¿Qué es el sonambulismo sexual o sexomnia?

Aunque pueda sonar extraño, el sonambulismo sexual, también conocido como sexomnia, existe. Si nunca te ha pasado, puede que te parezca raro imaginarte que te levantes por la mañana y tu pareja te cuente que has intentado mantener relaciones sexuales con ella de forma casi inconsciente. En ese caso, tú no recordarías nada, ya que estarías inmerso en tus sueños.

Este es un trastorno del sueño muy poco común basado en tener conductas sexuales cuando están en la fase más profunda del sueño. Cuando despiertas, la amnesia se encarga de que no seas capaz de recordar nada. Que sea poco común no quiere decir que no sea importante y no resulte muy molesto. Por eso, cada vez son más los estudios al respecto.

¿Te sientes identificado? Descubre qué es el sonambulismo sexual o sexomnia y cómo puede afectar en tu vida.

El sonambulismo sexual es un trastorno del sueño

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Con la sexomnia o el sonambulismo sexual sucede algo parecido a las pesadillas. Está considerado como un tipo de parasomnia. Es decir, una alteración sobre la conducta que aparece durante el sueño. Se relaciona con episodios que duran poco tiempo o que son parciales y de los cuales no recordamos nada al despertar, lo que lo convierte en algo más incómodo.

Este trastorno del sueño hace que la persona que lo sufre tenga conductas sexuales, sin darse cuenta, mientrás está dormida de forma profunda. No será consciente de nada hasta que otra persona, que suele ser su pareja, le narre los hechos. Se da en la fase de sueño profundo no-REM. Aquí los músculos no se mantienen paralizados pero no así el cerebro, que permanece dormido.

A la mañana siguiente, quien lo sufre no tendrá ningún recuerdo de lo que haya sucedido. En algunas ocasiones, esta persona también podrá despertarse cuando está comenzando el acto sexual o al llegar al orgasmo. En otras, en cambio, podría permanecer dormida durante todo el encuentro.

Este es el origen de la sexomnia

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A pesar de que el origen de la sexomnia o sonambulismo sexual no se conoce de forma exacta, sí se tienen algunas claves. La genética, por ejemplo, podría predisponer a padecer esta enfermedad del sueño. Por otro lado, ya hay estudios que incluyen una serie de factores externos que pueden afectar para que estos episodios nocturnos se den.

Entre ellos, podrían tener relación el consumo de forma excesiva de estupefacientes o alcohol, así como el consumo excesivo de algunos medicamentos. También podrían funcionar como factores los episodios de estrés o ansiedad, así como la fatiga y el dormir mal o poco, estando demasiado cansados. Los trastornos psicológicos también están relacionados.

De acuerdo a los expertos, existen algunas alteraciones del sueño, como pueden ser las apneas obstructivas del mismo o el síndrome de piernas inquietas, que podrían también hacer las veces de desencadenandes. Sin embargo, con todo eso, de momento, el origen o causa exacta de estos episodios aún es desconocida hoy en día.

¿Cuáles son sus riesgos?

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De froma general el sonambulismo sexual o sexomnia no suele implicar llegar a algo más grave. Sin embargo, sí puede repercutir de forma negativa en la realización de nuestra vida normal con nuestra pareja o las personas de alrededor. Cualquier tipo de discusión por estos hechos hará sentir a la persona que lo padece culpable.

En caso de que se incremente el número de veces que aparecen los episodios, así como su intensidad, lo mejor será acudir a un profesional o a un especialista para que pueda estudiar de forma individual el caso y determinar qué sucede y cómo puede terminar afectando.

De este modo, se podría hacer una entrevista clínica y solicitar todos los exámenes que fueran necesarios para determinar qué está sucediendo. La polisomnografía nocturna, por ejemplo, puede facilitar el diagnóstico, así como el tratamiento. El objetivo es que la persona puede descansar de una vez por todas y dormir bien.

Tratamiento del sonambulismo sexual

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Hace más de una década, se comprobaba el primer caso de sexomnia o sonambulismo sexual. Sucedió junto a la cooperación de la pareja de la persona, una de las más afectadas por este tipo de trastorno del sueño. Los síntomas que pueden indicar que se padece este tipo de enfermedad son los gemidos, la masturbación, las caricias e incluso la realización del acto sexual de forma agresiva.

Los especialistas, cuando tienen entre manos este trastorno, lo primero que hacen es interrogar tanto a la persona afectada como a la pareja. De este modo, pueden determinar si quien lo padece consume algún tipo de fármaco, alcohol o estupefacientes, así como que cumpla cualquier otro tipo de condiciones que pudieran haber derivado en estos hechos.

Como ya hemos mencionado, lo siguiente es realizar la polisomnografía. Esta prueba será clave a la hora de diagnosticar determinados trastornos del sueño, como este, registrando la actividad cerebral y movimientos oculares de la persona mientras está dormida. Es importante tratar este trastorno porque puede suponer un problema grave en la vida, particular y conjugar, de la persona que lo sufre. Por ello, es primordial solicitar ayuda profesional desde el primer momento. De este modo, se podrá aplicar el tratamiento con fármacos o ayuda psicológica que considere oportuno el médico.

La sexomnia puede provocar problemas de pareja

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Cuando aparecen los episodios de sexomnia o sonambulismo sexual, estos pueden ocasiones problemas de pareja. Entre ellos, destacará la frustración, tanto por una parte como por la otra, así como el sentimiento de culpa en la persona que lo sufre, ya que no recordará nada de lo sucedido durante el sueño.

Los especialistas, por tanto, aconsejan realizar diferentes pruebas diagnósticas desde que notemos los primeros síntomas. La razón es que, de este modo, podremos coger a tiempo el trastorno y poder tratarlo desde el primer momento con fármacos o ayuda psicológica, muy importante en este tipo de procesos.

En ocasiones, es también necesario concertar ayuda psicológica también para la pareja, para darle la oportunidad de que se explique, se sincere y también comprenda qué es lo que está pasando. De este modo, el trastorno podrá contenerse desde la raíz, evitando que genere problemas mayores.