sábado, 14 diciembre 2024

Irene Montero rechaza pagar las deudas de Iglesias y entierra al ex-Jemad Julio Rodríguez

Desde que abandonara el ámbito militar, Julio Rodríguez no ha tenido una carrera especialmente destacable dentro de la política. Pablo Iglesias le prometió entonces el oro y el moro si daba el salto a su partido y ahora ha visto como la candidatura de Ione Belarra teledirigida por la ministra de Igualdad, Irene Montero, se ha hundido al puesto número 26 en la lista para Vistalegre IV en lo que es toda una declaración de intenciones por parte del que será el nuevo núcleo duro de Podemos. El problema es que Belarra (o Montero, mejor dicho) ha mantenido por cortesía solo a los que estaban más unidos a Iglesias. Pero no es el caso de Rodríguez, que ya afronta un techo de cristal que le impedirá llegar a nada en la formación morada.

Predomina el género femenino, algo que todos se esperaban, pero entre los primeros nombres solo hay un hombre: Pablo Echenique. De ahí en adelante, lo que queda claro es que será Irene Montero quien controlará la candidatura de Belarra y quien se cargará a todos los que no gozan de su confianza. Y Julio es uno de ellos. Iglesias le fichó como un golpe de efecto que pretendía acercar Podemos al ámbito militar, pero no consiguió el efecto deseado. Desde MONCLOA.com se ha preguntado a varios militares de distinto rango y la percepción de Rodríguez no es nada positiva. Ni siquiera se le guarda cierto respeto en la mayoría de los casos.

Julio afronta la nada. No ha soltado el hueso político y con Iglesias como vicepresidente logró acariciar el cielo como director de gabinete de la Vicepresidencia del Gobierno, un puesto que no le disgustaba, pero que estaba lejos de lo que él hubiera deseado con todo su ser: controlar el Ministerio de Defensa.

Llevar a Rodríguez en el puesto 26 no es el único gesto que apunta a que Unidas Podemos no contará con sus servicios

Ahora una Belarra completamente teledirigida por Montero no quiere echar por las bravas a estos perfiles que le aportan poco, pero sí que lanza mensajes ocultos en la posición de las listas. Llevar a Rodríguez en el puesto 26 no es el único gesto que apunta a que desde Unidas Podemos no contarán con sus servicios o que, al menos, no le tendrán en cuenta. Desde el propio partido deslizan que el perfil de Rodríguez no encaja con la que será la nueva ejecutiva que pretende dirigir Montero junto a Belarra, además, insisten en que el militar fue acogido por Iglesias sin tener una especial telaraña de relaciones que le permitiera medrar en el partido.

Iglesias le acogió en un principio y se sentía en deuda con él, razón por la que le mantuvo al frente de la jefatura de gabinete durante el poco tiempo que fue vicepresidente. Pero desde que Iglesias ha dado una patada a su vida política, Rodríguez se ha quedado desamparado a la espera de que Montero y Belarra le acogieran en su candidatura. Y si a esto le añadimos que en Podemos nadie con renombre se ha atrevido a cuestionar la ejecutiva de Montero y Belarra, queda claro que Rodríguez ni tendrá un cargo importante en Podemos ni podría haber dado el salto a otro proyecto para la formación morada. Es su fin político, tal y como lo ven desde el partido morado.

El feminismo de Montero ha convertido a Unidas Podemos en esclavo del lenguaje inclusivo y de las formas. Tal es el grado, que las seis primeras de la lista de Ione son mujeres para después trufarse algunos nombres masculinos. No son listas cremallera, son una candidatura que lanza un mensaje claro: seguirán todos, todas y todes al ritmo de Montero, la marcha morada y el 8 de marzo. Y en este contexto, el intentar seducir voto militar no parece entrar en los planes que baraja Montero.

Podemos considera su deuda con el exjemad completamente pagada. Como siempre pasa en política, él se debía a Iglesias. Y sin Iglesias, poco pinta en Unidas Podemos. El problema es que nadie ubica a Julio Rodríguez en un futuro, porque desde la formación dan por hecho que el exmilitar no tiene un encaje claro en un partido que además no obtendrá previsiblemente unos resultados electorales mejores que los actuales.

Tal es el «feo» que le han hecho a Julio Rodríguez, que Montero se ha dignado a poner por encima a cualquiera que se le viniera a la cabeza. Teresa Arévalo, la famosa «niñera» de Irene Montero y directora general del Ministerio de Igualdad va justo un número detrás del militar. Pero es que Montero ha puesto por delante, por ejemplo, a la polémica exdirectora del Instituto de la Mujer Beatriz Gimeno. Esa que decía que para alcanzar la igualdad los hombres tendrían que practicar el sexo anal de forma habitual. Toda una Shakespeare de nuestro tiempo.

Rodríguez no tiene encaje e Ione se lo ha querido dejar claro con las listas. Echenique seguirá dando que hablar, pues le han puesto como el primero de los hombres en el puesto número siete. Pero los demás no tendrán en su mayoría un papel relevante. Eso sí, los servicios prestados parecen garantizar un estatus decente en el partido con un salario para que no tengan que salir a las colas del paro. Siempre hay dinero para agradecer los servicios. Y más para quien entró en Podemos como un elefante en una cacharrería.