El miedo invade la lista del PP por la pretensión de Vox de erradicar siete consejerías

El Partido Popular está de acuerdo con reducir duplicidades en la administración pero entiende que la Comunidad de Madrid está perfectamente estructurada. Cuando Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado formaron gobierno en 2019 se ampliaron las consejerías de nueve a 13, un margen con el que los populares se sienten cómodos pero que Vox, el partido con el que tendrá que gobernar el PP, tal y como apuntan las encuestas, no quiere ver ni en pintura. Desde el partido de Rocío Monasterio no se muestran especialmente ambiciosos con la idea de exigir sillones, pero sí que tienen claro que quieren reducir prácticamente a la mitad las consejerías. Y esto dejaría fuera a más de un dirigente popular. El miedo está instalado en la media tabla y hay quien ya sueña con la mayoría absoluta con tal de que Vox no tenga voz y voto para la investidura de Ayuso.

Hay algunos consejeros que son incuestionables para la presidenta de la Comunidad de Madrid. Enrique Ruiz Escudero, David Pérez o incluso la dirigente de Ciudadanos y exconsejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, tienen su puesto relativamente asegurado si de Ayuso depende. El problema es que Vox entre como un elefante en una cacharrería con un puñado de diputados en mano y exija eliminar parte de la administración. En ese caso, hay muchos consejeros que casi con toda probabilidad estarían fuera de la ecuación y se verían obligados a ejercer de diputados, nada más. Sanidad, Justicia, Economía y Hacienda o Transportes.

El PP quiere reducir las consejerías de 13 a diez

El PP quiere reducir las consejerías de 13 a diez. Esto responde a que esas otras tres extras venían obligadas por el guion y por el pacto al que llegaron los populares con el PP. Sin embargo, Vox quiere quedarse solo con las imprescindibles y convertir las que sobren en una especie de subconsejería dependientes de otro consejero. Vamos, reducir el número de políticos chupando de la teta de la administración. Nada más.

Claro, exijan o no, esto trae un drama detrás. En una consejería no solo se saca a relucir el papel del consejero. Ahí se colocan decenas de personas en cargos intermedios, ya sean diputados o personas de fuera con las que mantienen un grado de confianza. Desde el PP hay tensión porque el ganar las elecciones puede ser una buena noticia solo para algunos. Si dependen de Vox, puede que muchos populares se queden sin cargos. Y esto afecta a toda la lista popular. Desde arriba hasta abajo. Ni directores de gabinete, ni asesores, ni jefes de prensa ni jefes de protocolo. Todo eso se acabó con Vox y los principales afectados serían los que figuran en las listas del PP. A priori hablamos de hasta 60 parlamentarios, pero luego hay que tener en cuenta a los que vienen de otro lado.

Este drama no es ajeno al PP, pues lo están viviendo en estos momentos tras haber expulsado a Ciudadanos de la Comunidad de Madrid. Todos los asesores de este partido naranja que se han quedado colgando han formado lo que se conoce a nivel interno como «las colas del hambre» para pedir a la Consejería de Presidencia de María Eugenia Carballedo y José Luis Carreras que les ayude a recolocarse en la administración pública antes de que se celebren los comicios del próximo 4 de mayo. Quieren atrincherarse antes de que lleguen nuevas medidas, ya sean menos consejerías o nuevos consejeros que quieran recolocar a los suyos en todos los puestos de la administración posibles.

Rivera de la Cruz
08/01/2020 La consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de Ciudadanos durante su entrevista para Europa Press, en la Consejería, en Madrid (España), a 8 de enero de 2020.
POLITICA
Jesús Hellín – Europa Press

Gran parte del mérito de ganar las elecciones es intentar cambiar las cosas desde un cómodo puesto en la administración. Que Vox quiera reducir las consejerías ya sería malo para aquellos que ostentan el control de carteras con menos relevancia. Pero lo peor es que habría una buena cantidad de populares de cargos intermedios que tendrían que sumarse a las colas del hambre. Es la primera vez que desde el PP se escuchan comentarios curiosos que buscan evitar pactar con Vox a toda costa. De hecho, sopesan alternativas curiosas que a muchos sorprenderían.

EL APOYO DE GABILONDO

Perder el trabajo es mucho más importante que los colores políticos o el sectarismo. Sea cual sea. En este caso, se empiezan a escuchar voces en las listas del PP que sueñan con que Vox no sea determinante en las negociaciones ni en la investidura e incluso comparten un mensaje que grita el PSOE a los cuatro vientos: el cordón sanitario a Vox.

Desde el PP escuchan con atención lo que dicen en referencia a «controlar el fascismo». El cordón sanitario a Vox podría traer una magnífica solución para el PP que llevaría a los conservadores a gobernar completamente en solitario, sin el apoyo de Vox.

Imagínate que Gabilondo, dentro de su obsesión de controlar a Vox, ofrece su apoyo en blanco siempre que no se meta en el Ejecutivo a la «extrema derecha». Si se diera ese escenario, las consejerías seguirían siendo diez (tres menos que las que acordaron Ayuso y Aguado) y los cargos no tendrían que echarse a las «colas del hambre» con los asesores de Ciudadanos para buscar que la Consejería de Presidencia les recolocara en una posición decente.