Ayuso dará cobijo a los díscolos de Ciudadanos para hundir más a Aguado

El terremoto sigue sacudiendo a todos los partidos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido audaz y ha conseguido abortar una operación urdida entre el PSOE y Ciudadanos para tumbar a algunos gobiernos autonómicos regidos por el Partido Popular mediante varias mociones de censura. La dirigente popular no perdona y ahora que parece haber conseguido convocar unas elecciones autonómicas se ha propuesto defenestrar a la formación naranja arrebatándole a algunos de sus diputados alojándolos en el PP y robándole todos los votos posibles. Las quinielas señalan a algunos consejeros, pero lo que sí garantizan las fuentes de la formación de Ayuso es que robarán a todas las «estrellas» que haya en Ciudadanos a excepción del consejero de Transportes, Ángel Garrido, a quien el PP de Madrid no quiere ni en pintura dada la tormentosa relación que mantienen la presidenta de la Comunidad y el consejero.

Las fuentes hablan de que Ayuso sabe que si crece en votos será gracias al electorado de Ciudadanos. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, no lo ha visto venir, al igual que tampoco ve venir que no será el candidato para las próximas elecciones de mayo, siempre que el Tribunal Constitucional así lo vea oportuno. Ya hay nombres sobre la mesa que podrían ir en las listas de la presidenta autonómica, como es el caso de la reconocida consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, quien mantiene una buena relación con Ayuso. Aún así, todo estará por ver durante estos próximos meses.

Otros consejeros de Ciudadanos como Manuel Giménez (que ostenta la cartera de Economía), Eduardo Sicilia (en Universidades) o Javier Luengo (en Políticas Sociales) se quedarán a la espera de ver qué pasa y si dan el salto a las listas del PP o se quedan bajo el casi con toda probabilidad mando de Garrido, uno de los que, junto Aguado, tienen prohibida la entrada a las listas de Ayuso. Ni ellos quieren ni la presidenta autonómica estaría dispuesta a acogerles.

Las encuestas auguran que Ayuso crece, Vox también, pero de forma moderada, y que Ciudadanos se hunde. La formación naranja es un barco a la deriva al que Ayuso va a ofrecer más de un bote salvavidas. El llamado a contener esa sangría que va a facilitar la presidenta autonómica es Garrido, pero no parece que vaya a ser capaz de unir las costuras de un partido roto por la polémica y débil gestión de Aguado al frente de la Comunidad de Madrid. Aún así, no se abrirán las puertas para todos, solo para quienes puedan suponer un golpe de efecto que beneficie al PP, es decir, consejeros y el equipo de confianza de estos. Nadie más.

La estrategia de fagocitar a Ciudadanos viene de lejos. El PP ya se la había planteado tiempo atrás, solo que no esperaba ponerla en marcha tan pronto. La idea de Génova era romper a la formación naranja poco a poco, ofreciendo puestos de confianza en las listas de los populares según se aproximaran nuevos comicios, ya fueran municipales, autonómicos o generales. Pero ahora, tras el movimiento dado por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, para asestar el golpe de gracia al PP, la estrategia se ha acelerado y los tambores de guerra ya suenan en el PP, especialmente de la mano de Ayuso, quien tiene toda la intención de convertir a Ciudadanos en un partido residual en la Comunidad de Madrid.

Los tambores de guerra auguran una ruptura total en un contexto en el que el candidato de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid podría tener la llave de Gobierno siempre que las encuestas se cumplan. La formación naranja obtendrá unos resultados pésimos, según se desliza en los sondeos, pero lo cierto es que este odio que se deja entrever entre los dos partidos podría ser un problema para Ayuso. Y más si cumple lo que las fuentes apuntan: que robará a todos los diputados naranjas que pueda. Al menos a aquellos que tengan un peso determinado en la Comunidad de Madrid.

Aún así, todavía queda por ver si se celebrarán las elecciones. Los juristas consultados por MONCLOA.com no se muestran del todo convencidos con que se vayan a celebrar dado que tanto Más Madrid como el PSOE han presentados sendas mociones de censura antes de que la convocatoria electoral apareciera publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. Algunos apuestan porque Ayuso ganará la partida al PSOE y a Más Madrid y otros no lo tienen tan claro. Lo que sí es prácticamente seguro es que este problema se solucionará con el arbitraje del Tribunal Constitucional.

GARRIDO, CANDIDATO

Todo fue una estrategia de Inés Arrimadas. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, no ha tenido ni la menor idea de lo que ha ocurrido en su territorio mientras Ciudadanos ha urdido una estrategia que ha pretendido escenificar con fuegos artificiales la ruptura entre la formación naranja y el Partido Popular. Lo cierto es que las fuentes consultadas de la Comunidad aseguran que Aguado no sabía nada de lo que se le ha venido encima. El consejero de Transportes y expresidente autonómico, Ángel Garridoera el elegido por Arrimadas como candidato en la moción de censura que buscaba tumbar a la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Pero que la dirigente popular se diera cuenta antes de tiempo ha abortado la operación ruptura con la que Arrimadas quería dar un volantazo a su imagen.

La idea de Arrimadas no era que la moción de censura de la mano del PSOE triunfara exclusivamente en Murcia. También quería que que el movimiento se extendiera a Castilla y León, Andalucía y a la Comunidad de Madrid, solo que sin éxito. El problema es que, en el caso de Madrid, Arrimadas no ha tenido en cuenta en ningún momento a Aguado. El vicepresidente autonómico no era, según relatan las fuentes, consciente de lo que se cocía en su partido. Quien sí estaba al tanto de todo era el consejero de Transportes, Ángel Garrido, quien lleva meses trabajando en tumbar a Aguado y en convertirse en el candidato de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid. Y parece que las cosas le van bien, al menos de momento.

Garrido, debido a la relación íntima que mantuvo con Ayuso en el pasado, según detallan las fuentes consultadas por MONCLOA.com, no conserva un trato especialmente fluido con la presidenta autonómica. Además, es de los pocos dirigentes naranjas reconocidos y es alguien que lleva tiempo buscando tumbar a Aguado porque, al igual que Arrimadas y otros dirigentes de la formación naranja, no aguantaban al vicepresidente. Todo esto le ha convertido en el candidato con más papeletas para protagonizar una moción de censura que debía haberse integrado en otras tantas a nivel autonómico para escenificar la ruptura entre el PP y Ciudadanos, pero que al final no lo hizo.