Del «ser recordado por arreglar la economía» a endeudar a cada español con 30.000 euros

Pedro Sánchez llegó al poder primero con una moción de censura, y después con la coalición del mismo gobierno Frankenstein que dio el sí a su moción a Rajoy. En sus discursos, el de ‘Resistencia’, quería ser recordado por arreglar la economía. Sin embargo, la deuda pública no deja de ascender, y los datos apuntan a que este crecimiento no sólo se debe a la pandemia. Desde luego, el gasto público entre compras de EPIS, test, y mascarillas, y la suma de los ERTE, los subsidios, el IMV, y un largo etcétera, no ayudan a las cuentas que maneja María Jesús Montero por orden de Pedro Sánchez. A lo que se suma que la capacidad de ingreso del estado, con un consumo reducido, es menor del esperado. ¿Cuál será el legado económico del gobierno de Sánchez? Los datos no mienten: 30.000 euros es la deuda que tendrá que asumir cada español.

AUMENTO DEL GASTO PÚBLICO, LA FÓRMULA DE ZAPATERO QUE COPIA SÁNCHEZ

Una de las primeras medidas que impulsó el Gobierno de Sánchez en solitario en 2019, fue aumentar el salario mínimo. Algo que no contó con el visto bueno de los empresarios. A mayores, se comenzaron programas públicos que en algunos casos no han podido desarrollarse, primero por las elecciones generales encanadas y la ausencia de Gobierno y después por la crisis. Efectivamente, la economía española necesita una reindustrialización masiva. Pero el legado de Sánchez será un modelo similar al de Zapatero: más gasto público y más impuestos al ciudadano medio, y todo para alimentar algunos de los programas que en el pasado se demostraron sin futuro, una oportunidad para unos cuantos de enriquecerse. Por ejemplo, las energías solares.

Con todo, y a pesar de la necesaria reformulación de la industria española, los economistas piden impulsar la industria productiva y no la venta o distribución si no queremos que el legado de Sánchez vuelva a ser un pozo de deuda pública que hipoteque a los ciudadanos. Desde luego, los gobiernos futuros ya tienen esa carga económica sobre sus cuentas.

«La deuda pública aumentará en unos 35.000 millones por el banco malo”, era la conclusión publicaba en marzo tras conocerse las cuentas del Sareb, el banco malo creado en tiempos de Rajoy para absorber todos los productos inmobiliarios tóxicos. Una deuda que asumen las arcas públicas que se suma a las quitas que alertan los economistas conservadores aprobadas por el gobierno de Sánchez enmascaradas en ayudas directas. Método de concesión que desde el Delcygate y el caso de Plus Ultra no deja de ganar críticos.

DE LA CANDIDATURA A LA SECRETARÍA GENERAL A GOBERNAR

Durante los dos últimos años, una de las consignas más claras a nivel de comunicación desde el Gobierno y desde las filas socialistas es el concepto de Doctor Jekyll y Mister Hyde en la figura de Sánchez. Por un lado hay que entender que todo lo que dijo, expresó o prometió como líder del partido de la oposición no tiene nada que ver con la presidencialidad que le ha conferido ser uno de los ilustres ocupantes de La Moncloa. Dos caras para un mismo político que ha servido como escudo para justificar que ahora mismo su legado económico sea una deuda de 30.000 euros para cada uno de los ciudadanos que gobierna. Y eso que en 2015, aún como candidato resurgido de las cenizas a las primarias del PSOE, quería ser recordado como el hombre que consiguió arreglar la economía española.

LOS DATOS QUE CONFIRMAN LA DEUDA IN CRESCIENDO DE ESPAÑA

Por desgracia para el Gobierno de Sánchez, el legado que parece estar dejando va en sentido opuesto a su deseo de 2015. Así lo certifica un órgano público como es el Banco de España. Según el organismo que dirige Hernández de Cos, la deuda pública de las administraciones públicas cerró 2020 en 1,346 billones de euros, una cifra de récord histórico que supone una deuda de un 120% de nuestro PIB. O lo que es lo mismo, no sólo debemos el total de lo que producimos, sino que el 20% restante se lo comemos al futuro.

La mayor parte de la deuda pública que quedará Sánchez como legado económico corresponde a la administración central, siendo ya más del 100% del PIB. La Seguridad Social también incrementa la suya en un 55%.

Así pues, el legado real de Sánchez es una deuda para cada español superior al salario de un año.