Ciudadanos pierde al votante de derechas y se tira en plancha a rascar en el PSOE

El candidato de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid, Edmundo Bal, tiene un problema que se llama 5%. Ahora mismo votar a la formación naranja es algo exótico que pocos se plantean. Y si el partido de Inés Arrimadas no alcanza ese porcentaje de voto, no tendrá representación parlamentaria. La política se ha polarizado y los sociólogos consultados por MONCLOA.com tienen clara una lectura: lo que gane Ciudadanos lo perderá el PSOE y viceversa. Esta consigna que comparte más de un sociólogo ha empujado a la formación naranja a lanzar una orden interna que pasa por atacar indiscriminadamente al candidato socialista Ángel Gabilondo para intentar rascar el voto necesario. Defenestrarlo para luego pactar con él, claro.

Por el momento, el cara a cara entre ambos se ha dejado notar más de una vez. «Tiene razón en una cosa, señor Gabilondo: Los votantes de Cs tienen mucho que decir el #4M. Le aseguro que no será para replicar en Madrid un gobierno con Iglesias de vicepresidente. Saben que somos la única opción segura para frenar a los extremos y que Madrid siga avanzando», le comentaba Bal para intentar disipar las dudas de que no votará sí o sí a Gabilondo en caso de que tenga opciones de gobernar con el apoyo de la formación naranja. El problema interno que tiene el partido de Arrimadas es que lo que gane en votos Gabilondo lo perderá Bal y al revés. 

Todos estos tracking internos que maneja la formación naranja han empujado a Arrimadas a establecer una estrategia electoral poco agradecida que pasa por atacar única y exclusivamente al PSOE, el partido al que precisamente quieren apoyar siempre que tenga opciones de llegar a la presidencia. Al final la diferencia son tan solo de siete diputados que se teñirán de color rojo o de naranja, pero que votarán la misma opción.

«Cuando Ábalos dice «estamos en campaña» lo dice por experiencia. Ya hemos visto esta película y acaba con Iglesias en el Gobierno de España. Para evitar que ocurra en Madrid, hay que decir la verdad: el señor Gabilondo va en un pack con el señor Iglesias», ha comentado Bal. Tal y como aseguran las fuentes del partido de Arrimadas, la estrategia aprobada a nivel interno en Ciudadanos buscará atacar al PSOE por sus alianzas con Podemos, no por el programa electoral que presente o porque hayan acordado hace meses subir los impuestos a los madrileños por valor de 3.600 millones de euros anuales. La idea es asociar a Gabilondo con Iglesias y atacar. Vamos, hacer ver al electorado que si votan al PSOE, será un voto para un gobierno de coalición con Iglesias, mientras que si refuerzan a Ciudadanos, esto llevará a centrar a un Partido Socialista completamente desbocado.
En Ciudadanos se siguen las encuestas como un Barça-Madrid. Es obsesivo. Fuentes del partido apuntan a que Arrimadas está casi tan colgada de los sondeos como lo está Bal. Y por más que miran, nadie llega a una conclusión clara sobre si tendrán representación parlamentaria o no. Los sociólogos consultados apuntan además a que Ciudadanos no robará ni un solo votante al PP, pues el electorado que se le ha quedado «fiel» o con probabilidades de serlo es el más escorado a la izquierda del espectro político.
Poco ha ayudado que dirigentes naranjas como Toni Cantó lleven semanas en conversaciones secretas con el Partido Popular
Poco ha ayudado que dirigentes naranjas como Toni Cantó lleven semanas en conversaciones secretas con el Partido Popular para formar parte del equipo de Ayuso. Esta idea del PP de absorber a todos y cada uno de los díscolos notorios del partido de Arrimadas tampoco ha ayudado a que el electorado conservador de Ciudadanos se mantuviera firme con los suyos. No es que Ignacio Aguado, el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, haya conseguido fidelizar a sus votantes, sino más bien todo lo contrario.
Desde el partido de Arrimadas tienen claro que su escenario perfecto es el que lleve al PSOE a depender de ellos. El problema es que Podemos se meta de por medio. En ese caso, desde Ciudadanos (aunque desde la vía oficial) insisten a este medio en que no se cierran a pactar con nadie. Recalcan el discurso de todos los políticos en el que dicen que van a ganar las elecciones y detallan que no se cierran a llegar a acuerdos con nadie. “La condición para pactar con Ayuso será el programa”, comentó Edmundo Bal en referencia a si se acercaría de nuevo al PP.

GARRIDO Y AGUADO, FUERA

Es simple entender por qué Aguado y el exconsejero de Transportes, Ángel Garrido, no han sido candidatos a la Comunidad de Madrid. Ambos mantienen una relación personal pésima con la presidenta popular y harían que fuera aún mas difícil llegar a un acuerdo en caso de que se tuviera que hacer por la razón que fuese (como si Iglesias fuera condición indispensable para el PSOE para gobernar). El primero porque le ninguneó durante toda la legislatura hasta el punto de que se convirtió en un florero de la Comunidad. Y el segundo por su turbulenta relación personal en el pasado.
La decisión de imponer a Bal como candidato de Ciudadanos fue muy meditada. Tras sopesar las rencillas personales de los otros, Arrimadas entendió que necesitaba un golpe de efecto en la Comunidad de Madrid que controlara la sangría de votos y que además permitiera a la formación tener cintura para llegar a según qué acuerdos. Garrido tuvo una relación íntima personal con la presidenta que aún condiciona el trato entre ambos partidos. Y Aguado mejor ni mencionarlo.