Aguado impone en las listas a su candidata con estudios nivel Cifuentes para controlar a Bal

Si sacan el 5% de los votos, será diputada en la Asamblea de nuevo y será quien represente los valores de Ignacio Aguado. Ella es su chica de confianza. Tanto, que el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid intentó cargarse la Consejería de Cultura para imponer una especie de subconsejería dentro de su vicepresidencia que llevaría Esther Ruiz, quien ahora es número dos en las listas de Ciudadanos y la mujer de confianza de Aguado. Que vaya en ese puesto no es baladí, pues fue una imposición de Aguado una vez decidieron apartarle de la candidatura para dar paso a Edmundo Bal. El exvicepresidente tiene una mala relación con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y por eso le dejaron a un lado. Pero ese rencor se transmitirá a través de Ruiz, cuyo sueño de ser subconsejera quedó truncado.

Fuentes del partido aseguran que la ambición de Ruiz sigue latente en Ciudadanos y que aún tiene esperanza de llegar a algo de la mano de Aguado. Evidentemente, el sueño de ser consejera o subconsejera de la Comunidad de Madrid queda lejos. Muy lejos. Si Ciudadanos saca el 5% de los votos puede que consiga algo, pero lo que sí que aseguran las fuentes es que la presencia de Esther en el número dos de la lista es un reflejo de que la sombra de Aguado sigue muy presente en Ciudadanos. El exvicepesidente se apartó, pero tiene a su mujer de confianza para controlar lo que se mueva. Que Ruiz esté al pie del cañón solo significa una cosa: si la formación naranja puede, gobernará con el candidato socialista Ángel Gabilondo.

Esther ha escalado puestos y ha pisoteado a César Zafra, quien fue número dos de Aguado en las elecciones autonómicas de 2019. Que Ruiz haya pasado por encima al director de campaña de Ciudadanos tiene mucho que ver con la presión que ha metido Aguado en la directiva de la formación naranja. Una de las condiciones para apartarse sin dar guerra y apoyando la candidatura de Bal fue la de imponer a Ruiz en el segundo puesto. Por encima incluso de Zafra. Esther Ruiz se debe a Aguado y es leal al exvicepresidente, pero no es un árbol muy cómodo bajo el que cobijarse dadas las cifras que ofrece Ciudadanos.

Ruiz siempre ha gozado de la confianza del exvicepresidente y éste le ha llegado a prometer grandes cargos, aunque en el último momento se ha echado atrás por el miedo a las consecuencias que podría tener el haber movido los hilos para «enchufarla». En las elecciones del 26 de mayo de 2019 fue de número tres en la lista. Y una vez Ciudadanos obtuvo un resultado muy bueno en las elecciones, Aguado empezó a prometer sin llegar a cumplir. Le dijo de todo, pero el punto más cercano fue cuando Ruiz acarició una subconsejería de Cultura con los dedos.

El vicepresidente, enmarcado dentro de sus pataletas, se rebotó con el éxito de la Consejería de Cultura porque su consejera, Marta Rivera de la Cruz, tenía una relación cordial con Ayuso. No soportaba verlas tomar café mientras a él no le conocían ni en la cafetería de la Asamblea. Esto era intolerable para alguien cuya autoridad solo respetaban cuatro gatos en la Comunidad de Madrid y empezó a urdir un plan para tumbar esta Consejería y crear otra que dependiera directamente de la vicepresidencia y que coordinara Esther.

Aguado no pasaría las pruebas del CNI, pues se dejó ver por las calles con Esther Ruiz y comenzó a presentársela a todos los agentes vivos de la cultura madrileña dejando entrever que sería ella quien coordinaría las competencias de Cultura en la Comunidad de Madrid. El exvicepresidente llegaba en ocasiones a mencionarlo, a decir que Ruiz sería subconsejera. Y claro… el tiempo le delató y salió a la luz su intención de atacar a Rivera de la Cruz a pesar de que su gestión es de las mejor valoradas dentro de la administración Ayuso.

ESTUDIOS SUPERIORES CON UN CURSO DE 150 EUROS

Esther Ruiz ha aparecido en los medios de forma esporádica. No es un peso pesado de la formación naranja pero sí que ha mantenido un discurso fiel al partido en cada discurso que ha dado. Se ha metido tanto con el “machismo de Podemos” como con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez”. Pero también ha gozado de un pasado relacionado con la cultura, la viceconsejería que aspira a ocupar, según el relato de las fuentes. Aunque respecto a su preparación académica, no parece que haya estudios relacionados con este mundo que pretende dominar bajo el ala de Aguado.

En su presentación laboral en la Asamblea se vende bien. “International Producer. Ha trabajado en festivales como el de Cannes y en producciones para Ábaco Movies y Fausto Producciones. Ha dirigido y producido cortometrajes con menciones especiales, uno de ellos preseleccionado al mejor corto de ficción, los Goya 2012. Secretaria Tercera de la Mesa en la XI Legislatura”. Sin embargo, en su currículum académico el relato cambia. Estudió en el colegio de los Maristas y poco más. Desde 1995 que acaban sus estudios, según se ve en su perfil de Linkedin, hasta 2006, hay un vacío que da el salto del colegio a ser “line producer” de  un episodio ‘The Girl Who Breaks Down’. Y de ahí, a jefa de desarrollo de proyectos de Fausto Producciones.

Sin embargo, en referencia a su currículum académico, Esther Ruiz tiene otros estudios en el perfil que figura en la página web oficial de la Asamblea de Madrid. Según este portal, Ruiz tiene estudios “superiores” aunque no figura ninguna carrera universitaria. Sí un curso universitario de Especialización en Técnico en Gestión Cultural. Un curso que actualmente (no nos adentramos en el momento que lo hizo) y dado por IGECA, el Instituto de Gestión Cultural y Artística donde asegura que lo hizo, dura 50 horas, es decir, poco más de un mes. Y vale 150 euros.