Iglesias intentó echar a Montero del Gobierno dándole la candidatura en Madrid

La ministra de Igualdad, Irene Montero, ya no goza de la plena confianza del vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Quien estaba llamada a sustituir a su pareja al frente de la formación morada es ahora una relegada en el partido. Su gestión al frente del Ministerio de Igualdad no la avala, dado que se ha convertido en un personaje caricaturizado por sus exabruptos feministas. Pero lo cierto es que fuentes cercanas a la pareja aseguran que la razón por la que Iglesias ha apostado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como sucesora natural de Unidas Podemos y presionó a Montero para que ocupara el lugar que ahora ostenta Iglesias como candidato del partido morado en la Comunidad de Madrid es porque la la relación entre ambos se rompe. Al igual que pasó con la expareja del líder Tania Sánchez, Iglesias busca otra columna para alejar a Montero de la cúpula del partido, solo que esta vez con un premio de consolación.

Iglesias presionó a Montero para que fuera ella quien se presentara a las elecciones de la Comunidad de Madrid, pero ésta se negó en rotundo a bajar a los infiernos autonómicos. Algunos han intentado vender desde Unidas Podemos que la razón por la que Iglesias le ofreció ese cargo a Montero era como un premio, pero lo cierto es que no todos lo ven de esa forma. Hay quien en la formación morada está convencido de que Iglesias lo que ha querido es apartar a Montero del Consejo de Ministros y dejar vía libre a una cúpula que está llamada a ser liderada por la ministra de Trabajo. Pero el motivo oculto de todos estos movimientos no es otro, según detallan algunos en el partido, que la mala relación sentimental que ahora mantiene la pareja de moda.

Montero ha conseguido todo de la mano de Iglesias. Si es ministra de una cartera completamente inventada es porque el vicepresidente se empeñó en que se creara un ministerio a la medida de Montero. El problema es que la ley trans, la Ley de Libertad Sexual y otros periplos del ministerio regido por la pareja de Iglesias no han sido precisamente puntos a favor de la gestión de Montero, que se ha convertido, según las encuestas, en la ministra peor valorada de todo el Gobierno. Pero si Iglesias no ha llamado a la ministra de Igualdad a heredar Podemos no ha sido precisamente por esta razón, sino que las fuentes apuntan a que una posible ruptura de la pareja podría estar detrás.

La clave de la negativa de Montero a ser candidata a la Comunidad de Madrid no es solo porque se niegue a dejar de pisar moqueta, sino que la separación de ambos es una de las principales razones por las que la ministra no ha querido conformarse con ese premio de consolación que le ha ofrecido Iglesias. Esta vez no hay una columna, pero sí que hay una separación sentimental y física, según detallan las fuentes, que está erosionando el tándem que era Podemos hace unos meses.

Lo que detallan las fuentes cercanas a la pareja es que Iglesias ni siquiera vive en casa. El famoso chalet de Galapagar ya no es la residencia habitual del vicepresidente del Gobierno, aunque sí lo es de la ministra de Igualdad. Pero este no es el único problema. Esta realidad que ha acabado con la ministra negándose a presentarse como candidata en la Comunidad de Madrid no es de ahora, sino que se lleva gestando meses. Primero fue la separación de la que hablan las fuentes (ya que hay que remontarse a principios de 2020), después las polémicas de Montero al frente del ministerio (que no son pocas; empezando desde el cumpleaños de la ministra celebrado en sede oficial gubernamental y retransmitido por las redes sociales y acabando por la niñera/directora general), y por último, los choques personales de la pareja, que se han minimizado a nivel mediático pero que sí que han tenido lugar. Todo esto ha desembocado en que Iglesias ha designado a Díaz como su heredera, y no a Montero.

¿DEJARÁN PODEMOS?

Ahora, las dudas que han invadido la formación morada son diversas, pero hay una que le quita el sueño a más de uno. ¿Dejarán la formación morada Irene Montero y Pablo Iglesias? No hay nadie que se crea que el vicepresidente aguantará como diputado (que ni siquiera será líder de la oposición) en la Asamblea de Madrid. Todos saben que su paso por la Comunidad será espontáneo y después buscará nuevos horizontes. El problema es cuáles. Y añadido a esto, crecen las voces en Podemos que apuestan porque la ministra de Igualdad también se podría plantear dejar el partido, aunque en este caso no suena con tanta fuera dado que Montero no tiene a dónde volver y tendría que dejar un salario de casi 100.000 euros brutos anuales para cambiarlos por la más pura incertidumbre.

Si Díaz es la heredera de Unidas Podemos, ¿qué lugar le queda a Montero? Hay quien asegura que Iglesias quiere una salida honrosa y «callar bocas» a todos aquellos que le acusaron de querer solo el dinero, el poder y el sillón. En este sentido, las fuentes apuntan a que una salida de Iglesias y una vuelta a la universidad como profesor sería una salida honrosa para un político muy polémico y que ha despertado tantos odios como pasiones.

El caso de Montero es sensiblemente diferente. Ambos tienen una hipoteca bastante amortizada de 540.000 euros y se han acostumbrado a un tren de vida importante. Iglesias podría mantenerlo dada su experiencia y preparación. Pero con Montero nadie lo tiene tan claro. Que la ministra dejara la política sería una sorpresa, dado que nadie tiene muy claro dónde iría a parar. Lo que se desliza desde las quinielas de la formación es que si Díaz toma el mando e Iglesias se marcha, Montero tendrá un lugar de honor dentro del partido para convertirse en una diputada VIP de Podemos. Diputada, senadora o lo que haga falta. Pero de momento, la ministra se ha negado de plano a ofrecer el premio de consolación de Iglesias: ser candidata de Podemos en la Comunidad de Madrid.