Vox le complica la papeleta a Ruiz Escudero al pedir la presidencia de la Asamblea

Ya empiezan los roces entre Vox y el PP con motivo de la investidura. A Isabel Díaz Ayuso solo le hacen falta cuatro diputados para sacarla adelante y desde el partido más a la derecha saben que tampoco se pueden pasar de frenada en sus exigencias. Aún así, no van a dar gratis su apoyo y curiosamente una de sus peticiones perjudica directamente al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, a quien Ayuso no quiere dar continuidad en el cargo. Rocío Monasterio quiere la presidencia de la Asamblea, el premio de consolación de Ruiz Escudero por los próximos dos años. Tras esto, su futuro recaerá como candidato en las elecciones municipales de su pueblo, pero en eso ya entraremos en otro momento.

Vox es tímido en sus peticiones, pero contundente. Ayuso, por su parte, no quiere complicarse la vida y ha asegurado que será «generosa» a la par que recuerda que tan solo le hace falta un puñado de parlamentarios para seguir con su agenda. El problema es que el cargo que ha pedido Vox trastoca los planes del PP de Madrid, que pretendían colocar a Enrique Ruiz en la presidencia de la Asamblea como premio de consolación o medalla al honor a la espera de que el consejero se vaya como candidato a Pozuelo de Alarcón en 2023, tal y como aseguran las fuentes consultadas por MONCLOA.com.

El ponerle de número dos en las listas a las elecciones fue un premio de consolación

Sin embargo, pese a que las exigencias de Vox trastocan los planes del PP, tampoco obliga a los populares a cambiar mucho la hoja de ruta. Dar la presidencia de la Asamblea de Madrid no es una gran concesión (peor sería dar una consejería importante). Siempre se puede reciclar a Ruiz Escudero en cualquier otro puesto o incluso mantenerle durante los próximos dos años al frente de la Consejería de Sanidad. El ponerle de número dos en las listas a las elecciones fue un premio de consolación, no necesariamente una declaración de intenciones. Y lo que vaya a hacer ahora es un «gracias por los servicios prestado», pero nada más. En 2023, la carrera del consejero no pasa por la Comunidad de Madrid, sino por Pozuelo.

Escudero

Sobre quién presidirá la Asamblea aún hay dudas, dado que el PP no tiene problemas en cederla pero Vox aún no sabe qué nombre dar. Rocío Monasterio no será, pero el PP cederá casi con toda seguridad a esta exigencia dado que no les parece un puesto muy relevante de cara a la gobernabilidad, sino más de cara a la galería. «Estamos en un punto en el que es mejor que lo hablemos entre nosotros en vez de estar haciendo estos anuncios por los medios», ha comentado Ayuso. La idea de Vox es dar un apoyo «gratis», es decir, en el que no se pedirán consejerías concretas, pero con «matices». Vamos, que quieren puestos que les den visibilidad.

El PP se enfrenta a un problema, que es purgar el gobierno autonómico previo y prescindir de aquellos que no gozan de la total confianza de Ayuso. No todos los que estaban continuarán al frente de sus antiguos puestos. En la rampa de salida está la consejera de la Presidencia, María Eugenia Carballedo, el consejero de Vivienda, David Pérez, y el propio Ruiz Escudero. La diferencia con este último es que el PP sí que quiere recolocarle en un puesto relevante para «premiarle» por su gestión de la pandemia. Pero quieren un giro en Sanidad estos dos años.

El único problema que se le plantea al PP es que estos dos años no se pueden permitir el lujo de colocar a Ruiz Escudero en un puesto con poca visibilidad. La idea que manejan desde el Partido Popular es la de utilizar estos dos años como escaparate para lucir la venta de Ruiz Escudero y que cuando se presente a las elecciones municipales de Pozuelo, de donde es presidente del PP local, lo haga con algo de ventaja respecto a sus competidores. Es el consejero que se fajó con la pandemia, galones suficientes como para tener una cómoda alcaldía.

NO PEDIRÁN CONSEJERÍAS

La buena noticia para el PP es que Vox no se siente con la capacidad como para exigir consejerías o suprimirlas. No habrá consejeros al mando de Rocío Monasterio, como si los hubo (en teoría) que obedecían al exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio Aguado. Ayuso ha dejado claro a Monasterio que solo necesita un puñado de diputados para salir adelante y si se tiene en cuenta el odio que los partidos de la oposición le tienen a Vox, no será difícil convencer al PSOE para que les apoye a cambio de excluir definitivamente a Monasterio de la gobernabilidad durante los próximos dos años.

Otra de las propuestas de los de Rocío Monasterio era la de quitar siete consejerías de las 13 que había, algo que tampoco hacía mucha gracia a los populares dado que así no podrían colocar a los suyos. Vox finalmente no se meterá en nada de esto y dejará que Ayuso gobierne con libertad casi de forma gratuita. Habrá que ver dónde meten mano en caso de que se lleven a la Asamblea alguna ley que guste a Vox. De pactos programáticos aún no se ha dicho nada, pero los habrá casi con toda seguridad. Algunos desde la Asamblea aseguran que Ayuso «está más a la derecha que Vox».