Teodoro apuesta por endurecer el tono (otra vez) para evitar la sangría hacia Vox

Vuelta a las andadas. El secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, ha tomado la decisión que la mayoría de los díscolos en el PP temían: volver atrás y recuperar el tono duro y agresivo contra el Gobierno. Tras la debacle electoral catalana, se temía entre las filas populares que Pablo Casado cometiera el error de intentar, de nuevo, competir con Vox en su terreno. El inicio de las negociaciones con el PSOE por la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) parecía indicar que no, que el PP se mantendría en su espacio moderado-liberal; pero Teodoro ha dado otro golpe sobre la mesa para volver a lo mismo que llevó al Partido Popular a obtener los peores resultados de su historia: buscar el tú a tú con Abascal para canalizar el desencanto con el Ejecutivo.

«La anormalidad democrática es la coalición PSOE-Podemos. Son una amenaza para la convivencia de los españoles. Iglesias erosiona la democracia por acción, Sánchez por omisión», ha comentado Teodoro como pistoletazo de salida para lo que ya decepciona a muchos dirigentes en el PP. O moderación o un estilo más radical, pero el gabinete formado por las ya viejas nuevas generaciones del PP no tiene claro cuál es su espacio político, según apuntan las fuentes. Al principio salió mal. Cuando Casado compitió por buscar el electorado de Vox, obtuvo los peores resultados de la historia del PP, pero ahora Teodoro está convencido de que hay que volver a ese estilo duro y rocoso contra el Gobierno para seducir a los desencantados.

Las encuestas dan hipotéticos resultados nefastos para el PP. Pero los han dado cuando el tono de Casado era duro y cuando era moderado. ¿Entonces? Los díscolos del PP tienen claro su veredicto: es el candidato y su equipo los que no convencen, no el mensaje. Fuentes de Génova han deslizado a MONCLOA que los cuchillos ya se están afilando. No soportan la idea de que Casado esté poniendo patas arriba la casa de los populares (por la venta de la histórica sede de Génova y otras decisiones similares para «romper» con el pasado) y claman por la llegada de un candidato serio que consiga unir un espacio electoral que históricamente ha estado unido bajo las siglas del PP. Incluso el expresidente del Gobierno José María Aznar se ha mostrado crítico con la situación actual de su partido.

Teodoro es ajeno a todos estos rumores, o al menos es lo que las fuentes entienden. Él y su pequeño equipo de confianza entienden que si no les ha ido bien con el tono moderado, hay que volver a ser duros contra el Ejecutivo. Y si la renovación del Consejo General del Poder Judicial no sale porque incluyen a dos vocales con los que no están de acuerdo, se bloquea. Todo por transmitir dureza contra un Gobierno al que quieren derrocar con el peor resultado de la historia del Partido Popular. Y claro, toda esta postura ha levantado la ira de los que ya estaban cansados del «rodillo» del secretario general del partido.

«La economía se hunde y el triunfalismo de Sánchez sigue, están más ocupados en defender a raperos que al turismo. La nueva normalidad en Baleares es pasar de las colas en museos y playas a las que hay hoy de paro», ha comentado Teodoro en otro de sus mensajes hostiles contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Todos los comentarios últimos de los populares contra el PSOE han sido agresivos y buscan recuperar un electorado que poco a poco está fidelizando Vox; y desde el PP entienden que o se ponen las pilas o conseguirán hundir al partido.

Vox ha conseguido canalizar la rabia y el descontento general por la pandemia, no el PP. Aunque sea líder de la oposición, lo cierto es que de momento las encuestas y las elecciones hasta ahora celebradas apuntan a que Santiago Abascal ha roto, como mínimo, el viejo Partido Popular por la mitad. Casado y Teodoro se han metido en un búnker en Génova con los de su más estrecha confianza y no quieren saber nada del exterior porque saben que el único clamor que se respira en su formación es que el presidente popular dimita mucho antes de las elecciones generales para que el PP tenga opciones de gobernar, pero no parecen estar por la labor.

Por el momento, la sensación en Génova es que la directiva está desorientada y que no sabe cómo reaccionar al resultado de las elecciones catalanas. No gusta cómo se han hecho las cosas ni cómo han vendido Génova para intentar paliar las consecuencias del calendario judicial. La razón por la que desde el PP apuntan a que Casado y Teodoro están «desorientados» es porque ya han mantenido dos discursos con tono bien diferente y el resultado de ambos ha sido la debacle electoral. Y ahora, tras ver que el modo moderado no ha funcionado en Cataluña, se han vuelto a pasar al radical. Todo por orden y mando de Teodoro García Egea.

Entre tanto, el primer periplo de Teodoro ha sido boicotear la renovación del CGPJ de nuevo porque no acepta dos vocales de Unidas Podemos, una de las condiciones previas que había impuesto el PP para sentarse a negociar con el PSOE. Si esto sigue así, es probable que el Consejo siga igual durante años solo porque Teodoro considera que bloquear su renovación es una posición de fuera que ayuda a reforzar la imagen del PP frente a su electorado. La segunda, ha sido atacar porque sí a Sánchez y volver a esa idea de que es un traidor a la patria por pactar con los nacionalistas. Vamos, recuperar el discurso de Vox en todo su esplendor para evitar que Abascal cumpla sus pronósticos electorales.

Entre tanto, desde Génova suenan cuchillos para ver cómo acabar con Casado y cómo traer al candidato al que todos quieren en el PP: el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, quien según fuentes de su entorno ya está haciendo las maletas para trasladarse a Madrid tan pronto como Casado deje el cargo, aunque no tiene ninguna intención de momento. Todo por asegurarse su supervivencia política unos años más. Tres años quedan por delante.