Di adiós al dolor de cuello y espalda: esta es la postura ideal para dormir

Dormir es uno de los momentos más importantes del día, debido a que es el único momento donde todo el cuerpo se encuentra en completo descanso. En muchas ocasiones llegamos muy exhaustos que ni siquiera nos damos cuenta en la postura en la que dormimos, siendo ésta muy importante.

La postura ideal para dormir depende mucho de la persona en sí, es decir que existen formas de dormir que pueden ser más beneficiosas para alguien, que para otros no. Algo que si todos debemos evitar son algunas posturas mientras dormimos, en caso contrario puedes amanecer con dolor de espalda o cuello. En este artículo se mencionan las mejores posturas para dormir sanamente.

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Posturas para dormir si sufres algunas enfermedades

Como se mencionó anteriormente  existen muchas posiciones que son ventajosas para no amanecer con dolores por la mañana. Además de esto, en el caso de que sufras de alguna enfermedad es recomendable que cuando vayas a dormir lo hagas o evites hacerlo de las formas que se mencionan a continuación.

  • Reflujo gastroesofágico.  Si sufres de reflujo por las noches, lo mejor que puedes hacer es evitar acostarse del  lado derecho. además es recomendable que eleves la cabecera de la cama unos 20 cm.
  • Enfermedad pulmonar.  Actualmente en esta pandemia, los casos de enfermedades pulmonares han subido radicalmente. En este caso es recomendable elevar la cabecera de la almohada o dormir con dos almohadas para poder respirar mejor.
  • Enfermedad cardiaca. Al igual que el caso anterior, en caso de que sufras alguna enfermedad de este tipo, lo mejor es que duermas con una postura que eleve la cabeza para poder respirar mejor.
  • Lumbalgia. En el caso que sufras de dolores debido a una lumbalgia, las mejores posiciones para poder dormir bien, son boca arriba y en posición fetal.
  • Apnea. Por último en el caso que sufras de apnea de sueño y/o sufras de ronquidos, no se recomienda dormir en posición fetal.  Esto se debe a que en esta posición la lengua es desplazada hacia la faringe y disminuye la apertura faríngea, produciendo una obstrucción al paso de aire.