miércoles, 11 diciembre 2024

Los críticos de C’s se preparan para cavar la tumba de Inés Arrimadas

Ciudadanos baila entre la dictadura y la anarquía. Los resultados en Madrid serán clave para desalojar a Inés Arrimadas y a su cúpula de la ejecutiva.

La duda pasa por si será por voluntad propia o bien por el millar de críticos que preparan su asalto si finalmente se quedan fuera de la Asamblea de Madrid. Edmundo Bal también se juega su futuro político si vence la anarquía con la extinción de la formación. Pocos nombres suenan para sustituir a la actual líder, pero en las quinielas suena Begoña Villacís, por su perfil y alta valoración para poner al partido, convertido en un barco hundido.

Iremos partido a partido, como Simeone

lLos díscolos de C’s

La corriente más crítica de Ciudadanos eleva la voz contra la líder de la formación naranja, Inés Arrimadas, cuando quedan apenas diez días de las elecciones autonómicas en Madrid. Un millar de simpatizantes de Ciudadanos se han unido en la plataforma «renovadores», muy crítica con la actual gestión de la ejecutiva naranja. Sin embargo, no darán paso alguno hasta después de estos comicios a la Asamblea madrileña. «Iremos partido a partido, como Simeone«, han asegurado desde la plataforma encabezada por Antonio Espinosa a MONCLOA.com.

Arrimadas ha superado hasta ahora todas las críticas, incluso tras la debacle de Ciudadanosen Cataluña, que ha pasado de ser primera fuerza a séptimo puesto, dejándose por el camino el 87% de sus votos.

HACIA LA EXTINCIÓN DE CIUDADANOS Y EL FIN DE INÉS ARRIMADAS

La inmensa mayoría del constitucionalismo se quedó en casa, con una abstencíón récord. En Madrid, las encuestas y sondeos apuntan a la victoria de Isabel Díaz Ayuso por el apoyo de los exelectores ‘naranjas’. El riesgo de Ciudadanos pasa por la extinción si en Madrid no logra entrar. Hasta ahora, todas las encuestas, con excepción de algunos sondeos, les dejan fuera de la Asamblea. El CIS, publicado este jueves, apuntaba a cero escaños al no conseguir el mínimo del 5%, requisito indispensable para abrir la puerta de esta institución.

La caída de Ciudadanos sería incluso superior a Cataluña tras la «traición» de Ignacio Aguado al apoyar una moción de censura contra su propio Gobierno, un movimiento que finalmente no se produjo por la hábil convocatoria de elecciones por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Ante esta situación, los críticos de Ciudadanos han dado su primer paso para ganar influencia en el seno del partido. Hasta ahora, tienen un millar de militantes dispuestos a dar la batalla a la actual directiva. Sin embargo, la ejecutiva naranja se niega a dar su brazo a torcer y evita, por el momento, convocar la Asamblea Extraordinaria, un paso necesario para exponer a la cara la decepción con la actual gestión de la formación venida a menos.

Estos militantes críticos están «decepcionados por la falta de participación«, según apuntan fuentes de la plataforma a este medio. También se han mostrado contrarios a los «dedazos» impuestos por Inés Arrimadas y los líderes autonómicos. Según su argumentario, en Ciudadanos brilla por su ausencia la «democracia interna«.

LA BÚSQUEDA DE UN PROYECTO ILUSIONANTE

En su búsqueda de un proyecto ilusionante, como lo fue en 2006 con un desnudo Albert Rivera, los de Espinosa consideran que hay que romper el silencio y evitar que esta ejecutiva continúe tomando las decisiones por los militantes. «Hemos visto como decisiones tomadas así, sin ningún tipo de debate previo, nos han llevado y nos siguen llevando a obtener resultados electorales cada vez peores», destacan. Y es que, los electores «han perdido la confianza y credibilidad en Ciudadanos«.

Los críticos se han unido principalmente desde Aragón, Cataluña, Murcia, Madrid, y Andalucía. En la mayoría de estas Comunidades, a excepción de las dos primeras, Ciudadanos ha alcanzado el poder. Sin embargo, en Murcia se quedó fuera por la moción de censura, mientras ha mantenido las alianzas en Andalucía y Castilla y León. En la capital, la estrategia de Aguado ha sido un desastre, con una ruptura total con su socio de Gobierno y generando desconfianza hacia sus votantes que ven como una deslealtad el peligroso acercamiento al PSOE.

INÉS ARRIMADAS, RESPONSABLE DE CIUDADANOS, SE AFERRA A LA SILLA

Los díscolos dentro de la formación achacan a Albert Rivera casi toda la responsabilidad de la actual situación. El error del exlíder de Ciudadanos fue intentar dar el ‘sorpasso’ al Partido Popular, olvidando el cometido de ser un partido bisagra para evitar que tanto socialistas como ‘populares’ tuvieran que pactar con los independentistas vascos y catalanes. También han criticado la moción de censura en Murcia, «que no se ha sabido explicar», según relatan las fuentes consultadas.

Todos los consultados coinciden en la necesidad de transformar el partido desde dentro, a golpe de timón de un barco en dique seco. La máxima responsable naranja mantiene por ahora el tipo, con el resto de la ejecutiva inmóvil por el temor a un despido fulminante tras meses de purgas y numerosos casos de transfuguismo, la mayoría de ellos han recalado en las filas ‘populares’.

Los críticos aún no han dado a conocer su estrategia ante la previsible sangría en Madrid, pero preparan su armamento, con argumentos de peso, para apartar a Arrimadas y dar la batalla por un partido que devuelva la ilusión.

BAL, PERDIDO Y A LA ESPERA DE VOLVER AL CUERPO DE FUNCIONARIOS

Ciudadanos ha optado por ocupar el «centro«, pese a estar prácticamente abandonado estas elecciones tras plantearse en clave nacional y en una clara división de bloques, la izquierda y la derecha.

El candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, está tan alejado de los postulados de la formación que se ha dedicado a poner en valor su labor en el juicio del ‘procés’, con duras críticas a Pedro Sánchez, mientras la formación naranja firmaba un pacto de Gobierno y ahora se acercaba al PSOE para tender puentes, renegando así de la «foto de Colón». Por este motivo, el candidato anda perdido, entre dos aguas, mientras el resto de formación le animan a retomar su anterior trabajo de funcionario y pasar página a su periplo político.