Pablo Iglesias evita las donaciones y aplica la ‘regla de oro’ del ahorro

Irene Montero y Pablo Iglesias han multiplicado por seis su patrimonio neto conjunto en seis años, hasta un total de 707.537,07 euros. Si bien, la ministra de Igualdad ha recibido una herencia y posee una mayor deuda que su marido y exlíder de Podemos, que ha computado sus ingresos por ventas de su libro y otros sueldos, como su etapa de presentador en ‘La Tuerka’. Las cifras de la pajera arrojan un ahorro en planes de pensiones y cuentas corrientes de 601.518 euros, con un patrimonio conjunto 1,169 millones de euros.

Ambos dirigentes muestran un patrimonio superior que el Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y otros ministros. Si bien, Iglesias fue eurodiputado en 2014 y contaba con unos ingresos totales de 107.000 euros al ejercer como profesor, autónomo y político en Bruselas. En concreto, 58.398,37 euros como profesor y otros 48.000 en la Eurocámara, a razón de medio año cada uno de estos salarios.

EL PATRIMONIO, QUINTUPLICADO

En su última declaración de bienes, publicada en el Boletín Oficial del Estado, Iglesias cuenta con un patrimonio neto de 308.723,75 euros. El exvicepresidente del Gobierno contaba con 233.282,15 euros en bienes inmuebles, incluyendo el chalet de Galapagar; otros 111.098,1 euros en cuentas corrientes y depósitos; y otros 187.500 en seguros de vida y planes de pensiones; y un pellizco de 8.000 euros en otros bienes y derechos económicos. La deuda hipotecaria alcanza los 231.156,5 euros, sin especificar la(s) hipoteca(s) y deudas con la banca o entidades financieras.

montero

Irene Montero, por su parte, ha dado conocer 335.049,49 euros en bienes inmuebles, junto con 107.420,33 euros en cuentas corrientes y depósitos, con 187.500 euros en planes de pensiones; y una deuda de 231.156,6 euros. El patrimonio de la ministra de Igualdad se ha incrementado también por una herencia. En 2017, la número dos de Podemos ostentaba 16.000 euros en entidades financieras.

IGLESIAS Y MONTERO SE SALTAN LOS ESTATUTOS

Sin embargo, la polémica surge por el incumplimiento de los estatutos de Podemos. Los cargos electos no pueden cobrar más de tres veces el Salario Mínimo Interprofesional, hasta un máximo de 2.700 euros; y deben donar el resto a organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, las declaraciones de bienes de Montero e Iglesias apuntan a que se han quedado también con el resto de sus ingresos, motivo por el que han recibido duras críticas en el seno de la información. Ramón Espinar, el excabeza de lista de Podemos en Madrid, ha cargado contra Iglesias.

«Explicar estos incrementos patrimoniales en fundamental para poder exigir a los demás transparencia»

Ramón Espinar, exlíder de Podemos en Madrid.

«Nadie piensa que haya nada raro, por supuesto. Pero explicar estos incrementos patrimoniales es fundamental para poder exigir a los demás transparencia«, ha escrito en las redes sociales. «Así que ofenderse mucho por pedirle a los nuestros que expliquen grandes incrementos de patrimonio es sectario y miope», aseveró Espinar.

LA REGLA DEL 30%

Otra de las cuestiones más sangrantes se centra en la financiación de Podemos, si todos los dirigentes y cargos electos hicieran lo mismo que el candidato de la formación para presidir la Asamblea de Madrid. Y es que, si Iglesias y Montero hubieran cobrado el nuevo Salario Mínimo Interprofesional desde 2014 hubieran juntado un total de 75.600 euros anuales (unos ingresos brutos totales de 529.200 euros en siete años), menos de la mitad del sueldo conjunto que perciben ahora ambos, e insuficiente para poder haber obtenido la hipoteca para su chalet de Galapagar, que ascendía a más de 540.000 euros, y de la quedan por abonar más de 460.000 euros aún. En su declaración de bienes en el Congreso correspondiente a 2019, tanto Iglesias como Montero debían 467.657 euros. En un año, han reducido la hipoteca en unos 7.000 euros.

A pesar de evitar estas donaciones, el matrimonio, por su parte, sí ha cumplido con la regla de oro de los ahorradores. Esta norma consiste en destinar el 30% de los ingresos a gastos corrientes y fijos; otro 30% iría destinado al ahorro; y otro 30% destinado a ocio y hobbies. El 10% restante serviría para contingencias y urgencias que pudieran surgir, como averías del vehículo o incluso para la entrada de un nuevo turismo, entre otros.

Tras la crisis de 2008, la regla se ha modificado sustancialmente, debido a los grandes impedimentos para poder acceder a la vivienda. Ahora tras la pandemia, la mitad de la renta se destina al alquiler o la hipoteca, junto con los gastos corrientes; mientras que el 30% iría destinado al ahorro; y el 20% restante se destinaría al ocio.