Cómo saber que tu pareja no es el amor de tu vida

Cuando pensamos en tener pareja, todos nos imaginamos teniendo a alguien a nuestro lado que nos respete, nos cuide y también nos apoye. Por supuesto, también es muy importante alguien que nos ame y con quien pasar momentos íntimos sea pleno y satisfactorio. Sin embargo, en ocasiones, nos precipitamos y las cosas no terminan siendo así.

Todo puede cambiar y, lo que un día vimos como perfecto, puede ir evolucionando a lo largo del tiempo, hasta terminar por disiparse por completo. Es complicado conocer si la persona que tenemos a nuestro lado es el amor de nuestra vida o incluso si estamos en la relación adecuada. No obstante, si sabemos interpretar ciertas señales, seguro que conseguimos averiguarlo. Tan solo tenemos que echar un vistazo a nuestro alrededor y a nuestro interior.

¿Tienes dudas sobre tu actual relación? Descubre cómo saber que tu pareja no es el amor de tu vida.

Los conflictos en pareja ganan a las épocas de paz

pareja conflicto

Cuando estamos en una relación de pareja, es normal que aparezcan conflictos. La convivencia con otra persona no siempre es fácil y sacar lo que llevamos dentro siempre será parte de nuestra naturaleza. Aquí la culpa puede ser tanto de una parte como de la otra, por lo que esto no es lo más importante. De hecho, en ocasiones, mantener discusiones puede servir para reforzar el vínculo entre los dos.

El problema aparece, sin embargo, cuando no existe otra cosa en nuestra relación más que los conflictos. De este modo, entraremos en una convivencia muy negativa donde no querremos hacer nada juntos y terminaremos haciendo cada uno una cosa. En estas situaciones, es muy sencillo que la comunicación se corte, quedando el problema a merced de las circunstancias sin que nadie haga nada por solucionarlo de raíz.

Si se da este tipo de situación, debes saber que reconocerla es complicado, y aún más lo es el poder salir. Cuando nos acostumbramos al conflicto y a las peleas, terminaremos normalizando el hecho, hasta el punto de quitarle importancia y no ser capaces de averiguar dónde comenzó el problema. Los enfados serán constantes. En ese caso, puede que la persona que tenemos al lado no sea la adecuada para nosotros.

Has perdido el rumbo con respecto a quién eres

perder rumbo

Estar en pareja puede ser muy bonito cuando las cosas van bien y sabemos entendernos de forma mutua. Sin embargo, cuando la cosa se tuerce, todo comienza a cambiar, y no solo con la otra persona. En el momento en que no nos sentimos bien con nosotros mismos, todo puede afectarnos de forma mucho más profunda, convirtiéndose en un problema mayor.

Si estamos con una persona con la que la relación está ya prácticamente rota, notaremos que todo lo que había al comienzo de la misma ha desaparecido. De este modo, también se habrán ido las personas que la comenzaron, tanto tú como la otra parte. Empezarás a pensar que no te trata del mismo modo, pero debemos proyectar esos pensamientos y ver si nosotros también hemos cambiado ese trato.

Puede que llegue un punto, si el problema es sistemático, en el que ni nosotros mismos seamos capaces de reconocernos. Cuando dejas de lado aquello que te motivaba, es el momento de dar un poco de aire a la relación y concederte el espacio que necesitas. El único objetivo es conseguir ser tu mejor versión, acompañado o solo.

La vida íntima ha descendido de forma clara y piensas que algo no funciona

vida intima

La sexualidad en pareja es importante y puede ser un reflejo de si las cosas van o no de la forma adecuada. Si antes teníais una vida íntima muy activa y eso empezó a cambiar, puede que algo esté fallando. Además, esa insatisfacción también se puede traducir en más conflictos, ya que los estaremos creando de forma continua.

Si piensas que algo en la otra persona ha cambiado y no te ve de la misma forma, puede ser que solo lo tengas en tu mente o que sea la realidad. En cualquier caso, lo mejor es incentivar la comunicación y hablar las cosas desde el primer momento. Cuando no llegamos a ningún tipo de acuerdo, es cuando debemos pensar si la persona con la que estamos es o no el amor de nuestra vida.

Además, otra de las cosas que debemos tener en cuenta, es aquello que sentimos en nuestro interior. Muchas veces nos podemos equivocar, pero lo cierto es que la intuición no suele fallar. Cuando sentimos que algo va mal, todo lo demás nos hará dudar y pensar cosas malas sobre nuestra relación. De nuevo, el primer paso es incentivar la comunicación para salir de dudas.

Siempre quieres demostrar a tu pareja que vales

pareja valia

Estar en pareja no es una competición. Nunca sentirás eso si tienes al lado a la persona adecuada. Sin embargo, en ocasiones, podemos llegar a un punto en el que sintamos que las cosas no son como eran antes, termines culpándote y acabes cambiando porque nada ha salido como esperabas.

Si has llegado a ese punto en el que la relación se ha convertido en una especie de concurso donde tienes que superar retos para demostrar tu valía, las cosas no van a funcionar. Este tipo de situaciones tan solo te causarán un estrés innecesario y terminarás sintiéndote solo sin motivo.

Cuando las cosas se terminan, no debemos cometer el error de sentirnos culpables solo nosotros, pues una relación siempre es algo de dos personas. Si solo tú te sientes culpable, necesitarás compensarlo de alguna manera, y todo se convertirá en un círculo vicioso. En caso de que te sientas así, lo mejor es hablarlo.

A nivel emocional, también estás siempre distante

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Otra de las señales por las que podemos empezar a preguntarnos si nuestra pareja es o no el amor de nuestra vida, es la distancia. Aunque estés viviendo con esa otra persona, debes estar atento a tus sentimientos. ¿Te sientes solo? Puede que exista un problema mayor.

Si notas que tu compañero está distante, no te escucha lo suficiente o no se comunica contigo pero antes no era así, debéis encontrar lo que ha cambiado. En ocasiones, llegamos incluso a sentir que vivimos con una persona diferente, sin reconocer a la pareja de la que nos enamoramos al principio.

En caso de que sientas que no te demuestra su afecto o que ya no sois compatibles en la convivencia, puede que haya llegado el momento de comunicarlo y poner fin a algo que, a la larga, se convertirá en una decisión mucho más dolorosa. Tus sentimientos siempre deben de tener la importancia que se merecen.