Los trucos de Arguiñano para hacer unos calamares perfectos

Esta ocasión lo merece. Quizás, para celebrar que hemos vuelto de vacaciones, o que nos vamos, el caso es que un buen bocadillo de calamares o simplemente una ración de ellos nos alegran la existencia. Y esta vez no estamos hablando de engordar o adelgazar un gramo o dos, y de hacer o no una dieta. Hoy hablamos de cómo preparar un buen capricho para lo que queda de verano.

Un capricho llamado calamares, unos rebozados alargados en forma de aros, a base de huevo y harina que aunque no lo parezca, tienen truco a la hora de prepararlos para que, simplemente, nos chupemos los dedos. Un alimento popular en muchas partes del mundo, cuyo cuerpo o mano puede ir relleno o cortado en tiras o aros. Casi siempre van fritos, pero también es muy popular elaborarlos a la plancha, con rellenos y guisados, muchas veces en su propia tinta, que participan como ingrediente en algunas recetas. Así que hoy os contamos los trucos de Karlos Arguiñano para hacer unos calamares simplemente perfectos.

Ingredientes básicos para unas calamares ideales

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Para hacer esta receta, utilizaremos pocos ingredientes, pero de calidad y seleccionados de forma muy cuidadosa. De esta forma, y como dice el emblemático cocinero Karlos Arguiñano, el resultado serán unos calamares con un sabor «rico, rico». Así, los ingredientes para una ración de calamares para 4 personas serían: 600 gr de calamares, 2 huevos, 100 gr de harina, 4 cucharadas de mayonesa, aceite de oliva virgen extra, 1 limón, sal y perejil. Debemos decir, que tanto las patas, como los tentáculos y la propia tinta son comestibles en los calamares, así que en esta receta los incluimos. Las únicas partes que no pueden aprovecharse para su ingesta son el pico y el jibión. El pico del calamar, normalmente rígido y muy duro que les sirve para cazar a sus presas.