Mossos d’Esquadra son un peligro público, sin que haya dedicado palabra negativa alguna respecto a la creciente violencia empleada por los jóvenes radicales antisistema.

Aunque la disolución de la BRIMO es una reivindicación de la CUP, ahora esta exigencia se ha convertido en uno de los puntos más calientes de unas negociaciones cruciales para el independentismo.

En la misma línea que la CUP se ha posicionado JxCat, que pese a tener la Consejería de Interior, ve «inaceptable respuesta policial que han obtenido». También ha criticado «las situaciones de violencia vivida y los errores cometidos por algunos agentes de la BRIMO, que en ningún caso pueden quedar impunes«. De esta forma, apuestan por un nuevo modelo de orden público e insta al resto de fuerzas políticas a abordar la reforma en el Parlament.

LA ÚLTIMA DÉCADA DE LA BRIMO

En la última década, los agentes de la Brimo han sufrido lesiones tras recibir el lanzamiento de todo tipo de objetos. Solo estas últimas noches, más de una decena de agentes ha sufrido lesiones por los ataques con piedras y material pirotécnico.

A finales de 2019, la emblemática plaza de Urquinaona se convirtió en el escenario de una guerra de guerrillas, con una violencia jamás vista hasta ahora. Fue imprescindible el uso de las balas de foam para contener a los exaltados, pero la CUP señaló directamente a estos proyectiles como los culpables.

Las balas de foam solo pueden dispararse de cintura para abajo. Entre el martes y el miércoles pasado se dispararon un total de 420 balas de foam en las más de 50 protestas convocadas en Cataluña.

La Generalitat eliminó su uso por las presiones políticas tras el caso de Ester Quintana, quien perdió un ojo en una protesta cerca de Plaza Catalunya. Los mossos imputados salieron absueltos por falta de pruebas tras las «prisas» en la investigación.

Los agentes de esta sección de los Mossos están curtidos en mil batallas, desde las acampadas en Barcelona, con el desalojo de Plaza Cataluña, pasando por las huelgas y protestas por los recortes y después con las algaradas contra el Rey o Vox cada vez que pisaban Cataluña. Desde la sentencia del 1-O, la violencia en Cataluña ha ido in crescendo, convirtiendo sus calles en una guerra de guerrillas constante.